Filtraciones, Signal, odio a la UE, el bombardeo hutí y «la broma» de Hillary Clinton
La trascripción del chat ha destapado la frivolidad y el rencor de algunos de los perfiles que acompañan a Trump en esta segunda presidencia. Los errores se suceden, en la primera potencia del mundo, sin que nadie pague la factura ni entregue su cargo

De izquierda a derecha: Brian Hughes, Marco Rubio, JD Vance y Pete Hegseth
Hillary Rodham Clinton no daba crédito a lo que leía. La ex secretaría de Estado de Baraka Obama, que perdió las elecciones contra Donald Trump en 2016, continuó la lectura de The Atlantic hasta llegar al punto y final de la información de Jefrey Goldberg. Entonces, tiró de móvil y escribió un tuit junto al link de la información: «¿Es una broma?».
La mujer de Blill Clinton a la que arrinconaron, exigieron su dimisión y hasta procesamiento por utilizar un servidor privado para enviar mails con información sensible, acababa de descubrir que varios de los miembros del Gobierno que chateaban con furia en Signal, sobre cómo y cuándo iban a atacar a los hutíes en Yemen, eran los mismo que habían pedido su cabeza entonces.
Uno de los que lo hizo con mayor virulencia fue el secretario de defensa, Pete Hegseth. El antiguo presentador de televisión dedicó horas en la cadena Fox a descalificar a la mujer de Bill Clinton. Su obsesión continuó incluso después de que la ex secretaria de Estado perdiera, contra todo pronóstico, las elecciones. Ironías de la historia o justicia divina él, Hegseth, es el hombre que ahora está en el epicentro de este terremoto en Washington.
Hegseth fue el que le abrió las puertas del Pentágono y de los planes de una hipotética guerra contra China, a Elon Musk,. Olvidadizo de sus errores, llegó a decir sobre el asunto de los mail de Clinton: «Si esto lo hubiera hecho cualquier otra persona que no fuera ella ahora mismo estaría en la cárcel». Marco Rubio, actual secretario de Estado y activo en el chat del bombaredeo hutí, tampoco se quedó corto en las invectivas contra ella. «Nadie está por encima de la ley, ni siquiera Hillary Clinton, aunque ella crea que lo está», declaró en la misma cadena que prefirió pagar cerca de ochocientos millones de dólares antes de afrontar un juicio por apoyar la teoría del fraude en la derrota de Trump frente a Biden.Las fobias a la UE
El director de la Agencia Central de Inteligencia, John Ratcliffe y el asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, también formaban parte de la partida en la operación Hutíes, donde la ligereza y las fobias, en especial a Europa, se pusieron sobre el tapete. El primero, en 2019, como recuerda The Guardian, le reprochó a Hillary: «El mal uso de información clasificada sigue siendo una violación de la Ley de Espionaje» y el último, hace apenas un par de años lamentó que no se procesara a Clinton por «los correos electrónicos». Por cierto, es el hombre que incluyó por error en el chat del «top secret» militar al periodista de la revista que a Trump tampoco le gusta.
La trascripción del chat ha destapado la frivolidad, ligerezas y el rencor de algunos de los perfiles que acompañan a Trump en esta segunda presidencia. Los descuidos se suceden sin que nadie pague la factura por ello ni presente su dimisión o le cese Trump. Mientras el discurso oficial se polariza y las formas, en el Gobierno de la primera potencia del mundo, dejan mucho que desear.
Cuando Goldberg, al que el secretario de defensa considera «un supuesto periodista mentiroso y muy desacreditado que se ha dedicado a difundir bulos», reprodujo las palabras de otro protagonista de la reunión, en Bruselas se echaron las manos a la cabeza: J.D. Vance volvía a retratarse.
Money, money
Vance, que no se cortó ni un poquito en su visita a Berlín en la Conferencia de Seguridad de febrero, para reprochar a la UE su falta de responsabilidad en materia de seguridad y advertir que Estados Unidos había dejado de ser su guardián, se explayó en el chat. «Estamos cometiendo un error» porque el 3 % del comercio estadounidense pasa por el Cana de Suez y el 40 % es de Europa.
El vicepresidente de Donald Trump intentó sin éxito evitar el ataque a los hutíes para dejarle esa misión a los europeos. Con gran desprecio volvió a expresar su malestar o la irritación que le provoca una Europa que observa como un continente inútil que carece de valor y se alimenta de chupar la sangre (los dólares) a Estados Unidos.
Desprecio y factura para Europa
Hegseth, también poco amigo del viejo continente, tuvo que convencerle antes de reconocer: «Comparto plenamente tu odio hacia el aprovechamiento europeo. Es patético». La misma opinión parecen tener el resto de los participantes del chat «ultrasecreto» hasta que Miller zanja la cuestión al recordar que el bombardeo es una orden de Trump y añade: «Pronto le explicaremos a Egipto y a Europa qué esperamos a cambio».
La tirria que le prodcue Europa al entorno de Trump se nota dentro y fuera del chat. Steve Witkoff, enviado especial para negociar la invasión de Ucrania y el conflicto de Oriente medio, calificó a la UE de «disfuncional» y advirtió que la «economía del Golfo podría ser mucho más grande que la de Europa». Dicho de otro modo, que tendría mas negocios.
Ese escenario, para Tucker Carlson, el celebre comentarista político y amigo de Trump, como recuerda The Guardian, «sería bueno para el mundo porque Europa se está muriendo». El tiempo dirá si la agonía es irreversible o si el certificado de defunción le llega antes a Trump en las próximas legislativas. Nos quedan menos de dos años para saberlo.