El PSOE se revuelve en el Congreso y exige a Sánchez que publique los nombres de la lista de Berni

El señalamiento público de dos diputadas como supuestas partícipes en las andanzas de Tito Berni ha terminado de desbordar el vaso de la paciencia en el Grupo Parlamentario Socialista, en ebullición como no se recordaba desde hace años.

Ninguna de las dos, cuyos nombres no cita El Debate para no ahondar en un escarnio público injustificado, mantuvieron tratos directos con la trama y mucho menos participaron en las orgías nocturnas ahora conocidas, y sin embargo han sido citadas en distintos canales públicos, pese a ser ambas conocidas partidarias de la abolición de la prostitución.

Su caso es parecido al de otros compañeros del Congreso que tampoco forman parte del escándalo y son citados en distintas informaciones como integrantes de una red a la que son ajenos, incluso en algunos de los casos en los que participaron en alguna de las cinco comidas que al menos organizó Tito Berni.

Todo eso ha provocado una indignación extrema, según confirman a este periódico fuentes socialistas del máximo rango. Decenas de diputados se han cansado de la actitud de Pedro Sánchez y la estrategia aplicada por Patxi López que, a su juicio, criminaliza a 120 diputados y arrastra la imagen del Congreso por no revelar la identidad de los «cinco o seis» diputados que sí mantuvieron una relación íntima con la trama.

Nadie entiende la resistencia a hacer público ese listado y a proceder con la máxima contundencia contra ellos, expulsándoles del PSOE «incluso aunque no dimitan y se queden con el acta en el Grupo Mixto», ratifican las mismas fuentes.

En ese sentido, la presión para obligar al PSOE a desvelar las identidades de quienes frecuentaron las bacanales con prostitutas se ha disparado y no se descarta que, en las próximas horas o días, doblegue la resistencia a hacerlo de Sánchez, por razones que nadie entiende salvo que en «la lista de Berni» apareciera algún nombre de mucho relieve en el Parlamento, algo que nadie confirma ni rechaza.

Buena parte del Grupo Socialista está indignada, se siente señalada y le exige a Moncloa y Ferraz que haga pública «la lista de Berni» para evitar su linchamiento

En manos del PSOE no está saber si, además de las orgías sexuales, alguno de sus participantes participó en los probables negocios de la trama, objeto de investigación judicial, pero sí purgar a quienes disfrutaron de servicios de prostitutas, algo que daña más al Grupo Parlamentario que la propia corrupción «cutre», como la definió la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez.

Al menos 15 diputados del PSOE acudieron a comidas organizadas por Tito Berni, pero eso no significa que lo hicieran en todo lo demás: ni en las fiestas nocturnas, algunas en plenas restricciones por la pandemia, ni tampoco en los posibles negocios que desvela poco a poco Marco Antonio Navarro Tacoronte, delator y figura central del caso Mediador que define su propio papel en la trama.

Pánico al sumario

Pero un grupo de ellos sí fue más lejos y ése es que muchos de los miembros del Grupo Parlamentario reclaman al PSOE que haga público, caiga quien caiga, para intentar restituir la imagen del partido y frenar el deterioro del Congreso, señalado como «oficina central» de la red encabezada por el diputado Juan Bernardo Fuentes Curbelo, el ya célebre Tito Berni, un mote que él no reconoció como propio en su declaración ante el juez.

Mientras, también se extiende el pánico a la difusión del contenido del sumario que instruye un juzgado de Canarias, que al parecer contiene miles de fotografías, audios e incluso vídeos muy comprometedores que, antes o después, se irán conociendo.

En la misma línea, corre como la pólvora en la bancada socialista unos viejos mensajes del exdiputado canario en los que, entre noviembre y diciembre de 2016, arremetía contra la Gestora del PSOE presidida por el asturiano Javier Fernández y defendía unas Primarias abiertas a las «bases». Justo lo que exigía Pedro Sánchez por entonces. Y lo que logró para hacerse con el control del partido cuando parecía acabarse su carrera.