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La ministra de Exteriores de Finlandia Elina Valtonen durante una concetración de apoyo a Ucrania el pasado 24 de agosto

La ministra de Exteriores Elina Valtonen, durante una concentración de apoyo a Ucrania el pasado 24 de agostoEFE

Críticas a Bruselas

Finlandia aparca (por el momento) la salida de la Unión Europea

La nueva ministra de Exteriores Elina Valtonen suaviza el tono que llevó a la derecha a ganar en las elecciones del pasado abril

Los finlandeses votaron mano dura contra la inmigración y contra Bruselas por la falta de soberanía de los últimos años en las últimas elecciones de abril. El polémico gobierno de la socialdemócrata Sanna Marin fue el impulso definitivo para cambiar de rumbo en el país.

La actual coalición de varias derechas lideradas por el partido conservador Kokoomus y apoyado por el Partido de los Finlandeses –y otros dos más pequeños– conformó gobierno haciéndose con 107 de los 200 escaños totales del parlamento finlandés.

La nueva responsable de la política exterior de Finlandia es Elina Valtonen. La relajación en la postura oficial frente a Bruselas guarda relación con el acercamiento a la OTAN a raíz de la guerra de Ucrania. La UE puede respirar tranquila, al menos por el momento.

«El Partido de los Finlandeses ha dicho que salir de la UE es un objetivo a largo plazo, pero ahora mismo lo que nos interesa son los próximos cuatro años, y no esperamos que durante ese tiempo defiendan una salida finlandesa de la UE», detalló Valtonen.

Las posturas cada vez más críticas con Bruselas se expanden por todo el continente. A pesar de ser tildadas de «eurofobia» o «euroescepticismo», todas tienen un elemento en común: los burócratas europeos se han arrogado mucho más poder del que originalmente se les dio erosionando las soberanías nacionales.

Fratelli D’Italia con Giorgia Meloni a la cabeza es la más mediática, pero no es la única. El partido Demócratas Suecos de Suecia también desea recuperar competencias para Estocolmo. Fidesz en Hungría, AfD en Alemania, Le Pen en Francia, y lo mismo ocurre en Austria, Países Bajos, España, Polonia… El descontento es general y creciente.

Cuando todo apuntaba a una desestabilización interna de la Unión Europea como no se había visto desde su fundación, llegó la guerra de Ucrania y se convirtió en el factor unificador frente a Rusia. Esto parece que ha aplacado las ansias de reforma, si no de forma general entre la población, si al menos en la esfera política.

En cambio, Bruselas parece no darse por aludida. La política de inmigración masiva sigue vigente, al mismo tiempo que aprueba leyes cada cual más intervencionista y restrictiva con la excusa del cambio climático.

Los últimos escándalos fitosanitarios por los tratados de libre comercio o la aprobación de la ley de restauración de la naturaleza son gotas que colman el vaso, especialmente el de dos de los sectores más atacados por la UE en este momento: la ganadería y la agricultura.

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