
Lenin en 1919
Picotazos de historia
La Operación Tagantsev: el falso complot con el que Lenin ejecutó a la élite intelectual rusa
«Envíen a Piter los chequistas más experimentados». Esta era la señal para poner en marcha la operación destinada a fabricar un caso de falsa conspiración
Durante la llamada Revolución de Octubre, correspondiente al mes de noviembre de nuestro calendario gregoriano del año 1917, el partido bolchevique ruso, dirigido por Lenin, derrocó al Gobierno provisional y nombró un Consejo de Comisarios del Pueblo, presidido por el propio Lenin y formado por adláteres suyos. Uno de los primeros actos del recién nombrado Gobierno fue la creación de las tristemente célebres checas (organización de inteligencia militar y política ideada para destruir cualquier tipo de oposición o disidencia).
En noviembre de 1920, Felix Dzerzhinsky, que había sido puesto al mando de toda la organización y dirigía las checas con mano de hierro, emitió una orden para que estas empezaran a crear «falsos grupos de contrarrevolucionarios clandestinos» con el objetivo de llevar a cabo operaciones de «falsa bandera». Esto se ideó para hacer aflorar a los grupos potencialmente desleales.
En 1921, Lenin tuvo que enfrentarse a una rebelión de la marinería en la base naval de Kronstadt, una sublevación de izquierdas que fue sangrientamente reprimida y que, indirectamente, contó con el apoyo de un amplio grupo de intelectuales (la denominada «inteligentsia» rusa). En junio, un Lenin cada vez más paranoico fue avisado de una supuesta convención de grupos monárquicos y antirrevolucionarios, moderados dentro del Partido Socialista Revolucionario, cadetes y oficiales del Ejército y de la Armada, que se reunirían en breve en Petrogrado. Esta noticia provocó que Lenin enviara a la sede de la checa de Petrogrado (antigua San Petersburgo) un telegrama con el texto: «Envíen a Piter los chequistas más experimentados». Esta era la señal para poner en marcha la operación destinada a fabricar un caso de falsa conspiración.

Centenario de la muerte de Lenin
Cuando la manipulación fotográfica era sinónimo de ostracismo en época de Lenin
Este era un científico respetado, miembro de la Academia de Ciencias, pero también alguien calificado como «desleal» y que había sido detenido en 1919. Resulta que el buen hombre había intentado enviar unas patatas a unos famélicos colegas de Petrogrado. Para ello, utilizó el envío de paquetería de la Academia y... le pillaron.

El profesor Vladimir Tagantsev, que fue torturado y para que diera los nombres de cientos de personas a la checa.
Inmediatamente, se ordenó detener a tan peligroso contrarrevolucionario, a sus colaboradores más cercanos y a sus familias. Los principales investigadores de la checa de Petrogrado –apellidos Popov y Gubin– presentaron un informe con fecha de 25 de junio. Los citados responsables de la checa declaraban que Tagantsev era un científico que desarrollaba sus ideas en el plano teórico y «que era incapaz de llevar a la práctica proyecto alguno».
El informe no gustó nada en Moscú –no era lo que se había pedido– por lo que Popov y Gubin fueron sustituidos por personas de mente más abierta. De Popov y Gubin jamás se volvió a saber. El nuevo jefe de la checa de Petrogrado sería Yakov Agranov, quien se haría famoso como futuro jefe de la NKVD.
El nuevo comandante ordenó torturar a los prisioneros. Como no se logró ninguna confesión, se les dio un ultimátum: tenían tres horas para firmar una declaración y denunciar a sus cómplices o se asesinaría a toda su familia.
Para dar mayor entidad a la conspiración, se incluyó en ella a ex oficiales del Ejército y la Armada, miembros de la nobleza y de la alta burguesía comercial, miembros del clero, científicos, etc. El informe final, presentado por Agranov a los periódicos oficiales del partido, hablaba de una vasta organización contrarrevolucionaria formada por elementos desleales provenientes de las élites zaristas y financiada por Finlandia y Alemania. Agranov vinculó la rebelión de los marineros de Kronstadt con las actividades del grupo de Tagantsev. Por supuesto, el grupo pretendía sembrar el terror entre el pueblo mediante bombas que asesinaran indiscriminadamente.
Más de cuatrocientas personas fueron detenidas (oficialmente; extraoficialmente, el número se multiplica, pero es imposible de calcular) en relación con la Operación Tagantsev, entre ellas el conocido poeta Nikolái Gumiliov. El objetivo principal de todo este montaje era la eliminación de la intelectualidad disidente, que se había calculado en un 70 %.

Foto de Gumilev durante la investigación
Las purgas que continuaron a la operación generaron un sentimiento de odio y recelo entre los grupos artísticos y académicos. Por otro lado, todo el montaje –bastante burdo– dejó en evidencia los medios y modos engañosos que estaban dispuestos a utilizar los soviéticos. Precisamente, el efecto negativo y la propaganda contraria generada por el fusilamiento del poeta Gumiliov llevaron a Lenin a adoptar el exilio como medida contra los disidentes. Así, producirían menos daños que siendo mártires.
En 1992, el Tribunal Supremo de Rusia dictaminó que «todo el caso penal creado contra los miembros de la organización Tagantsev fue completamente falsificado». Todos los participantes fueron rehabilitados.
En 2011, se habían identificado 253 volúmenes con documentación referente a este caso. Tres de ellos están a disposición de los historiadores para su investigación; el resto permanece clasificado y su contenido es secreto.