Historia del automóvil
La desaparecida marca de coches española que era tan patriota que tenía un toro en el logotipo
La historia del automóvil español está jalonada por multitud de anécdotas y episodios que a día de hoy nos han convertido en el segundo fabricante de coches en Europa y el octavo mundial
En los años 50 y 60 España estaba inmersa en su propio proceso de industrialización, lo que también afectaba al automóvil. Se ponían en funcionamiento las primeras fábricas que llegarían hasta nuestros días, aunque en aquel momento la falta de un tejido industrial obligaba a fabricar en la mayor parte de los casos bajo licencia.
Así nació Authi, la firma Automóviles de Turismo Hispano-Ingleses, fruto del acuerdo entre esta sociedad española presidida por Eduardo Ruiz de Huidobro y la empresa británica Morris, productora de vehículos míticos como el Mini.
En España se fabricaban Mini
En este caso el acuerdo fue formalizado entre el Gobierno y British Corporation, pues la industria española entonces estaba fuertemente intervenida. Era una forma de fabricar en España coches con los que satisfacer la creciente demanda interior de automóviles.
Con un capital social de 20 millones de pesetas en 1966 se constituía la sociedad y ese mismo año salían a la calle los primeros coches fabricados en España, en concreto en la factoría navarra de Landaben que hoy está en manos de Volkswagen.
Austin, Mini y Morris
En 1967 veían la luz los Morris y Austin 1100, unos vehículos a años luz de lo que se producía en la época en España aunque con un precio que los hacía inaccesibles. Un año después la factoría fabricaba también los Mini 1.275 y en 1969 los Mini 1000.
La falta de rentabilidad de la obligó a que la firma propietaria de las licencias, British Leyland, aumentara su participación sobre la sociedad española, a partir de ese momento los coches pasarían a llamarse Leyland-Authi.
Varias ampliaciones de capital no evitaron que la firma quebrara, lo que obligó a actuar al Instituto Nacional de Industria en 1976 que la intervino y pasó a formar parte de la empresa pública SEAT.
En manos de SEAT
Curiosamente la venta de Seat al Grupo VW en 1986 provocó que la factoría de Landaben acabara en manos de Grupo germano, lo que la ha convertido en una de las fábrica más rentables y productivas del mundo.
Así terminaba la historia de un fabricante que había elegido como logotipo un mapa de la península ibérica acompañada de un toro muy parecido al de Osborne.