Pulso legalÁlvaro Caparrós Carretero

Volar barato, pagar caro: Las trampas de Ryanair que nunca acaban

Actualizada 04:30

Ya me estoy acostumbrando a la difusión de consejos y explicaciones legales en Instagram (@acaparros_abogado, por cierto), pero sin duda la que se lleva la palma en vacaciones son las relacionadas con compañías de vuelo de bajo coste y sus «pequeñas» triquiñuelas para ganar dinero. ¡Ah, Ryanair! La aerolínea de bajo coste que todos amamos odiar. No importa cuántas veces hayamos leído las letras pequeñas, siempre parece que hay una nueva trampa esperándonos en el aeropuerto. Esa maleta que pensabas que era de mano, de repente, se convierte en un «equipaje especial», y claro, el «especial» viene con un precio. Pero, ¿cómo es posible que Ryanair siga saliéndose con la suya, incluso después de innumerables sentencias en su contra? Aquí es donde las cosas se ponen interesantes.

Ryanair tiene un historial casi legendario de enfrentarse a demandas judiciales. Y aunque uno pensaría que después de tantas sentencias adversas la aerolínea cambiaría su comportamiento, la realidad es muy diferente. De hecho, parece que para Ryanair, las multas y compensaciones son solo parte del negocio. Al fin y al cabo, si su modelo de bajo coste sigue siendo tan rentable, ¿por qué cambiarlo? Claro, algunas de estas prácticas han sido declaradas abusivas, como la política de cobrar por el equipaje de mano, que ya ha sido condenada por tribunales españoles. Pero eso no impide que, cada verano, los pasajeros sigan siendo sorprendidos por nuevas tarifas y cargos adicionales.

La razón por la que Ryanair persiste en estas tácticas podría tener que ver con la naturaleza misma de su modelo de negocio. Al ofrecer vuelos a precios increíblemente bajos, la aerolínea necesita encontrar formas de compensar esos costes. Y lo hace de manera muy efectiva con cargos adicionales que, si bien irritan a los pasajeros, parecen no ser suficientes para disuadir a la mayoría de ellos. Después de todo, volar a Londres por menos de lo que cuesta un taxi en Madrid es difícil de resistir, incluso si te cobran por llevar un bolso.

Pero ahora, los consumidores podrían tener un nuevo as bajo la manga. La Directiva de Acciones de Representación, recientemente transpuesta en España, permite a los consumidores unirse en demandas colectivas. Esto significa que, en lugar de enfrentarse individualmente a una compañía gigantesca como Ryanair, los pasajeros pueden unirse para presentar una demanda conjunta. Y esto no es una cuestión menor. Mientras que en el pasado muchas personas se resignaban a aceptar cargos adicionales porque el esfuerzo de litigar no valía la pena, ahora, con las acciones colectivas, el panorama cambia drásticamente. ¿Te imaginas a miles de pasajeros demandando a la aerolínea al mismo tiempo? No es una pesadilla para Ryanair, es una realidad legal que se avecina.

Sin embargo, surge una pregunta inevitable: ¿serán estas acciones colectivas suficientes para forzar un cambio real en las prácticas de Ryanair? Es posible que sí, aunque la historia nos dice que la aerolínea no es de las que se rinden fácilmente. Lo más probable es que continúe encontrando nuevas formas de cobrar a los pasajeros, siempre al borde de la legalidad, pero ahora enfrentando un riesgo mayor si no adapta sus políticas.

Y mientras Ryanair se adapta o no, los consumidores deben estar más vigilantes que nunca. Es crucial conocer nuestros derechos y estar preparados para defenderlos. Afortunadamente, ahora contamos con herramientas más poderosas para hacerlo. La clave está en la información y en la disposición a actuar colectivamente cuando sea necesario. No se trata solo de recuperar unos cuantos euros, sino de poner un freno a prácticas que, aunque legales en ocasiones, son claramente injustas.

Pero no todo es tan sombrío. Hay algo casi admirable en la tenacidad de Ryanair para encontrar nuevas formas de generar ingresos. En cierto sentido, podríamos verlo como una versión moderna de David contra Goliat, donde Goliat (Ryanair) siempre está un paso por delante, pero David (nosotros, los consumidores) está aprendiendo a luchar mejor y, ahora, con las acciones colectivas, con una honda mucho más poderosa.

Al final, este no es solo un problema de Ryanair, sino de un modelo de negocio que depende de sorprender constantemente al cliente con nuevos cargos. Tal vez sea hora de que los consumidores, armados con la nueva normativa, digamos «hasta aquí» y empecemos a ganar estas batallas legales. Porque si hay algo que Ryanair no ha aprendido todavía es que el cliente, tarde o temprano, siempre encuentra la manera de tomar represalias, ya sea individualmente o, mejor aún, colectivamente.

Así que la próxima vez que te cobren 50 euros por esa pequeña maleta o te sorprendan con un cargo adicional porque decidiste respirar en el avión, recuerda que no estás solo. Y si necesitas consejos o simplemente una dosis de humor jurídico para sobrellevar la situación, ya sabes dónde encontrarme en Instagram. Prometo no cobrar por el equipaje de mano.

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