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'Primer desembarco de Cristóbal Colón en América', de Dióscoro Teófilo Puebla y Tolín

'Primer desembarco de Cristóbal Colón en América', de Dióscoro Teófilo Puebla y TolínMuseo del Prado

¿Era judío Cristóbal Colón? Su 'Diario de a bordo' muestra a un hombre de profunda fe cristiana

El documental producido por TVE afirma que el ADN confirma que Colón era judío y se defiende que sus escritos rezuman judaísmo. Sin embargo, una lectura de su Diario y de sus cartas muestran a un cristiano con fuerza fe e identidad católica

Según el publicitado documental Colón ADN. Su verdadero origen, coproducido por RTVE, el ADN de los restos del descubridor de América indicarían que era un judío sefardí de algún lugar del arco del Mediterráneo occidental, probablemente de la costa española de Levante.

Argumenta el documental que la prueba científica confirmaría las sospechas previas sobre la identidad judía de Colón, fundamentadas sobre una serie de referencias constantes al judaísmo existentes en su diario de a bordo.

«Este hombre rezuma judaísmo en sus escritos», dice el expresidente del Centre d’Estudios Colombins de Barcelona, Francesc Albardaner, que ha avalado la investigación.

Sin embargo, una lectura del Diario de a bordo permite comprobar que las referencias al cristianismo, a la Iglesia católica, a Roma y a la doctrina católica son constantes, mientras que las referencias al judaísmo son prácticamente inexistentes.

El Diario de a bordo muestra a un Cristóbal Colón católico convencido, más allá de que pudiera proceder o no de una familia de conversos, consciente de una misión divina consistente no solo en añadir nuevas tierras a sus señores naturales, los Reyes Católicos, sino también en llevar el Evangelio a los confines del mundo y dar cumplimiento al mandato de Cristo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio».

Colón bautiza con nombres cristianos a las primeras islas descubiertas: San Salvador y Santa María de Concepción, evangeliza a los primeros indios que encuentra, les enseña a rezar la Salve y el Ave María, reza el Gloria como acción de gracias tras llegar a tierra y enarbola con orgullo la bandera de la Cruz cada vez que toma posesión de una nueva tierra.

El cristianismo de Colón aparece subrayado en la primera frase de su Diario de a bordo, donde dejó por escrito todos los sucesos y pormenores acaecidos durante su primer viaje al Nuevo Mundo en 1492.

Comienza Colón dirigiéndose a los «cristianismos y muy altos y excelentes y muy poderosos Príncipes Rey y Reina de las Españas», referencia esta última, a las Españas, que se le atragantará a más de un independentista catalán o vasco que niegan la existencia de España como nación y como Estado en 1492.

En esa primera dedicatoria firmada por Colón en su diario, se refiere a los doctores de la Iglesia católica en Roma como «doctores de nuestra santa fe», por lo que el mismo Colón identifica el catolicismo, que no el judaísmo, como su religión.

Las referencias al cristianismo como su religión, y sus afirmaciones de verdadera fe cristiana, son constantes en el Diario de a bordo. Otro ejemplo: Cuando durante la primera fase de navegación, entre Palos de la Frontera y las Canarias, llegaron el 25 de septiembre de 1492 al archipiélago tras pasar grandes dificultades, Colón se puso de rodillas y recitó el Gloria como un ferviente católico.

«El Almirante», en todo momento Colón se refiere a sí mismo en tercera persona siguiendo el estilo habitual de diarios y memorias de la época en imitación a la Historia de la Guerra de las Galias de Julio César, «se echó de rodillas a dar gracias a Nuestro Señor, y Martín Alonso (Pinzón) recitaba el Gloria in excelsis Deo».

Más adelante, en la entrada correspondiente al 10 de octubre, Colón explica que entre la tripulación empezaba a haber connatos de amotinamiento debido a la larga navegación y la ausencia de indicios de tierra.

El Almirante trata de calmar los ánimos y les asegura que llegarán a tierra pues «él había llegado (anteriormente) a las Indias y que las encontrarían con la ayuda de Nuestro Señor».

Y, evidentemente, cuando el 12 de octubre arriban a la isla bautizada como San Salvador, «que se llamaba en la lengua de indios Guanahani», colón, con «la bandera real y los capitanes con dos banderas de la Cruz Verde» desembarcaron y el Almirante «tomó posesión de dicha isla por el Rey y la Reina, sus señores».

Tras encontrarse con los primeros pobladores de las islas, Colón expresó su intención de «hacerlos cristianos». Dice: «Creo que fácilmente se harían cristianos, ya que me pareció que ninguna religión tenían».

Las supuestas referencias al judaísmo en los textos de Colón destacadas por el documental de TVE no solo no aparecen por ningún lado de su Diario de a bordo, sino que incluso Colón reconoce que se implicó personalmente en los primeros intentos de evangelizar a los indios.

El 1 de noviembre señala Colón, hablando de sí mismo que «esta gente (los pobladores de las islas) es de la misma costumbre de los otros hallados, sin ninguna religión que se conozca. Antes dicen la Salve y el Ave María con las manos al cielo en cuanto se les enseña, y hacen la señal de la Cruz».

Por otro lado, en el mismo Diario de a bordo Colón no tiene reparo ni temor en hacer referencia a los antecedentes judíos de algunos miembros conversos al cristianismo de su tripulación, sin que ello suponga ningún tipo de problema.

En concreto, se refiere al explorador Luis de Torres, de quien dice que «había sido judío y sabía hablar en hebraico y caldeo, e incluso algo de árabe». La identidad judía de Luis de Torres no solo supone ningún problema para Colón, sino que incluso lo elige para dirigir una embajada al cacique de una de las islas con el que pretendía negociar.

Si Colón hubiera sido judío converso, ¿habría tenido algún problema en reconocerlo del mismo modo que habla abiertamente del carácter converso de Luis de Torres?

Durante su toma de posesión de las diferentes islas y tierras que va descubriendo, Colón destaca que lo hace enarbolando con orgullo la bandera de la Cruz Verde, con las iniciales Y-F bordadas, de Ysabel y Fernando, que los Reyes Católicos le habían entregado.

El Diario de abordo no es el único testimonio del descubrimiento de América que dejó Cristóbal Colón. De hecho, la primera descripción pública la envió el Almirante al escribano de Fernando el Católico, Luis de Santángel.

En ella, comienza Colón describiendo el descubrimiento de las nuevas tierras como «la gran victoria que Nuestro Señor me ha dado».

Sobre el nombre que dio a la primera isla descubriera, San Salvador, nombre que hace referencia al nombre de Jesús, que significa Dios Salva, dice Colón a Luis de Santángel que eligió ese nombre «en conmemoración de su Alta Majestad», es decir, Dios.

De la segunda isla descubierta, afirma que «puse nombre de isla de Santa María de Concepción».

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