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La caballa es un pescado azul

La caballa es un pescado azulFlickr

Estudio

Los niños que comen pescado dos veces por semana son más sociables, según un estudio

La investigación, que recoge datos de 5.969 niños de entre 7 y 9 años de edad, ha sido publicada en el European Journal of Nutricion

Somos lo que comemos o, por lo menos, lo que comemos parece que influye en nuestra forma de ser. Esto es lo que asegura un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Bristol y publicado en el European Journal of Nutrition, que ha analizado la asociación entre la ingesta de pescado en niños de entre 7 y 9 años y sus habilidades cognitivas (CI) y conductuales (SDQ, por sus siglas en inglés, Strengths and Difficulties Questionnaire, un cuestionario de fortalezas y dificultades que se usa para evaluar la salud mental y el comportamiento de niños y adolescentes).

Los hallazgos del estudio no evidenciaron una relación significativa entre la ingesta de pescado y las puntuaciones de cociente intelectual, lo que indica que, en esta cohorte concreta, el consumo de estos alimentos a los 7 años no tuvo un impacto relevante en el desarrollo cognitivo general evaluado al año siguiente. No obstante, sí se identificaron vínculos consistentes en relación con el comportamiento prosocial: los menores que no consumían pescado presentaban entre un 35 % y un 43 % más de probabilidades de obtener puntuaciones bajas en esta dimensión del cuestionario SDQ, tanto a los 7 como a los 9 años de edad. Además, se detectó una correlación débil entre una mayor ingesta de DHA —ácido graso omega-3 presente en el pescado— y mejores resultados en conducta prosocial.

El trabajo subraya que el consumo medio de pescado entre los niños estudiados fue inferior a las recomendaciones oficiales (190 gramos semanales), lo cual podría implicar una ingesta insuficiente de nutrientes clave como el DHA, el yodo o el selenio, todos ellos fundamentales para un desarrollo adecuado. Si bien se reconocen los potenciales riesgos asociados a la presencia de contaminantes como el mercurio en ciertos tipos de pescado, el estudio concluye que, en contextos de baja exposición, los beneficios derivados de su consumo —especialmente en términos de comportamiento social positivo— superan dichos riesgos.

Con todo, aunque no se encontró un efecto claro del consumo de pescado sobre la inteligencia, sí se observó una asociación relevante con aspectos conductuales, en particular en el ámbito social y emocional. Estos resultados refuerzan la necesidad de fomentar una ingesta adecuada de pescado durante la infancia como parte de las políticas de salud pública dirigidas a promover un desarrollo emocional y social saludable.

Los pescados más saludables

Si lo que le preocupa a los progenitores son los niveles de mercurio en estos alimentos, un equipo del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha analizado la concentración de mercurio de 58 especies de pescado y marisco de consumo humano a la venta en mercados locales de España, Italia y Francia para encontrar los más saludables en este aspecto.

De todas ellas, solo se encontraron trece especies que no excedieron los 0.5 μg g las concentraciones de mercurio recomendadas como seguras por la Unión Europea (UE):

  • Sardina
  • Boquerón
  • Bacaladilla
  • Caramel
  • Besugo
  • Dorada
  • Galán
  • Salmonete de roca
  • Serrano
  • Corvina negra
  • Salema
  • Dorado
  • Calamar

«Consumir estas especies minimiza nuestra ingesta de mercurio, que es el precio a pagar al comer pescado. Además, estos peces tienen una buena cantidad de ácidos grasos insaturados, que son más beneficiosos desde un punto de vista nutricional», asegura Joan O. Grimalt, investigador del IDAEA-CSIC y autor principal del estudio, publicado en la revista Environmental Pollution.

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