Preocupación por Ana Obregón y su nieta-hija
En dos años de vida, la pequeña Ana Sandra ha protagonizado siete portadas de ¡Hola!, con fotos sin pixelar. «Compró una niña para luego venderla», la critican en redes

Ana Obregón, en el bautizo de Ana Sandra Lequio
Hay algo en la mirada de la pequeña Ana Sandra que desconcierta. En las últimas siete portadas de ¡Hola!, sí, siete en dos años de vida, aparece seria, ausente, y la única a la que se le desencaja la mandíbula para sonreír es a Ana Obregón. Este miércoles, la niña protagonizaba la revista con el pretexto de su segundo cumpleaños en un universo rosa, con un pastel de merengue de dos pisos. Guarda un escalofriante parecido con su padre Aless, que en paz descanse, con sus mismos tirabuzones castaños, pero su expresión delata una tristeza contenida.
«Compró una niña para luego venderla», argumentan los más críticos en redes sociales. No entraremos aquí a juzgar a una madre que ha debido sobreponerse a la muerte de su único hijo, pero sí surge una profunda reflexión. Un ser humano nacido, en marzo de 2023, de un vientre de alquiler en EE.UU. con el de una persona fallecida. ¿Se puede compensar la pérdida de un hijo fabricando un nieto con su esperma? Lo contemplaríamos, aún con incredulidad, en un capítulo de la nueva temporada de Black Mirror. Y no solo eso, sino que lo han normalizado aireando la vida de esa niña en las revistas.
Alessandro Lequio no la reconoce como nieta y sigue insistiendo en que Ana Sandra no es hija de su hijo, sino hija legal de Ana Obregón. No la ha visto nunca en persona y no quiere participar de esta surrealista historia familiar. Está en todo su derecho. Y se plantean dudas de si el día de mañana, a la hora de heredar, esta niña entraría en el reparto junto a sus hijos Clemente, fruto de su relación con Antonia Dell’Atte, y Ginevra, con María Palacios.
La propia actriz y presentadora se ha visto obligada a dar explicaciones tras exponer a su hija en verano en Mallorca, en Navidad o en sus cumpleaños. «A quien le pique... Yo hago lo que me da la gana, no lo vayan a hacer los demás (...)», en referencia a que si alguien tiene derecho a enseñar a la niña es ella. ¿Lo tiene realmente? Dónde quedó esa mujer protectora que veló por su hijo Aless y logró que se sacara adelante una ley de protección del menor para que sus rostros se pixelaran hasta los 18 años.Javier Urra, exdefensor del menor, ha sido muy claro en este sentido. Aunque considera que, de momento, la Fiscalía de Menores no tiene razones para intervenir, sí podría «darle un aviso, porque si sigue así, dentro de unos años, se pueden ver lesionados los derechos de la niña». «Cuando la niña tenga 6 o 7 años va a escuchar lo que dice todo eso de que le ha salvado la vida, y la está poniendo en una disquisición cuando lo que tiene que hacer a esa edad es jugar y aprender».
Después de la polémica suscitada, Ana Obregón asegura que la niña dejará de protagonizar portadas y publicaciones en su Instagram. «A partir del año que viene, Anita no saldrá en ninguna parte», ha prometido en la tele. Ojalá sea así.