¿Por qué se conoce a los habitantes del barrio más famoso de Granada como los 'greñúos'?

Es el barrio con más sabor y tradición de la Granada actual. Una zona que bebe de los siglos de historia que contemplan sus calles. Se trata de El Realejo, o lo que es lo mismo, el barrio judío de la Granada musulmana.

Aquí ya habitaban los judíos cuando los árabes llegaron a la ciudad y por eso lo llamaron Garnata al-Yahud, que se traduce por ‘Granada de los judíos’. Durante siglos, ambas culturas convivieron con respeto y tranquilidad, aunque la convivencia no estuvo exenta de dificultades.

Cuando los Reyes Católicos reconquistaron la ciudad y expulsaron a los árabes, el barrio recibió su nombre actual, El Realejo.

Ahora viene lo más complicado. Conocer el motivo por el que a sus habitantes se les llama los ‘greñúos’ y a la vez, desentrañar su origen.

Por la zona circulan varias leyendas relacionadas, aunque son tres las que gozan de mayor aceptación y verosimilitud.

Evidentemente, la principal tiene que ver con la condición de barrio judío de siempre. Este argumento relaciona el término greñúo (greñudo) con las amplias melenas rizadas que lucían aquellos que profesaban el judaísmo en la época.

La segunda versión también esta extendida y goza de sus partidarios. Para ello, debemos acudir a la Virgen de la Misericordia, cuya imagen descansa en la iglesia de San Cecilio, y que era conocida como ‘La Greñúa’ porque lucía unas greñas provocadas por un incendio a causa de un corto circuito en el belén navideño, lo que provocó que los cabellos de la virgen asomaran totalmente desmelenados y fuera de su tocado.

Hay una tercera teoría que podemos dar por válida y que tiene que ver con los oficios del barrio, ya que en El Realejo existieron durante muchas épocas negocios relacionados con el tratamiento de las pieles las cuales, al quedarse secando desde las vigas de los techos, daban sensación de greñas.

Aunque no dejen de ser leyendas, estas historias forman parte de la rica historia de este barrio y ayuda a conocer más su pasado y sus tradiciones, por lo que animamos al lector a quedarse con su favorita.