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La explosión de parte de los túneles de Hamás que ha destruido el Ejército de Israel en Gaza

La explosión de parte de los túneles de Hamás que ha destruido el Ejército de Israel en Gaza

Guerra Israel

La muerte del jefe de Hamás tensiona Oriente Medio

«Al final, todo el liderazgo de Hamás será aniquilado de una forma u otra», ha sentenciado el antiguo responsable en la Dirección de la Inteligencia Militar del Ejército israelí

La muerte del dirigente de la oficina política de Hamás en el exilio, Ismail Haniyeh, en un presunto ataque atribuido a Israel, supone un duro golpe moral para la organización islamista palestina que pierde a otra destacada figura de su top 5 tras el 7 de octubre, pero también un aviso a Teherán de que no existen refugios seguros.

Una multitud se congregó hoy temprano en el centro de Teherán en el inicio de la procesión funeraria para el líder político de Hamás. Con banderas palestinas y retratos de Haniyeh, multitud de iraníes se reunieron en la Universidad de Teherán para despedir al dirigente islamista que el viernes será enterrado en Doha, ttal y como informa AFP.

Horas antes, un bombardeo israelí en la capital de Líbano, Beirut, había matado al comandante militar del grupo proiraní Hezbolá, Fuad Shukr, lo que atiza el temor de una conflagración regional del conflicto en Gaza.

«El asesinato de Haniyeh en Teherán es una acción simbólica que traslada el mensaje a los enemigos de Israel de que si alguien actúa de forma bárbara, como Hamás, la determinación israelí de acabar con ellos no cambiará», valoró este miércoles el general de división en la reserva Yaakov Amidror, exasesor de Seguridad Nacional.

Este antiguo responsable del Departamento de Investigación en la Dirección de la Inteligencia Militar del Ejército israelí también recordó, en un webinario con medios internacionales, que «Israel lo ha dicho: 'Lo haremos cuando podamos y donde podamos. Al final, todo el liderazgo de Hamás será aniquilado de una forma u otra».

La organización terrorista palestina anunció la muerte de Haniyeh en Teherán, donde se encontraba en visita oficial, en un ataque que se produjo después de su participación en la investidura del nuevo presidente iraní, Masoud Pezeshkian. Hamás calificó el incidente como una «redada traicionera sionista», aunque hasta el momento, Israel no han confirmado ni desmentido el suceso, algo habitual cuando opera en países extranjeros.

El suceso se produjo horas después de que el Ejército israelí anunciara que había eliminado, en el sur de Beirut, al destacado comandante militar de la milicia chií libanesa Hizbulá, Fuad Shukr, acusado del asesinato de doce menores en un ataque contra una aldea drusa en los Altos del Golán el fin de semana.

Sobre este otro ataque, del que Israel se ha responsabilizado, Amidror consideró que se trata de «un logro práctico», al asestar un duro revés al número dos de Hizbulá, responsable de mejorar considerablemente las capacidades ofensivas del grupo pro-iraní. «Hizbulá tiene ahora menos capacidad. No será fácil encontrarle un sustituto», aseguró el experto en Seguridad Nacional.

Ambos ataques, en menos de 48 horas, en las capitales de Irán y Líbano, se suman al reciente bombardeo israelí al aeropuerto de Hodeidah, en Yemen el 20 de julio. Se trató de la respuesta israelí a un ataque mortal llevado a cabo por un dron en Tel Aviv lanzado por los hutíes (chiíes pro-iraníes).

Estas acciones «quirúrgicas» están destinadas a enviar un mensaje a Teherán con quien Israel mantiene una «cuenta pendiente», según el experto.

Desde el ataque protagonizado por Hamás el 7 de octubre pasado, la milicia chií libanesa, la organización armada con mayor capacidad ofensiva contra Israel y que ha lanzado 8.000 cohetes, misiles antitanque y drones desde entonces, lleva a cabo una guerra de desgaste en el norte del territorio israelí.

Teherán lanzó en abril un ataque contra Israel de varias andanadas de misiles de crucero y drones -interceptadas en su mayoría- después de que dos generales de la Guardia Revolucionaria murieran en un ataque contra un edificio consular en Damasco atribuido a Israel. Ofensiva que no quedó sin respuesta. La muerte del líder de Hamás probablemente beneficie a nivel interno al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pero puede conducir a una escalada regional que se le vuelva en contra, advierten expertos.

Misión: descabezar a Hamás

Hamás es después de Hizbulá la segunda fuerza más importante del denominado «anillo iraní» en la región y la que ha asestado el golpe más mortífero en la historia de Israel.

Poco después del 7 de octubre las autoridades israelíes crearon una nueva unidad dentro del complejo de inteligencia que tenía el cometido de localizar y eventualmente eliminar a los responsables de esos ataques, tanto en la franja de Gaza como en el exterior, donde residen los dirigentes del aparato político de Hamás.

El dirigente tuvo un papel decisivo en la política palestina a partir del triunfo de Hamás en las elecciones legislativas de 2006. Se convirtió en el primer ministro del Gobierno de unidad palestino junto con la facción nacionalista secular Al-Fatah para, un año después, consumar la toma por la fuerza de Gaza y expulsar del enclave a las fuerzas leales al presidente palestino, Mahmud Abás.

