Los militantes de ERC aprueban por la mínima el pacto para investir a Salvador Illa, con el 53,5% a favor
A falta de datos oficiales, sí se sabe que la participación ha sido alta, por encima del 75%
Los cerca de 8.200 militantes de ERC con derecho a voto que este viernes estaban llamados a votar para dar o no su apoyo al preacuerdo para investir a Salvador Illa como presidente de la Generalitat han ratificado el pacto, pero por la mínima, con el 53,5% de los votos a favor, 3.397 votos.
Por su parte, un 44,8% (2.847 votos) de los militantes han votado «no» y un 1,7% (105 votos), en blanco, según informan desde ERC.
La votación, que ha empezado por la mañana, ha terminado a las 19 horas. Dado que se ha realizado de forma telemática, con el apoyo de una empresa de blockchain, el resultado se ha sabido de forma instantánea, nada más terminar el plazo.
A falta de que comparezca la cúpula republicana para dar a conocer los detalles de la votación, se sabe que la participación ha sido de 6.390 personas, un 77% de los militantes con derecho a voto. Una participación, por tanto, muy alta, motivo que explicaría lo ajustado del resultado, ya que investir al líder socialista es un plato de «digestión difícil» para muchos militantes de de la formación independentista, como constató su líder, Marta Rovira, en una entrevista en Catalunya Ràdio hace unos días.
La pregunta que ERC planteaba a sus bases es: «¿Estás de acuerdo en que Esquerra Republicana vote a favor de la investidura del candidato socialista a cambio de la soberanía fiscal, la promoción y protección de la lengua catalana, la Convención Nacional para la resolución del conflicto político y el resto de medidas acordadas?».
¿Y ahora qué?
Con los apoyos garantizados de ERC y de los Comunes –que aprobaron su propio acuerdo con el PSC hace unos días–, el siguiente paso para Salvador Illa es comunicar al presidente del Parlament, Josep Rull, su voluntad de someterse a la investidura. Rull debería llevar a cabo una nueva ronda de consultas (lunes), convocar a la Diputación Permanente (martes) y fijar el día de la sesión de investidura, previsiblemente para el miércoles 7 de agosto.
Con todo, este calendario depende de un factor que puede hacerlo saltar todo por los aires: el regreso del expresidente de la Generalitat y líder de Junts, Carles Puigdemont, que ha insistido por activa y por pasiva que asistirá a la votación de investidura. Para ello cruzará la frontera y, con toda probabilidad, será detenido, ya que aún pesa sobre él una orden judicial.
Este movimiento, que tiene el objetivo de presionar a los republicanos para forzar a que alguno de sus diputados traicione la disciplina de partido, o exponerles como colaboracionistas por votar a un «candidato del 155» mientras el «presidente legítimo» está encarcelado, puede trastocar el calendario.
Puigdemont, además, cuenta con la complicidad de Rull, su mano derecha en el Parlament y que, como presidente, controla los tiempos y los ajustará a cómo sea más favorable para la estrategia juntaire.