Tribunales
El rapero acusado de montar una célula del Estado Islámico en España niega los hechos
La Fiscalía pide penas que van de los 7 a los 9 años por un presunto delito de integración en organización terrorista que se financiaba con estafas bancarias
Abdel-Majed Abdel Bary, el rapero británico al que la Audiencia Nacional juzga por presuntamente liderar una célula de Estado Islámico en España, y los otros dos acusados, Abderrezak Seddiki y Kossaila Chollouah, han negado este miércoles ante el tribunal haber conformado parte de ese grupo criminal y se han declarado contrarios a posturas salafistas radicales. «Si me proponen un atentado les puedo romper la cara», ha sostenido uno de ellos.
En esta primera jornada del juicio, el tribunal ha abordado las cuestiones previas, una de las defensas ha tratado de anular sin éxito el procedimiento al entender que no existió una querella inicial para arrancar la causa, y ha celebrado las declaraciones de los tres acusados, a los que el Ministerio Público pide penas que van de los 7 a los 9 años por un presunto delito de integración en organización terrorista que se financiaba con estafas bancarias.
El primero en sentarse ante los magistrados ha sido Abdel Bary, que ha permanecido en prisión como el resto desde que fue detenido en abril de 2020 en Almería en plena pandemia de coronavirus y con el país encerrado en sus casas.
A preguntas de su defensa ha negado haberse trasladado en 2013 a Siria para unirse a Estado Islámico (Daesh) y ha explicado que lo hizo por razones humanitarias; para ayudar en un campo de refugiados de esa zona. Además, ha apuntado que dado que ha hecho su vida en Reino Unido –es británico de origen egipcio– lleva un estilo de vida muy inglés, cree «en la libertad de creencia» y odia «profundamente» todos los extremos radicales.
Su documentación
En este sentido, tras negar haber viajado a una zona de Siria controlada por Daesh, sostiene que era zona neutral, ha apuntado que además en esa época de 2013 el Estado Islámico no hablaba aun de formar un califato en el país presidido por Bashar al Assad.
Ha explicado que al tercer día de entrar en Siria, ya asentado en la ciudad de Atmah, le robaron todos los documentos que llevaba encima, y ha rebatido la ficha de inscripción de Daesh en la que aparece señalando que no la reconoce y que no tiene su rubrica.
Igualmente, ha negado estar detrás de las diferentes publicaciones en redes que aparecen en el escrito de acusación del fiscal: «No sé cómo el fiscal asume en su escrito, son suposiciones, que yo era el autor de las publicaciones sin prueba evidente». Tampoco ha reconocido ser dueño de cuentas de redes sociales que se le achacan.
Es más, en un momento dado, y a preguntas siempre de su defensa, ha negado ser la persona que aparece en las fotografías portando armas o sosteniendo una cabeza degollada. «He visto las imágenes pero no sé quién es esta persona», ha espetado para luego lamentar que le hayan «arruinado la vida» al confundirle con 'John el yihadista'.
Su viaje a España
Sobre el viaje en patera a España, ha explicado que decide salir de Argelia, último país en el que residió antes de marcharse, porque deportaban a los egipcios, y ha apuntado que no tenía claro cual sería su país de destino final en Europa.
Ha explicado que en el momento del registro le requisaron el portátil y un móvil que le habían vendido de segunda mano. De su estancia en el país ha indicado que lejos de liderar una célula terrorista, se dedicó a fumar marihuana, a beber alcohol y a hablar de criptomonedas, ya que ha dicho ser corredor de bolsa.
Sobre la relación con los otros dos acusados, ha explicado que acabaron compartiendo piso en Almería, que a uno de ellos le conoció de una etapa que pasó en Turquía y al otro esperando a las pateras que les llevarían a las costas españolas.
Tras esa primera declaración ha llegado la de los otros dos acusados, que esta vez sí han aceptado ser interrogados por el fiscal. Seddiki ha sostenido que su intención al viajar en patera hacia España era la de acabar reuniéndose con su mujer que vivía en Inglaterra y que o esperaba o acababa de tener una niña.
Daesh «es como ETA»
El Ministerio Público le ha interrogado por los diferentes pisos que llegó a alquilar en Almería, uno de ellos el del registro, y él ha señalado que si bien en un primer momento logró un arrendamiento semanal, al final pudo optar gracias a un pasaporte falso que llevaba a uno mensual más económico que comenzó a compartir con los otros dos acusados.
Además se ha extendido en explicar qué querían decir determinados mensajes de chats que le ha ido exponiendo el fiscal, tratando de despejar la duda de que pudieran tener que ver con yihadismo, y ha concluido respondiendo a las defensas que «no es verdad» que formara parte de esa célula. «No tengo ideología, soy más abierto que los argelinos mismos», ha añadido negando además haber participado en estafas bancarias.
El último en declarar, Kossaila Chollouah, ha incidido como los anteriores en que no formó parte de ninguna célula y que de hecho su viaje en patera a España lo hizo con el objetivo de moverse posteriormente a Grecia o a Alemania para acabar trabajando de mecánico, algo que se le da bien.
También ha negado conocer en el momento de la detención que la persona con la que vivía se llamara realmente Abdel Bary –usaba otro nombre y decía ser sirio– y ha insistido en que él no ha seguido órdenes de nadie, que no ha pertenecido a una célula terrorista y que no entiende que hechos criminales le imputan. «Conocí a dos personas y punto», ha subrayado.