
Isabel Guerrero
Isabel Guerrero, presidenta de Adevida Córdoba
«Defendemos una maternidad y una infancia dignas, y las ayudamos de muchas formas»
La asociación provida ha celebrado esta semana el VI Baratillo de Primavera
Poner en marcha un mercadillo benéfico como el Baratillo es un verdadero trajín que requiere mucha coordinación, pero es algo que casi les sale de forma natural a las voluntarias y voluntarios de Adevida en Córdoba porque tienen un afán inquebrantable. Defender la vida humana en la actualidad lo requiere, desde luego, porque hay muchos frentes en contra que en seguida vienen con las leyes en la mano para acallar posturas y amedrentar a esos sensatos y honestos disidentes que saben diferenciar perfectamente entre legalidad y legitimidad.
El Oratorio San Felipe Neri, generosamente cedido por el Ejército español, requiere por su ubicación céntrica y semipeatonal gran habilidad e imaginación para cargar y descargar una mercancía que durante unos días servirá para mucho y muy bueno. El Baratillo de Primavera se suma así al evento central, próximo a la Navidad, y a otros que desde Adevida se organizan para recaudar fondos y estar presentes y visibles, aunque su trabajo diario no se vea tanto y mantenga a una mano dando y a la otra sin conocer.
La asociación está presidida por Isabel Guerrero, que lleva en esto muchos años, lo que le ha permitido conocer historias felices dentro de la adversidad y vidas que han prosperado a pesar de tener todo en contra. Esta mujer sonríe porque sabe que la vida, aunque a veces saque naipes difíciles de jugar, merece la pena defenderla siempre y en todo lugar.

Isabel Guerrero
- Pues sí, desde 2006. Así que el año que viene cumpliré veinte años como presidenta. He intentado hacerlo lo mejor posible dentro de mis posibilidades, siempre con un gran equipo a mi alrededor.
- ¿Y veinte años más tarde, es más fácil o más difícil luchar a favor de la vida?
- Creo que, actualmente, es mucho más complicado. Antes también había dificultades, por supuesto, pero ahora nos estamos encontrando con situaciones que, en ocasiones, hacen que uno se lleve las manos a la cabeza por lo que está ocurriendo en la sociedad. La verdad es que el panorama está bastante difícil. En nuestro caso, hemos aumentado muchísimo el número de personas atendidas en situación de vulnerabilidad, lo cual refleja que la situación, lejos de mejorar, está empeorando.
- ¿De qué manera las atienden? Porque si ha crecido el número de personas, supongo que también lo habrán hecho sus necesidades, ¿no?
- En Adevida atendemos a todas las mujeres embarazadas que quieren seguir adelante, libremente, con su embarazo. Muchas de ellas se encuentran en una situación de precariedad o se sienten muy solas. Y es ahí donde intervenimos: siempre digo que somos como su segunda familia. Cuando llegan a Adevida, se sienten acogidas. A veces se dice que lo económico no es tan importante, pero claro que lo es, porque cuando vas a traer un hijo al mundo, quieres poder cubrir sus necesidades básicas. Por eso defendemos una maternidad y una infancia dignas, y las ayudamos de muchas formas. No solo con lo que necesita el recién nacido —leche, cereales, una canastilla, ropita—, sino también con prendas que nos donan voluntarios y personas generosas de Córdoba. Muchas de estas mujeres ya tienen otros hijos, y pueden encontrar ropa para diferentes edades. Además de la ayuda material y económica, en la medida de nuestras posibilidades, también les ofrecemos apoyo psicológico y afectivo. Las arropamos.
- Hoy en día es muy fácil abortar e incluso el aborto, contempado como derecho, cuenta con el respaldo de un importante cuerpo político que lo promueve. De hecho, debatir sobre su legitimidad ya lo consideran algunos un delito de odio. Querer ser madre, según en qué situaciones, es un auténtico milagro.
