Miércoles de Ceniza

El padre Tomás Pajuelo reflexiona sobre la Cuaresma que comienza hoy

Ayuno, oración y limosna, pero sin hipocresía

El padre Tomás Pajuelo llama a la conversión en el inicio de la Cuaresma

En este Miércoles de Ceniza, el padre Tomás Pajuelo, párroco de Beato Álvaro de Córdoba, reflexiona sobre el sentido de la Cuaresma, destacando su carácter de conversión y preparación espiritual para la Semana Santa. En su mensaje, subraya que este tiempo litúrgico no tiene sentido por sí mismo, sino que adquiere significado en la medida en que permite vivir con mayor profundidad los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.

«No es cuestión de vivir la Cuaresma, sino de vivirla teniendo como meta poder experimentar profundamente los grandes misterios de nuestra salvación», afirma el sacerdote. Para ello, insiste en la necesidad de preparar el corazón, el cuerpo y el alma con el objetivo de hacer de la Semana Santa una experiencia verdaderamente transformadora.

El padre Pajuelo recuerda que la Cuaresma nace de la tradición de Jesucristo, quien antes de iniciar su predicación se retiró al desierto durante cuarenta días, dedicándose al ayuno, la oración y la comunión con Dios Padre y el Espíritu Santo. «Si el Señor se preparó con esos cuarenta días, ¿cuánto más nosotros que necesitamos tanta preparación y tomar conciencia de lo que debemos convertir y cambiar?», cuestiona.

En este sentido, destaca que la Cuaresma es un tiempo de conversión, una oportunidad que Dios ofrece a su pueblo, tal como lo hizo con Noé y los ninivitas, quienes, al escuchar la predicación de Jonás, se arrepintieron y recibieron el perdón divino. «Dios nos ha enviado a su propio Hijo para salvarnos y nos pide que nos unamos a esa salvación», enfatizó.

Asimismo, el párroco señala las «tres grandes armas» que la Iglesia propone para este tiempo: el ayuno, la oración y la limosna. Sobre estas prácticas, explicó que deben realizarse con humildad y sin ostentación. «El Evangelio de hoy nos advierte que no debemos hacer las cosas para ser vistos por los demás, sino para que solo Dios las note. No se trata de no ayunar, no orar o no dar limosna, sino de hacerlo con sinceridad y sin buscar reconocimiento», dijo.

Finalmente, anima a los fieles a reforzar su vida de oración, a meditar sobre la salvación de Dios y a vivir intensamente los sacramentos, especialmente el de la confesión. «La Cuaresma es un tiempo propicio para reconciliarnos con Dios y prepararnos para la Pascua. No dejemos la confesión para el último momento, sino vivámosla como un encuentro real con la misericordia divina», expresó.

Para concluir, el padre Pajuelo imparte su bendición y exhorta a la comunidad a vivir una Cuaresma santa y fructuosa, recordando las palabras que el sacerdote pronuncia al imponer la ceniza: «Conviértete y cree en el Evangelio». «Todos estamos llamados a la conversión. Que este tiempo nos ayude a transformar nuestras vidas y a vivir según el Evangelio», concluye.

comentarios
tracking