La deuda de las comunidades autónomas sigue al alza con 8.500 millones más, pero Canarias, Navarra y País Vasco consiguen bajarla

La deuda de las comunidades autónomas sigue creciendo y ya alcanza el 21,9 % del PIB. También es cierto que los datos publicados recientemente por el Banco de España no pueden analizar ni tener en cuenta que María Jesús Montero tuvo a las comunidades autónomas contra la pared en el primer semestre, y que en el tercer trimestre les envió un 81,5 % de todo lo que les había entregado en los seis primeros meses del año. Hasta junio, las comunidades generaron un déficit contable de 16.446 millones de euros, para cerrar los nueve primeros meses del año con un superávit de 6.017 millones.

Por lo tanto, que con un déficit de 16.446 millones, las comunidades hayan conseguido endeudarse únicamente en 8.533 millones de euros es casi para hacerles un monumento. Y que esto lo escriba yo, que he publicado un libro sobre el precio de las autonomías y su despilfarro, creo que es para valorarlo en su justa medida.

Aunque lo cierto es que, como siempre, no todas las comunidades autónomas se comportan igual, ni todas gestionan de la misma manera, y ese es quizás el gran problema que tiene nuestro sistema político.

Es fácil de entender que Murcia, la Comunidad Valenciana y Andalucía, junto con Castilla-La Mancha y Aragón, que son las comunidades infra financiadas de nuestro sistema autonómico, siempre anden con dificultades y con la necesidad de pedir prestado para llegar a fin de mes. Pero también es cierto que otros factores las obligan a endeudarse, como son las empresas públicas que no se incluyen en el sector de Administraciones Públicas y todos los Organismos Autónomos que existen alrededor de muchas comunidades. Estos organismos consolidan pero, en muchos casos, existen únicamente para la colocación de amigos y personas afines a los partidos, que no producen ni aportan valor a la economía y que son puro gasto político.

Esto se aplica a casi todas las comunidades, aunque siempre hay una que destaca por encima de las demás: Cataluña. En ella existen más de 500 Organismos, Empresas y Fundaciones que consolidan y consumen gasto público como si no hubiese un mañana. Además, existen entidades que no consolidan, se llevan un 0,3 % de la deuda sobre el PIB y que están escondidas, siendo más difíciles de encontrar.

Por otro lado, están comunidades como Navarra y País Vasco, que por su sistema de financiación, juegan en una división de honor, y, como Hacienda no les puede hacer nada, consiguen incluso reducir deuda en un período en el que las demás necesitan endeudarse.

También destaca Canarias, donde está claro que su Consejera de Hacienda, Matilde Asían, controla con puño de hierro y guante de seda las finanzas de la comunidad, logrando incluso reducir la deuda en 24 millones de euros.

Pero veamos cuál es la foto que tenemos a 30 de junio:

Como ya anticipaba, las tres comunidades que más se han endeudado son: Andalucía, que aumenta su deuda en 2.311 millones en un solo trimestre; Comunidad Valenciana, que tiene que pedir 1.890 millones de euros; y, cómo no, Cataluña, que se lleva del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) otros 1.699 millones, porque sigue sin poder pedir ni un solo euro al mercado debido a su rating de bono basura.

Sorprende que Galicia se coloque en la quinta posición, justo por detrás de Murcia y por encima de Castilla-La Mancha, pidiendo 686 millones más. Mientras el conjunto de las comunidades se ha endeudado un 2,5 % más, Galicia ha subido su deuda en un 5,5 %, y parece que el actual gestor no es de la misma cuerda que lo era Feijóo.

Por otro lado, en la parte de los mejores gestionados y que, a pesar del trimestre, casi no han tenido que endeudarse, están: Madrid, que solo lo ha hecho en 42 millones, lo que supone endeudarse solo un 0,1 %; o Castilla y León que, con solo 13 millones más, su deuda crece lo mismo que Madrid, un 0,1 %.

Ya he explicado varias veces que, en la financiación de nuestras comunidades, hay tres divisiones: la de honor, donde solo están jugando País Vasco y Navarra; la tercera división, donde están las infra financiadas que ya mencioné anteriormente; y la segunda, donde está el resto.

Por eso, que los de primera reduzcan deuda parece razonable; que los de tercera sean de los que más tengan que pedir es lo normal, aunque deberían buscar maneras de reducir su gasto político inútil; y que Cataluña ocupe el tercer puesto es justo lo opuesto a Canarias, Madrid o Castilla y León.

Por ello, es todavía más preocupante que Cataluña sea la estrella rutilante del gobierno, a la que va a ceder lo que es de todos los españoles.