Arriba y abajo, nombre y apellidos de los invitados en la noche del Casino de Javier Milei
Entre los asistentes a la entrega del Premio Juan de Mariana al presidente de Argentina, figuraban Cayetana Álvarez de Toledo, Álvaro Vargas Llosa, Santiago Abascal y Federico Jiménez Losantos
Las entradas para la cena donde se le concedió a Javier Milei el premio a la libertad del Instituto Juan de Mariana se habían agotado en horas. El poder de convocatoria del presidente de Argentina es difícil de igualar. Los salones del Casino reunieron a rostros conocidos como Cayetana Álvarez de Toledo, Álvaro Vargas Llosa, Santiago Abascal, Federico Jiménez Losantos o Herman Tertsch. Pero también a economistas, intelectuales y a jóvenes que ven en el presidente de Argentina un político que les habla en su idioma.
Alfredo Alvar Ezquerra, presidente del Casino, recibió con las autoridades del Instituto Juan de Mariana, al presidente de Argentina que llegó acompañado de su hermana Karina, secretaria general de la Presidencia a la que presenta como «el jefe». El «león», como se refiere a sí mismo Milei estaba feliz con Jesús Huerta de Soto, su economista de cabecera, el hombre del que aprendió las ideas libertarias y que le regaló, para asombro del auditorio un descomunal cuadro donde parece un aventurero de película o el Wolverine de X- Men.
Paloma Aragón Alonso, especialista en historia del arte, (llegó desde Málaga donde trabaja en el Museo Picasso) se hizo la pregunta del millón: «¿Cómo se lo va a llevar» Otra rondaba en la mente de sus acompañantes: «¿Y, dónde lo va a colgar»?
Si el Guernica mide tres metros y medio y tiene una altura de dos largos, la pintura donde Huerta Soto «le tomó la medida a Milei», observó jocosa, «debe tener unos dos o tres metros». La referencia la calculaba con la cúpula del Salón Real del edificio del arquitecto Antonio Palacios, que tiene una altura en torno a los cinco metros.
En el magnífico edificio que este año cumple el centenario, Santiago Abascal se sometía antes de la cena a un interrogatorio de tercer grado por muchachos a los que les insistió, «no me llaméis liberal». El líder de VOX se mantuvo firme en su posición de regular la inmigración y finiquitar un estado de las autonomías que permite tener parlamentos regionales. La duplicidad de instituciones no es un escenario que comparta.
Alvaro Vargas Llosa, que vive a caballo entre París y Madrid, reconocía que su padre, Mario Vargas Llosa, «no escribe nada». El premio Nobel de Literatura mantiene sus caminatas matutinas pero los libros y los artículos de prensa con su firma, ya forman parte del pasado. La edad, 88 años, no perdona y las «limitaciones» que le impiden mantener viva la pasión por la escritura, son dolorosas. «Está muy bien de salud, pero le recomiendan no hacer viajes largos», confiaba su hijo.
Esa es la razón por la que el autor de «Le dedico mi silencio», cumple con la reseña que hizo en este «su último libro», como recordaba también Darío Lopérfido, ex secretario de Cultura y Medios de Comunicación durante el gobierno de Fernando de la Rúa y coordinador de Contenidos de la Cátedra Vargas Llosa.
A Cayetana Álvarez de Toledo le crecían los fans en el Casino mientras charlaba con Gerardo Bongiovanni, creador dela Fundación Libertad. Foto tras foto, la diputada del Partido Popular posaba con paciencia con sus admiradores. Carlos Rodríguez Brown, experto en pensamiento y liberalismo económico y agudo analista, hacía repaso en un corrillo a la actual situación de su Argentina natal.
Llegada la hora de la cena unos se quedaron abajo, en el Salón Real y otros arriba, en la terraza del torreón del Casino. Entre estos, Álvarez Ezquerra que este miércoles, aguarda la votación de los cerca de dos mil socios del Casino, que se ven obligados a votar para que termine su mandato al que le queda apenas año y medio. El escenario es tan irregular y puede tener similitud con el que protagonizó en su día el Isabel Díaz Ayuso, que tuvo que romper con Ciudadanos y convocar elecciones anticipadas, donde arrasó, para terminar la legislatura.
La crisis encubierta en el Casino pasaba desapercibida en un ambiente distendido y cordial en lo más alto del Torreón Abajo, el formidable cocinero Paco Roncero se encargó de que Javier Milei y el resto de los comensales tuvieran todo a pedir de boca.