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Diez años sin la Duquesa de Alba: así ha crecido y cambiado la familia
Este miércoles se cúmple una década desde el fallecimiento de Cayetana Fitz-James en Sevilla
Han pasado diez años desde que Cayetana Fitz-James Stuart, la inolvidable Duquesa de Alba, falleciera en el Palacio de las Dueñas. Su muerte marcó el final de una era en la que su figura no solo representaba historia y nobleza, sino también el pilar que mantenía unida a su extensa familia. Ahora, una década después, la realidad de sus hijos muestra un panorama diferente: tensiones, distancias y caminos personales que han hecho que el espíritu de unidad que ella simbolizaba se haya desdibujado.
Cuando Cayetana falleció, dejó un patrimonio inmenso, repleto de palacios, obras de arte y títulos nobiliarios. Pero ese legado no solo trajo riqueza, sino también diferencias entre sus seis hijos: Carlos, Alfonso, Jacobo, Fernando, Cayetano y Eugenia. El reparto de la herencia fue el primer desencadenante de las tensiones. Aunque todos recibieron parte de la fortuna, las decisiones tomadas por Carlos, como nuevo Duque de Alba, no siempre contaron con el visto bueno de sus hermanos.
Por otro lado, la relación entre Eugenia y Cayetano es una de las más tensas dentro de la familia. Ambos, más expuestos mediáticamente que otros hermanos, han marcado una distancia evidente en los últimos años. Un ejemplo simbólico es la misa anual en honor a Cayetana, organizada por Cayetano, a la que Eugenia no asiste. De hecho, la celebración del 25 cumpleaños de Tana, la hija de Eugenia, dejó claro el distanciamiento: Cayetano fue la gran ausencia en una fiesta que reunió a gran parte de la familia.
En Los Gitanos
Este 20 de noviembre, como cada año, se celebrará una misa en la iglesia de la Hermandad de los Gitanos de Sevilla, donde reposan las cenizas de la duquesa. Este lugar, muy especial para Cayetana en vida, será el escenario de un homenaje al que asistirán algunos de sus hijos.
Alfonso Díez, su último gran amor, se mantiene como el más discreto de los protagonistas de esta familia de escándalos y titulares. Díez, que vive en el elegante barrio de Chamberí en Madrid, lleva una vida tranquila y fuera del radar mediático.
Bodas que no pudo ver
Desde la muerte de Cayetana Fitz-James Stuart en 2014, han ocurrido algunos de los momentos más significativos en la vida de sus hijos, entre ellos dos bodas importantes que han marcado la historia familiar. La primera fue la de su hija menor, Eugenia Martínez de Irujo, quien en 2017 sorprendió a todos al casarse en secreto en Las Vegas con Narcís Rebollo, presidente de una agencia de talentos. La ceremonia, lejos de los protocolos aristocráticos, fue íntima y completamente inesperada, reflejando la espontaneidad y el estilo rebelde de Eugenia. Tres años después, en 2022, la pareja renovó sus votos en el mismo lugar, esta vez disfrazados como John Travolta y Olivia Newton-John en Grease, mostrando su espíritu desenfadado y divertido. Sin duda, Cayetana habría disfrutado de la originalidad de su hija y de esta forma tan especial de celebrar el amor.
Otra boda significativa que Cayetana no pudo presenciar fue la de su nieto Carlos Fitz-James Stuart y Solís, Conde de Osorno, hijo de Carlos Fitz-James Stuart, el actual Duque de Alba. En 2021, Carlos contrajo matrimonio con Belén Corsini en una ceremonia celebrada en el emblemático Palacio de Liria, residencia familiar y uno de los símbolos más representativos del legado de la Casa de Alba. Este enlace, aunque sin la presencia de Cayetana, fue un evento lleno de significado, representando la continuidad de la familia y su historia dentro de los muros que la duquesa tanto amó y preservó.
La historia de amor entre Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan comenzó en 2016, dos años después del fallecimiento de la Duquesa de Alba. Con una diferencia de edad de 33 años, su relación ha desafiado las expectativas y se ha consolidado con el tiempo. Bárbara, joven y discreta, se ha integrado plenamente en la vida de Cayetano, pasando largas temporadas juntos en la finca de Las Arroyuelas. Además, ha logrado una buena relación con los mellizos Luis y Amina, hijos de Cayetano y su exesposa, Genoveva Casanova.
Diez bisnietos
La Duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, dejó un extenso legado no solo en historia y patrimonio, sino también en una familia que sigue creciendo incluso diez años después de su partida. Si bien sus hijos han tomado caminos muy distintos, el linaje de la Casa de Alba no deja de ampliarse con la llegada de los bisnietos de la inolvidable Cayetana, quienes ya son 10 y aseguran que su apellido continúe brillando por generaciones.
El principal responsable de esta expansión familiar es Carlos Fitz-James Stuart, el actual Duque de Alba y primogénito de Cayetana. Carlos tiene dos hijos que ya han formado sus propias familias. Fernando Fitz-James Stuart, Duque de Huéscar, está casado con Sofía Palazuelo, con quien ha dado la bienvenida a dos niñas: la pequeña Rosario, nacida en 2020, y Sofía, quien llegó al mundo en 2023. Su hermano menor, Carlos Fitz-James Stuart, Conde de Osorno, también ha seguido sus pasos y junto a su esposa, Belén Corsini, celebraron en 2022 el nacimiento de su primer hijo, Carlos, el más reciente de la nueva generación de los Alba.
Por su parte, Cayetano Martínez de Irujo, otro de los hijos destacados de Cayetana, es padre de mellizos: Luis y Amina Martínez de Irujo, fruto de su matrimonio con Genoveva Casanova. Aunque por ahora estos dos jóvenes no han dado a la duquesa nuevos descendientes, se espera que en el futuro también amplíen el árbol genealógico.
El discreto Alfonso Martínez de Irujo, tercer hijo de Cayetana, también ha contribuido a aumentar la familia. Sus hijos, Luis Martínez de Irujo, Duque de Aliaga, y Javier Martínez de Irujo, Marqués de Almenara, tienen ya sus propias familias. Javier, junto a su esposa, Inés Domecq, ha tenido tres hijos, mientras que Luis también ha formado su descendencia.