En la foto de los cinco dirigentes de Hamás más buscados por Israel Haninye aparece ya tachado junto a Saleh al-Arouri, número 2 de la oficina política y destacado líder hasta su muerte en enero pasado en un ataque aéreo israelí en Beirut.

Otro de los posibles «eliminados» es Mohamed Deif, comandante del brazo armado de Hamás, las «Brigadas de Izadín Al-Qasam», considerado enemigo público número 1 de Israel y el cerebro detrás de los atentados llevados a cabo desde 2002. Habría perdido la vida a mediados de mes en un bombardeo aéreo cerca de Jan Yunis, en el sur de la franja de Gaza, que dejó 70 muertos y 300 heridos. Si bien este último extremo no se ha confirmado, Israel ha asegurado tener «indicios» de su muerte.

Quedarían en la imagen el máximo jefe de Hamás en Gaza, Yahya Sinwar, considerado el arquitecto del peor ataque sufrido en suelo israelí desde su establecimiento en 1948. También sigue con vida el antecesor de Haniyeh al frente de la presidencia política en el exilio, Jaled Meshal.

¿Quién queda en la cúpula de Hamás?

Otros conocidos líderes del grupo son Sami Abu Zuhri, quien ha asegurado que el movimiento «está dispuesto a pagar diversos precios», y Musa Abu Marzuk, integrante de la oficina política de Hamás, quien ha advertido que la muerte de Haniyeh «no ocurrirá en vano».

De momento Hamás no ha dado a conocer quién sucederá a Haniyeh y se ha limitado a responsabilizar a Israel de su muerte.

El líder de la denominada rama siria de Hamás y antiguo jefe de su buró político en el exilio, Jaled Mashal, ha quedado junto al cerebro del 7 de octubre y líder indiscutible de la organización en Gaza, Yahya Sinwar, como las cabezas visibles de la organización.

Mashal, uno de los fundadores de Hamás, se hizo cargo del buró político de Hamás en 1996 y durante dos décadas era visto como uno de los líderes más radicales del grupo y en la mira de Israel, que intentó asesinarlo a finales de los noventa.

Acérrimo opositor del proceso de paz iniciado por la Organización para la Liberación de Palestina con Israel en aquella década, Mashal abandonó en 1967 su natal Cisjordania para sumarse a la Hermandad Musulmana en Kuwait y se trasladó a Jordania en 1990.

Bajo instrucciones del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, quien se dice que designó personalmente a los miembros de la misión, el servicio de inteligencia exterior, el Mossad, trató de asesinarle en 1997 inyectándole una toxina. Pero dos agentes israelíes fueron arrestados por las autoridades jordanas y bajo presión de Estados Unidos y Jordania Israel entregó el antídoto a cambio del regreso de los espías.

La operación provocó entonces una crisis diplomática entre Israel y Jordania, que habían firmado un tratado de paz en 1994, supuso uno de los fiascos más sonados para los servicios de inteligencia israelíes hasta entonces.

En 1999 fue expulsado de Jordania junto a otros líderes de Hamás y buscó refugio en Siria, donde ascendió al liderazgo político del grupo en 2004 después de que el líder espiritual del movimiento, jeque Ahmed Yasín y su sucesor, Abdel Aziz-Rantisi fueran abatidos por Israel en Gaza.

En enero de 2012 Meshal dejó Siria en protesta por la represión del presidente Bashar al-Asad a la oposición y se trasladó a Qatar.

En diciembre de ese año realizó su primera visita a Gaza en 45 años para conmemorar el 25 aniversario de Hamás. Allí reafirmó su rechazo al Estado judío y su proclama de «desde el río hasta el mar, sin ceder un solo milímetro de nuestra tierra», si bien, posteriormente se mostró presuntamente a favor de abrir la puerta a una solución de dos estados.

El dirigente renunció al liderazgo de la oficina política en 2017 en favor de Haniyed, aunque sigue siendo una figura clave en el grupo. Días después del ataque del 7 de octubre llamó al mundo musulmán a demostrar su apoyo a los palestinos y a los países vecinos a sumarse en la lucha contra Israel.

En enero pasado se vanaglorió de haber ninguneado a la Autoridad Palestina y convertido Gaza en un territorio de guerra antes de rechazar de plano la posibilidad de una solución de dos estados que suponga reconocer a Israel. Argumentó, además, que el 7 de octubre demostró que se podía echar a los judíos al mar, en una entrevista con el podcaster kuwaití Amar Taki, según recogió Memri.

La situación en Oriente Medio cada vez es más volátil desde el pasado 7 de octubre, cuando Hamás lanzó un ataque que se saldó con 1.200 fallecidos en suelo israelí y el secuestro de 250 personas de acuerdo a cifras gubernamentales. El atentado desencadenó la mayor respuesta militar por parte de Israel en Gaza, donde las autoridades de Hamás cifran en cerca de 40.000 los fallecidos en el conflicto.

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