El restaurante madrileño del lío con Hannover cuelga el cartel de completo este fin de año
El chef Stéphane del Río está desbordado y no quiere atender a la prensa tras el incidente con Hannover
Las cocinas echan humo y el telefóno también. Tanto es así que el chef más famoso de las últimas horas en la prensa rosa no puede ni coger el telefóno para atender a la prensa. No tiene ni un minuto libre.
«Lo siento no puedo atenderles tengo mucho trabajo con las reservas para nochevieja», explican al El Debate, segundos antes de de colgar el telefóno en el restaurante Le Bistroman Atelier. Es el local protagonista de la polémica surgida tras el encontronazo reciente y público de su dueño y chef Stéphane del Río con el siempre polémico Príncipe Ernesto de Hannover.
Ni cenar el día 31, ni almorzar el día 1. No hay posibilidad de reservar en este lugar de moda, en el centro de Madrid, que este año ha recibido recomendación Michelin, por cierto, y de la Guía Repsol. Un restaurante no demasiado formal, que pretender ser un «trocito de Francia en Madrid».
No hay mal que por bien no venga, dice el refrán español. Y desde luego en este caso se cumple. El restaurante francés ubicado en el corazón de Madrid donde el Príncipe que estuvo y está, según dicen, casado aún con Carolina de Móncaco, montó un lío y rompió incluso piezas del menaje, está ya lleno para la noche del 31 y para el almuerzo del día 1 del 2025 y no admite más reservas en esas fechas.
Un sueño
Sacan pecho sobre todo del buen servicio y el buen trato a los clientes. «Le Bistroman Atelier nació como un sueño compartido por Stephane y Miguel Ángel (@stephanedrb @miguel_angel_marinelli ), dos amigos con una profunda pasión por la cocina francesa. Lo que comenzó como una pasión compartida por la gastronomía, se convirtió en un viaje lleno de creatividad, amistad y corazón. No siguieron un plan estricto, solo una visión y el deseo de traer un pedacito de Francia a Madrid», explican en su web.
Un lugar que a día de hoy se ha convertido en un referente para quienes buscan una experiencia auténtica en la capital. Una historia que mezcla tradición familiar y amor por la cocina. Ambos socios, con raíces franco-españolas, decidieron embarcarse en este proyecto después de años de trabajar juntos en otros negocios. Como hijos de madre francesa y padre español, crecieron entre dos culturas culinarias que marcaron profundamente su forma de ver la gastronomía.
Abrieron en Madrid porque sentían que había un vacío por llenar. Montaron entonces "un «atelier» donde cada detalle está cuidadosamente pensado.
La cocina se vive como un arte, donde cada plato es una obra cuidada al detalle. Desde la selección de ingredientes hasta la presentación de cada plato, el objetivo es que los comensales vivan una experiencia genuinamente francesa, pero sin las formalidades que a veces caracterizan a la alta cocina", revelan.
El encontronazo
«Pues resulta que viene a comer por tercera vez un aristócrata europeo asiduo a las portadas de prensa rosa y con un problema de alcoholismo conocido mundialmente. Rompe copas, las tira a los camareros, insulta al personal y a los otros clientes, grita, agrede al personal sanitario del Samur que viene a atenderle por un atragantamiento y se va cayendo de la borrachera. Las tres visitas igual, la del samur la última. Cuando le digo a la mujer que si se comportan así la próxima vez avisaré a la policía...", escribía el reputado chef el pasado 28 de diciembre, como si de una inocentada se tratase en sus redes sociales, creando un gran revuelo y una fama inesperada que le ha llenado el local. Llamarles a Hannover y a su novia Claudia Stilianopoulus, «chusma» le ha salido rentable, sin duda a corto plazo, al menos.