Profesores y estudiantes contra la «demonización» de Israel critican los «lemas judeófobos de las acampadas»

Más de 30 personas crearon la semana pasada la Red Académica contra el Antisemitismo en las Universidades, una organización nacida para «denunciar y refutar todas las expresiones de antisemitismo y todos los discursos de odio contra Israel que se están expandiendo en algunas universidades españolas» y para «contribuir a crear espacios de encuentro en los que, a partir del conocimiento sobre Israel, la cultura judía, Oriente Medio y/o el conflicto palestino-israelí, se pueda debatir, argumentar y disentir libremente sin violencia ni intimidación».

En medio de la oleada de protestas y acampadas contra la actuación bélica de Israel en la Franja de Gaza que se ha extendido por campus universitarios de España y de todo el mundo, El Debate recoge el punto de vista de esta organización sobre este movimiento y lo que lo rodea.

–¿Cuándo se creó la Red y cuantas personas la integran? ¿Todos ellos son de origen judío o hay diversidad en ese aspecto?

–La red se creó la semana pasada con más de 30 personas. Desde que lo hemos hecho público se han sumado más del doble de los integrantes originales, judíos y no judíos, de todo el territorio español y de diversas disciplinas académicas.

–¿Cómo valoran la postura de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) de que suspenderán los acuerdos de colaboración con universidades y centros de investigación israelíes si no rechazan las incursiones bélicas en Gaza?

–La CRUE dice «revisar y, en su caso, suspender los acuerdos de colaboración con universidades y centros de investigación israelíes que no hayan expresado un firme compromiso con la paz y el cumplimiento del derecho internacional humanitario». Al igual que en España, en Israel la mayoría de las universidades están comprometidas con la paz. Por eso pensamos que es el momento de establecer un diálogo crítico con dichas entidades, ya que eso avanza en la consecución de la paz, y no romper los puentes establecidos.

–¿Cuál creen que será la respuesta de los centros israelíes a los que apelan?

–No podemos hablar por los centros israelíes, pero pensamos que para las instituciones españolas sería una gran pérdida la ruptura de vínculos con estas entidades de tan alto nivel académico que han recibido importantes Premios Nobel.

–¿Cuál es su percepción sobre las acampadas?

–Las protestas en una democracia siempre son legítimas. No obstante, nos preocupan imágenes de muchas de ellas en donde se observan claros lemas judeófobos, como aquellas posiciones que llaman a la desaparición total de Israel con el lema «desde el río hasta el mar» o aquellos que condenan al sionismo en su totalidad desconociendo los vínculos que hay entre identidad judía y sionismo. Estas manifestaciones causan una gran incomodidad a los estudiantes y profesores judíos en España.

–¿Qué impacto está teniendo esta guerra y la reacción internacional que ha suscitado en el día a día de docentes, alumnos e investigadores judíos o sionistas en España?

–Esta guerra ha intensificado algo que ya estaba pasando lamentablemente en el ámbito académico, el acoso a investigadores, profesores y estudiantes que organizan y participan en actividades académicas en las que se tratan temas relacionados con el Estado de Israel y con ciertas cuestiones del judaísmo contemporáneo. En relación al sionismo, esta contienda ha hecho mucho más evidente su demonización, perdiendo con ello la posibilidad de aprender sobre este movimiento tan plural.

–¿Está Israel cometiendo un genocidio en Gaza, como aseguran diversas voces?

–El foco de nuestra red no es la situación en Israel y en Palestina, en donde por supuesto lamentamos las decenas de miles de muertos, sino el uso del argumento del genocidio para demonizar a un único actor del conflicto. Nos preocupa que eso sea un ejemplo más de la triste tendencia milenaria de achacar a los judíos los peores crímenes de la humanidad.

–¿Ha ido perdiendo Israel la batalla del relato sobre la guerra conforme ha ido avanzando el conflicto? Si es así, ¿cómo se puede revertir?

–No se trata de buscar ganadores y perdedores en la batalla del relato, sino mantener las universidades como espacios de debate y de diálogo crítico y plural para que ese discurso se traslade a la sociedad.