- Claro que sí, es un milagro total. Una mujer embarazada que quiere tener a su hijo, pero que se encuentra en una situación económica complicada, o está sola, o incluso recibe presiones de su pareja —que le dice que si sigue adelante se queda sola— necesita apoyo. Hay que estar con ella. Porque, como tú has dicho, traer al mundo esa vida es un auténtico milagro. Y si ella quiere seguir adelante, en Adevida estamos para apoyarla en todo lo que podamos, dentro de nuestras posibilidades.
- ¿Cuántas mujeres han atendido en el último año y en qué ha consistido esa ayuda? Aunque algo ya nos ha anticipado.
- En 2024 atendimos a 606 personas. De ellas, 87 eran hombres y 356 eran menores, incluyendo 105 bebés de menos de un año. Entre este conjunto, había 64 personas inmigrantes, a quienes, por supuesto, también hemos apoyado. Para nosotros no importa de dónde venga la mujer; puede llegar a Adevida desde cualquier lugar del mundo. De hecho, hemos atendido a mujeres procedentes de más de catorce países, entre ellos Colombia, Nicaragua, Marruecos o Venezuela. Esto demuestra que la solidaridad no entiende de fronteras.
En cuanto a la ayuda material, en 2024 entregamos 5.918 potitos, más de 480 paquetes de pañales, y más de 3.000 unidades de leche maternizada, con el objetivo de garantizar una infancia saludable y digna. También repartimos cerca de 200 lotes de higiene infantil -porque la higiene también es esencial- y más de 60 canastillas para los recién nacidos. Además, distribuimos más de 12.300 kilos de alimentos procedentes del Banco de Alimentos. Todo esto es posible gracias al voluntariado, que es quien reparte, quien organiza y quien está al pie del cañón.

Isabel Guerrero y Eva Contador, teniente alcalde de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Córdoba
Siempre digo que detrás de cada número hay una historia: una madre que recupera su dignidad, un niño que recibe su primer juguete o lo que necesita para empezar su vida con dignidad.
Y en lo que llevamos de 2025, aunque estamos apenas en abril, ya hemos atendido a más de 99 usuarias, con un total de 376 beneficiarios directos, entre ellos más de 90 menores de un año. Vamos camino no solo de igualar las cifras del año pasado, sino de superarlas. Y eso será posible, en parte, gracias al convenio con el Ayuntamiento de Córdoba, y también porque este año la Diputación, a través del IPBS, va a colaborar con una ayuda. Entre esa ayuda institucional, el voluntariado y la generosidad de Córdoba —a través, por ejemplo, de nuestro baratillo—, creo que lo conseguiremos.
- Hablamos de madres que necesitan ayuda porque están en situación de vulnerabilidad, pero también atienden a hombres. ¿Cómo es esa ayuda para ellos?
- A veces nos encontramos con hombres que también están solos, con un bebé o con niños pequeños a su cargo. Otras veces son hombres que acompañan a su pareja durante el embarazo o la crianza. En cualquier caso, nosotros ofrecemos apoyo a toda la unidad familiar si hay menores a su cargo. Esa ayuda incluye, principalmente, alimentación y lo que esté en nuestra mano ofrecerles. También ellos forman parte de ese entorno vulnerable que intentamos sostener.
- Hace poco la Universidad Loyola presentó el Atlas de las Dependencias, el primero que se elabora en España. Uno de los aspectos que ponía de relieve es que existe una buena red de asistencia para luchar contra las dependencias, pero que está muy dispersa. ¿Ocurre algo parecido con las entidades que se dedican a defender la vida?
- Pues no lo sé con certeza, pero puede que sí sea así, que esté algo dispersa. Yo solo puedo hablar en profundidad de Adevida Córdoba. Conozco también muchas otras asociaciones, porque estamos federados en la Federación ProVida, y sé del trabajo que realizan en distintas provincias. Pero cada entidad actúa como puede, según sus medios.
Hay asociaciones que se centran más en la educación sobre la defensa de la vida; otras, como la nuestra, además de defenderla, ofrecemos asistencia directa: productos, ayuda económica, acompañamiento… También hay quienes se dedican más al asesoramiento o a la incidencia pública, organizando campañas o acciones para visibilizar esta causa.
