La cerradura de tu coche tiene poderes ocultos
Práctica
Los superpoderes de la cerradura de tu coche que nadie te ha contado
Vas a descubrir las funciones de una de las piezas más desconocidas de tu coche que tiene superpoderes
Es habitual que numerosas partes del coche tengan funciones ocultas de las que no teníamos la menor idea. Al fin y al cabo un automóvil es el fruto de décadas de evolución y muchas veces por la intervención humana o por pura casualidad algunas partes acaban por tener una función distinta de lo más interesante.
Simply clever
Si existe una marca experta en esta materia es Skoda, en sus coches cada milímetro cuadrado tiene soluciones ocultas e inesperadas, desde un aro papelera en las puertas hasta una rasqueta para quitar el hielo en el depósito o un paraguas en la puerta. Tal y como ellos mismos lo definen: Simply Clever.
La rasqueta de hielo, signo de identidad de los Skoda
En este caso vamos a hablar de la función inesperada que tienen las cerraduras de las puertas. Bueno más que la cerradura es la argolla metálica de la cerradura que va anclada al coche. Ahí donde la ves, esa pieza es de acero forjado y va firmemente anclada al propio chasis del coche.
Por así decirlo el chasis es la estructura metálica sobre la que se levantan el resto de órganos del coche y la parte que le da rigidez, como te podrás imaginar es extremadamente duro.
Así es la argolla de la cerradura que vale para todo
Pues bien esta pieza tiene dos funciones más además de la de cerradura. Por un lado sirve de escalón para subirse encima y llegar al techo. Hazlo sin miedo porque está preparado para ello.
Súbete sin miedo
Incluso en internet es posible encontrar accesorios diseñados para esta pieza, como escalones que se fijan a la pieza para realizar maniobras como colocar una baca o simplemente hacer una buena limpieza del techo del coche.
Escalón fijado a la cerradura para llegar al techo del coche
En paralelo existe una función mucho menos conocida pero igualmente útil, se trata de un abrebotellas perfecto para quitar la chapa a tu refresco preferido o una cerveza bien fresquita para los que no conduzcan.
Fácil, rápido y muy seguro: ¿qué más se puede pedir?
Lo que no tenemos tan claro es si los ingenieros de diseño de los coches eran conscientes de esta función tan importante a la vez que desconocida o es fruto de la simple casualidad.
