
Donald Trump durante su primer discurso en la Cámara de Representantes
Defensa | Mundo Lo mismo es que a Trump no le salen las cuentas
Para un político acostumbrado a proyectar una imagen de éxito empresarial, la situación económica de Estados Unidos puede estar empezando a erosionar el aura laureada de Donald Trump. En un ámbito donde los mercados bursátiles se desploman y las previsiones de crecimiento apuntan a una recesión inminente, la Casa Blanca parece estar recurriendo a tácticas tal vez antiguas por conocidas: desviar la atención y buscar enemigos externos.
El lunes, los principales índices de Wall Street registraron pérdidas notables. El Dow Jones Industrial Average cayó casi 650 puntos, lo que equivale a una contracción del 1,5 %. El S&P 500 retrocedió un 1,8 %, marcando su mayor caída del año y acumulando una pérdida del 4,46 % en el último mes. El Nasdaq Composite sufrió un desplome del 2,6 %, elevando su caída mensual al 7,56 %. El golpe no ha sido menor: más de 4 billones de dólares en capitalización de mercado han desaparecido. Empresas icónicas como Tesla han sufrido especialmente, con una caída del 31,76 % en solo un mes.
Las señales de alarma se intensifican con las últimas proyecciones de la Reserva Federal de Atlanta. Su modelo GDPNow ha ajustado a la baja su previsión para el PIB del primer trimestre de 2025, estimando ahora una contracción del 2,8 %. Este ajuste desde una caída inicial del 1,5 % refuerza los temores de que la economía estadounidense se encamine a una recesión antes de lo previsto.
El deterioro económico no es un accidente ni una sorpresa. La política comercial de Trump ha sumado incertidumbre en los mercados. Los datos, ahí están. En un movimiento que recuerda a la guerra comercial con China de su primer mandato, el presidente ha anunciado aranceles del 25 % a las importaciones desde Canadá y México, lo que ha elevado las tensiones comerciales y generado más volatilidad. Y en abril, vienen curvas también por nuestras latitudes. A esto se suma la desaceleración en el sector manufacturero: informes de febrero de 2025 muestran una disminución significativa en pedidos y empleo en la industria, lo que sugiere una pérdida de impulso en la recuperación postpandemia. La caída de la confianza del consumidor también es alarmante. El gasto de los hogares, motor clave del crecimiento estadounidense ha registrado una fuerte contracción, reflejo de la incertidumbre que se cierne sobre la economía.Por todo ello no sería descabellado considerar que la Casa Blanca intente desviar la atención con maniobras geopolíticas. La narrativa proteccionista y la amenaza de conflictos comerciales han sido recursos recurrentes de Trump para mantener su base electoral movilizada. Pero más allá del teatro político, hay elementos estratégicos en juego. Rusia, con su creciente influencia en África, América Latina y otras latitudes, se presenta como un actor clave en las relaciones internacionales de EE.UU. Trump podría estar tanteando el terreno para negociar con el Kremlin (si no lleva ya semanas), a la vez que mantiene un perfil más bajo con respecto a China, cuyo crecimiento en gasto militar son un reto que Washington difícilmente puede igualar en este momento.
Con una economía dando señales de debilidad, Trump necesita encontrar una narrativa que le permita sostener su imagen de líder fuerte y visionario. Y con unos índices económicos en caída, Trump puede ser más Trump que nunca, es decir, que vienen más curvas.
José Antonio Monago Terraza
Portavoz Adjunto Grupo Popular en el Senado
Miembro de la Comisión Mixta de Seguridad Nacional, y Defensa