
José Daniel Barquero, profesor especialista en Relaciones Públicas, miembro de la Academia de Ciencias Económicas y Financieras de España, lobista y coleccionista.
Entrevista
José Daniel Barquero: «Aznar, Zapatero, Rivera son lobbies por los contactos e influencia que tienen»
El miembro de la Academia de Ciencias Económicas y Financieras de España ha conocido a varios presidentes de los Estados Unidos y forma parte de un status social que decide como y porque se ha de invertir en ciertas cosas o como evolucionaran otras
José Daniel Barquero, profesor especialista en Relaciones Públicas, miembro de la Academia de Ciencias Económicas y Financieras de España, lobista y coleccionista.
Ha conocido a varios presidentes de los Estados Unidos y forma parte de un status social que decide como y porque se ha de invertir en ciertas cosas o como evolucionaran otras. Le ha concedido una entrevista a El Debate para hablar de su trayectoria vital.
— Estudiaste en los Estados Unidos con Edward Bernays, una de las personas más influyentes del siglo XX. ¿Quién fue y a qué es debido esta influencia?
— Bernays fue, ante todo, catalogado por la revista. norteamericana Life como uno de los personajes más influyentes del pasado siglo. Él incluso fue una de las personas que perteneció al Comité Krill de los Estados Unidos, que firmó la paz en la Primera Guerra Mundial en París.Le dio nombre a la profesión de Relaciones Públicas, definió lo que era, explicó lo que era, incluso publicó el primer libro en el año 1923. Y es el gurú, el padre moderno de las Relaciones Públicas. Él asesoró a varios presidentes de Estados Unidos, a la Casa Blanca, rechazó trabajar para Franco, Hitler y Somoza y se dedicaba a persuadir a la opinión pública. Un Relaciones Públicas es un experto en públicos, igual que un abogado interpreta a su cliente las leyes, un Relaciones Públicas interpreta sus públicos con el objetivo de persuadirlos, convencerlos de que voten, de que compren, de que consuman.
— Lo fichó una tabacalera para convencer a las mujeres que no fumaban, que lo hicieran. ¿No es verdad?
— Esta es una campaña muy icónica de Bernays. La American Tobacco Company lo contrata para que haya un aumento significativo de la venta de tabaco. En aquella época no se sabía que el tabaco provocaba cáncer, por supuesto.
Le encargan crear una campaña sin precedentes para aumentar el consumo de tabaco. Claro, el hombre ya fumaba, no podía fumar más. ¿Qué podemos hacer para triplicar las ventas o doblar las ventas de un producto? Pues un producto que es consumido exclusivamente por el hombre, que lo consuma también la mujer. Pero claro, estamos en los primeros movimientos feministas de los Estados Unidos, el hombre no es igual que la mujer, la mujer no es igual al hombre y la mujer está luchando por la igualdad de derechos. Una mujer que se atreviera a fumar en público en el Nueva York de aquellos años hubiera sido detenida por escándalo público.
Las mujeres no fumaban y no bebían alcohol. Por tanto, era una temeridad. A no ser algunas artistas de Hollywood como Greta Garbo y todo esto, que habían roto tabús pero en el cine. Pero eso era una provocación escandalosa. Es decir, nadie se atrevía a fumar en público. Entonces Bernays hace una campaña, en aquella época por correo postal. Se envían 100 cartas a las 100 asociaciones feministas de los Estados Unidos y se les dice, mira, estamos luchando por la igualdad de derechos, queremos la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, por tanto, el día de Pascua os convocamos a todas las mujeres de los Estados Unidos a luchar por la igualdad. Enciende tu antorcha de la libertad. Bajan desfilando por la Quinta Avenida de Nueva York con el cigarro encendido en la boca, las mujeres, por la igualdad de derechos. A los pocos días ya se estaba fumando en Estados Unidos, y no solo en Estados Unidos sino en todo el mundo.
— ¿En un negocio o empresa qué es más importante, el marketing o las relaciones públicas?
— Mira, son dos profesiones distintas. La profesión de Relaciones Públicas es una experta en públicos. Interpreta a los públicos a su cliente. Y la profesión de Marketing es una profesión que estudia los mercados. Una es experta en mercados y otra es experta en públicos. Entonces, si trabajas en todo lo que es Relaciones Públicas, estás obligado no solo a interpretar a los públicos, porque los públicos van unidos de los mercados. Si tú quieres persuadir a la opinión pública de que consuma un producto, obligatoriamente el producto depende del mercado y el mercado de marketing. O sea, mi trabajo es interpretar el comportamiento humano ante la decisión que va a tomar un político, un empresario, incluso el cambio de nombre de un producto.
— ¿Nuestros políticos han de saber de relaciones públicas o marketing o esto lo dejamos para los asesores?
— No, yo creo que los spindoctors, que no dejan de ser los superexpertos en relaciones públicas dedicados a política, son los que interpretan los públicos a sus políticos. La obligación de un líder político es gobernar. Entonces ahí está la encrucijada en la cual el mejor empresario gana y el mejor político gana. Entonces se trata de los negocios, o en la política o en el mundo empresarial, no necesariamente gana el que más, a lo mejor, productos vende. Aunque vendas más productos, no tienes por qué ganar más. Y en política no porque te voten más vas a gobernar, aunque te hayan votado más. Dependerá de cómo tú te muevas, cómo tú pactes antes de esas elecciones.
— ¿Qué es un lobbying?
—Ejerzo el lobby. El lobby y las relaciones públicas van muy unidas. El lobby es una profesión totalmente legal. En España existen registros de lobbies. Y es una profesión que nace en los Estados Unidos. Y nace en el lobby, en el Congreso. Es decir, en la política pública. Era gente que se infiltraba en el Congreso y trataban de influenciar a los políticos para que tomaran decisiones. Si tomas esta decisión, perjudicas al colectivo del sector cárnico. Si tomas esta otra, al sector del periodismo. Si tomas esta otra, perjudicas tal.
Entonces, son aquellas personas que advierten al político del peligro que corren según qué decisiones. Y si corren un peligro en política es perder unos votos o muchos votos. O generar muchos problemas o dolores de cabeza.
— ¿Podríamos decir que hay políticos o pueden haber políticos que se acaban convirtiendo en lobby?
— El político puede acabar convirtiéndose en lobby más que nada por la influencia y por los contactos que ha tenido a lo largo de su época de política. Ni lo dudemos. Yo creo que Aznar es un lobby, creo que Zapatero es un lobby, creo que Albert Rivera es un lobby, creo, no, lo son. De hecho, yo he colaborado en algunas campañas con algunos de los que hemos mencionado. Es decir, de estos tres, por ejemplo, he llevado campañas conjuntas. O sea, hay que decir que sí, sí, son lobbies.
— ¿Hay un halo de misterio alrededor del lobby?
— Sí, hay un halo de misterio porque la gente cuando desconoce una profesión, pues al principio la ve como misteriosa. Es decir, ocurrió con la profesión de Relaciones Públicas, que en sus orígenes en los años sesenta no estaba regulada, luego aparecieron los primeros estudios pioneros, tanto en la Escuela Superior de Relaciones Públicas de la Universidad de Barcelona como en ESERP Business School.
Estas dos escuelas fueron pioneras en España, luego llegó la Universidad Autónoma de Bellaterra, se reguló la profesión, existe el grado, el máster y el doctorado en Relaciones Públicas, y en cuanto al lobby, está regulada la profesión para el ejercicio profesional, no está regulada la formación, pero ya existen incluso doctorados en lobby, ya empieza la gente a formarse.