En definitiva, cada asociación se enfoca según sus posibilidades. Algunas pueden dedicar sus recursos, por ejemplo, a hacer más campañas o publicidad; otras, como nosotros, gracias a Dios, contamos con un voluntariado muy comprometido y el apoyo de instituciones aquí en Córdoba, lo que nos permite combinar esa labor de concienciación con una ayuda muy concreta a la maternidad y a la infancia.

Isabel Guerrero junto al canónigo José Juan Jiménez Güeto
Lo importante es que, aunque cada entidad trabaje a su manera, todas vamos a una: a defender la vida, la maternidad y una infancia digna.
- ¿Cuántos voluntarios tiene Adevida en Córdoba y qué se necesita o qué se pide para ser voluntario?
- La verdad es que no te sabría decir un número exacto, porque es incontable. Lo que sí puedo asegurar es que contamos con más de trescientos voluntarios. Hay personas que trabajan durante todo el año preparando los muñecos que vendemos en el baratillo, que son nuestro buque insignia. Esos muñecos van vestidos con faldones, jerséis, gorritos… y tengo a señoras que son verdaderas artistas. Yo, por ejemplo, no sé hacer ganchillo, pero ellas confeccionan esas piezas a mano, con un cariño increíble.
Solo para el baratillo, calculo que tenemos más de doscientas voluntarias y voluntarios. Pero es que, además de voluntarios, son artesanos: hay quien trabaja la madera, quien hace punto, quien pinta… y todo lo que elaboran lo exponen en nuestro puesto «Mano a mano», uno de los más importantes de Adevida. Ahí participan más de treinta personas, que restauran muebles donados, los transforman, los pintan… y eso tiene una acogida tremenda. Vienen muchas personas a comprar muebles grandes y pequeños, porque están preciosos.
También tenemos un voluntariado constante en nuestra sede. Unas preparan las canastillas para los recién nacidos, otras los lotes de alimentos para repartir entre las familias. Cada una tiene su función. Además, muchas personas generosas de Córdoba se acercan a traernos ropa de sus hijos que ya ha quedado pequeña, y también contamos con voluntarias y voluntarios que la clasifican, la lavan si hace falta, la planchan, le cosen botones si falta alguno… Todo para que llegue en buen estado a las usuarias.
En definitiva, Adevida tiene mucha suerte con el voluntariado. Es un equipo humano increíble al que estamos profundamente agradecidos.
- Acaban de celebrar el Baratillo de Primavera, que ya se ha afianzado. Es la sexta edición y se puede decir que complementa al Baratillo de Navidad, que es el más conocido y el que lleva más años celebrándose.
- Sí, así es. Cuando organizábamos nuestro baratillo en la Plaza de Toros, hubo un momento en que ya no se pudo hacer allí, así que empezamos a buscar otras opciones. Fue entonces cuando la Brigada Guzmán el Bueno X, en San Felipe Neri, comenzó a cedernos el espacio. Allí arrancamos con el Baratillo de Navidad, que este año celebrará su decimosexta edición, si Dios quiere.
Con el tiempo, y viendo que teníamos muchas usuarias y muchas necesidades, nos planteamos: ¿por qué no organizar también un baratillo en primavera? Y así nació el Baratillo de Primavera, que este año ha celebrado su sexta edición. La verdad es que ha tenido muy buena acogida desde el principio y estamos muy contentos con los resultados.
-Además, estos baratillos suponen un apoyo económico importante para la asociación, ¿no?
- Sí, sin duda. Los baratillos que organizamos son, de hecho, nuestra principal fuente de ingresos. Gracias a ellos podemos seguir ayudando a tantas familias. Pero además de los baratillos, también realizamos otros eventos a lo largo del año, y muchos de ellos surgen directamente del propio voluntariado.
Por ejemplo, fue una voluntaria quien propuso organizar un campeonato de golf, que este año celebrará su cuarta edición. O la fiesta de febrero, que también ha tenido muy buena acogida y que este año hemos celebrado por tercera vez. Tenemos un voluntariado con muchísimas ganas de trabajar por Adevida, así que no nos podemos quejar. Es una suerte contar con tanta implicación.