Fundado en 1910
Juan Escrigas Rodríguez, director del Museo Naval de Madrid

Juan Escrigas Rodríguez, director del Museo Naval de Madrid

Entrevista a Juan Escrigas Rodríguez, director del Museo Naval

«En las salas del Museo Naval se pueden ir sacando ideas como el valor, la disciplina y la lealtad»

Aunque alejado del mar, este Museo –que no pinacoteca– es un «resumen de la historia de España, de la mano de la historia de la Armada española», según describe el director de la institución naval

En pleno centro de Madrid, junto a la plaza de Cibeles está el Museo Naval de Madrid, dentro del Cuartel General de la Armada. Aprovechando el Día Internacional de los Museos, El Debate conversa entre las salas del museo con su director, el capitán de Navío Juan Escrigas Rodrígez, que nos muestra las piezas y colecciones únicas, y explica la labor de divulgación, actividades y exposiciones que organiza el Museo Naval de Madrid.

–Es un Museo Naval, en Madrid ¿Qué diferencia a este de otros museos navales a nivel internacional?

–Una de las grandes peculiaridades es que está en Madrid, aunque inicialmente, en 1792, estaba pensado que se hiciese en Cádiz, porque era un museo pensado para ayudar a la formación de los guardias marinas. En su creación final en 1843 se decidió que fuese aquí en Madrid y esa es una de las grandes peculiaridades que aquí el mar lo tenemos bien lejos.

–Hay algunas que son únicas y que solo se pueden visitar aquí ¿Cuáles no se puede perder el visitante?

–Este museo tiene muchas piezas maravillosas. Si os fijáis, y a lo largo de todo el museo veréis que hay unos carteles verdes. Bueno, pues todos esos carteles verdes son piezas únicas que el visitante no se puede perder. Esto no es una pinacoteca. Esto no solo tiene cartas, no solo tiene instrumentos náuticos, es un resumen de la historia de España, de la mano de la historia de la Armada española y tenemos verdaderas preciosidades. Una pieza que no se puede uno ir de aquí sin verla largo y tendido es la carta de Juan de la Cosa. Es el gran tesoro con el que contamos en este museo. Y tenemos colecciones maravillosas de instrumentos náuticos, una gran colección de cartas, y quizás lo que más llame la atención son los modelos de construcción que tenemos, desde mediados del siglo XVIII, y que son una auténtica maravilla.

–También tienen una roca lunar

–Una roca lunar que está aquí porque la administración Nixon en el año 1973, por medio de Kissinger, trajo unos cuantos regalos a España en una de sus visitas y entre ellos, si no recuerdo mal, cinco rocas lunares. Una de ellas se la regaló al presidente del Gobierno, que en aquel entonces era un almirante, y cuando falleció, la familia la depositó aquí en el Museo Naval.

–Esta es la parte que se visita, pero ¿cómo es el trabajo que hay detrás de cada pieza, cada vitrina?

–El trabajo es infinito. Hasta que no llegas al museo y ves el trabajo diario no te das cuenta lo que significa. El lunes cerramos y para nosotros es el día de zafarrancho de limpieza, de piezas, de recolocar cosas. Es impresionante la labor que hace el equipo de restauración. Yo llevo dos años aquí y hasta que no palpé ese trabajo diario no me di cuenta exactamente de lo que significa un museo.

–El reto de cualquier museo es atraer a diversidad de público. ¿Cómo se hace esta labor desde el Museo Naval?

–Bueno, es una labor complicada. Nosotros ya hemos hecho muchos estudios de público que viene de público. Estamos muy volcados al público infantil y juvenil, y ahí precisamente hay un solape de edades entre los 17 y hasta los 40 aproximadamente, que es donde nos cuesta más atraer gente. Intentamos hacer actividades para ellos, que van desde que hemos presentado aquí videojuegos hasta actividades infantiles con los niños que se suelen hacer los fines de semana. Después tenemos muchos colegios que vienen, sobre todo martes y miércoles, vía la Comunidad de Madrid y muchos colegios que vienen por otros lugares. Aquí hay que traer a la gente joven, a los chavales y a la gente, digamos, de mediana edad.

Cuando uno visita al museo lo que intentamos es enseñar los valores que tenemos en esta institución, y en las Fuerzas Armadas

¿Qué actividades se están haciendo más concretamente para los niños?

–Para los niños hacemos talleres los fines de semana. Este fin de semana, con el Día Internacional de los Museos, tenemos un taller especial para los niños y que son actividades muy demandadas. Tenemos una sala especializada para niños para que ellos puedan jugar y puedan jugar con el museo y puedan entretenerse con el museo, porque si no para un niño un museo de estas características es un poquito complicado.

–Hay otro elemento en el museo que desde la renovación hace unos años se ha implementado, que es la accesibilidad universal ¿Cómo ha sido esa adaptación?

–El museo está plenamente adaptado. Tenemos ascensores en todos los lugares, ascensores, incluso en los niveles de las salas de exposiciones temporales. En muchas de las salas hay estaciones dedicadas a invidentes para que puedan palpar lo que se les está explicando, porque si no es muy difícil para ellos. Toda esta cuestión ha sido fundamental desde hace muchos años y estamos francamente orgullosos de lo que estamos consiguiendo con ello.

–Además de la exposición y de la muestra fija, hay una sala dedicada a exposiciones temporales.

–Sí. Ahora mismo acabamos de cerrar, a finales de marzo, una exposición sobre Jorge Juan y, si Dios quiere, el año que viene por estas fechas, vamos a abrir una exposición dedicada a 1625: el desembarco de Bahía. Una exposición que va a ser preciosa, centrada en un cuadro maravilloso localizado de esta época. Creo que va a ser una exposición diferente.

La bandera siempre se defiende. España nunca se rinde

–¿Qué valores cree usted que se pueden sacar de las historias de navegación, batallas, marinos ilustres, etc, que se ven al visitar el Museo?

–Cuando uno visita al museo lo que intentamos es enseñar los valores que tenemos en esta institución, y en las Fuerzas Armadas. A veces ideas como el valor, la disciplina, la lealtad, el darlo todo hasta la muerte, pues se pueden ir sacando en estas salas. Hay un cuadrito aquí precioso de Ferrer Dalmau que enseña otro de esos grandes valores de cómo somos los españoles, de cómo es nuestra idiosincrasia como nación. Es un cuadro dedicado a un soldado de infantería de Marina, Martín Álvarez, y lo que representa es la idea de que España nunca se rinde. Lo que vemos aquí es un piquete de infantería de Marina defendiendo la bandera. Es el combate de San Vicente en 1797 contra los ingleses. Todos los que veis en el suelo. También hay ingleses, pues han fallecido en la refriega. Y el último soldado, Martín Álvarez, pues es atravesado también por una estocada, pero nunca suelta su bandera. La bandera siempre se defiende. España nunca se rinde. Son valores que vamos mostrando en todos los cuadros, en las acciones, unas más victoriosas, otras menos, pero en todas se intenta representar la idiosincrasia de nuestra institución y de nuestra querida España.

–Ahora solo queda visitarlo…

–Yo les invito a que vengan. Esto es un museo familiar y diferente. La entrada es un poquito peculiar, cruje y cuando llega uno arriba la expresión que normalmente se dice es: «y esto». Porque nadie se espera que dentro de un cuartel, porque esto es el cuartel general de la Armada, haya un museo de estas características. Y aquí atesoramos ocho siglos de esa historia e intentamos contarla a lo largo de las salas.

–Muchas gracias por la visita

–Un placer.

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