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Fiesta en la Plaza Mayor, c. 1623, por Juan de la Corte

Fiesta en la Plaza Mayor, c. 1623, por Juan de la Corte

Cuando Madrid fue la capital de Armenia antes que de España

Siete siglos después, una pequeña calle en la capital de España lleva su nombre y su título: León V de Armenia

En el siglo XIV Madrid todavía era una villa modesta dentro de la Corona de Castilla, lejos de imaginarse como una capital de un gran imperio. Sin embargo, durante un breve periodo de tiempo un rey sin reino, de un territorio situado a más de 4.000 km, quiso hacer de aquella villa castellana su feudo, su reino en el exilio, junto al río Manzanares. Aquel lugar lejano era el reino Armenio de Cilicia, una franja donde los cristianos orientales encontraron refugio desde el siglo XI y fue el baluarte de la cristiandad frente al poder mameluco en la región. Ahora bien ¿Cómo acabó siendo Madrid la capital de Armenia?

Para descubrirlo hay que viajar al año 1374, cuando León V de Lusignan, descendiente de la casa real de Chipre, fue proclamado como nuevo monarca del reino armenio de Cilicia. Los festejos duraron poco, porque un año después las tropas mamelucas del sultán de Egipto conquistaron la ciudad de Sis, la capital del reino armenio.

Busto de León V de Armenia

Busto de León V de Armenia

El rey armenio fue hecho prisionero y pasó siete largos años en El Cairo (aunque otras fuentes sitúan su cautiverio en Babilonia). Desde allí el monarca envió misivas al Papa y a otros reyes cristianos, entre los que estaba Juan I de Castilla, que se preocupó por la situación de León V y envió mensajeros con cartas para el sultán al que «muy amigablemente le envió rogar, que le pluguiese por su honra soltar de la prisión al rey de Armenia, é que esto sería una cosa que le agradesceria mucho», según menciona López de Ayala en su Crónica de los Reyes de Castilla.

Mientras tanto, un religioso llamado Juan Dardel decidió ayudar al monarca armenio y recorrió las diferentes cortes europeas buscando apoyos. Según las crónicas, la liberación del monarca se pudo dar gracias a una de las cartas de Juan I, a la que acompañaban varios presentes en forma de joyas, oro y animales.

¿Madrid capital de Armenia?

Una vez liberado, León V seguía siendo rey, pero ya no tenía reino ni súbditos a los que gobernar. Para recuperarlo emprendió un periplo por Europa para intentar formar un ejército que le devolviera al trono de Cilicia. Una de sus paradas fue Aviñón, donde se encontraba el papa Clemente VII, uno de los dos papas que rivalizaron el poder de la Iglesia durante lo que se conoció después como el Cisma de Occidente.

Por su lado, el rey francés, Carlos V el Sabio, no solo le recibió con honores, sino que le entregó una compensación económica de carácter vitalicio para su manutención. Poco después, León atravesó los pirineos y llegó hasta Badajoz, donde le recibió el rey Jaime I de Castilla, con la dignidad debida a un rey. No se sabe muy bien cómo sucedió, pero parece que su relación era muy buena porque el rey de Castilla entregó a León una renta de 150.000 maravedís y le concedió los señoríos de Andújar, Ciudad Real y Madrid. Por entonces la corte era itinerante, y Madrid una villa amurallada mínima. Sin embargo, León V llegó a Madrid en 1383 y estableció allí su residencia.

Madrid se convirtió durante ese tiempo en la capital –simbólica– del reino Armenio de Cilicia en el exilio. Tras ocho años como León I, señor de Madrid, el monarca armenio quiso recuperar su reino y abandonó Madrid para viajar por Castilla, Navarra y Francia en busca de apoyo militar que le permitiera restaurar su reino, sin éxito. Murió en París en 1393, sin reino, pero habiendo mantenido su dignidad regia gracias a un monarca español y otro francés. Siete siglos después, una pequeña calle en la capital de España lleva su nombre y su título: León V de Armenia.

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