¿Qué provocó el naufragio del carguero con 4.000 coches de lujo?
El Felicity Ace y los 4.000 Audi, Porsche, Lamborghini, Bentley… descansan para siempre a más de 3.000 metros de profundidad cerca de aguas portuguesas
Tras dos semanas ardiendo y aunque los bomberos llegaron a valorar la situación como controlada, finalmente el carguero de automóviles Felicity Ace se ha acabado hundiendo frente a las costas portuguesas cuando estaba siendo remolcado.
Como si fuera un galeón del siglo XX, el Felicity Ace guardaba en su bodega un verdadero tesoro; 4.000 coches, muchos de ellos de lujo. Parece ser que la gran mayoría pertenecían al Grupo Volkswagen, y por el momento ya está confirmada la presencia de 190 Bentley y 1.100 deportivos de Porsche, aunque se sabe que viajaban también en su zona de carga Lamborghini, Audi y VW. La embarcación cubría la ruta entre Emden en Alemania y Rhode Island, en los EEUU.
Se abre el terreno de las especulaciones con declaraciones milimétricas por parte de la tripulación y del Grupo VW. El capitán del barco, João Mendes Cabeças, que lo abandonó junto al resto de tripulantes el mismo día 16 de febrero declaró ya en tierra firme «que no se había declarado ninguna fuga de combustible en sus tanques». Por su parte los portavoces del Grupo VW anticipan que los automóviles embarcados están cubiertos por una póliza de seguros de 140 millones de euros.
A día de hoy algunos de los clientes en los Estados Unidos que estaban esperando su coche ya han sido contactados por la marca, en concreto Porsche, y les han comunicado que su vehículo ha entrado en producción de nuevo y que le será enviado a la máxima brevedad posible.
Nos enfrentamos a un proceso judicial que puede durar meses en incluso años, pues desde hace ya tiempo se especula con la peligrosidad de las baterías de los automóviles eléctricos e híbridos. Por un lado parece que se han dado casos de combustión espontánea en algunos vehículos, y por otro lado una vez en llamas, un coche eléctrico exige muchas horas de trabajo de los bomberos para poder extinguirlo, pues las baterías están rellenas de productos químicos inflamables. Todos recordamos el caso de los teléfonos Samsung Galaxy Note 7 que fueron prohibidos a bordo de los aviones tras varios casos de combustión espontánea.
El humo blanco que brotaba de las bodegas del Felicity Ace parece una clara muestra de que se trataba de un fuego de carácter eléctrico, pero deberán ser los expertos y los peritos los que determinen la causa del siniestro, la responsabilidad y las posibles coberturas judiciales del hundimiento de este galeón del siglo XXI con una carga de más de 450 millones de dólares, según estimaciones iniciales.