A simple vista es muy complicado identificar el modelo

A simple vista es muy complicado identificar el modelo

Historia real

Así es el coche invisible a las multas que ha puesto en jaque a la Policía

Hasta ahora conocíamos el avión furtivo invisible, pero es la primera vez que se escucha hablar de un coche con características similares...

Esta es una historia de policías y ladrones, una historia de locos por sus coches y apasionados por la velocidad y representantes de la ley chiflados que convierten su captura en una verdadera obsesión.

Es la historia de la Cannonball, una de las carreras más locas del mundo en la que decenas de aficionados a la velocidad compiten por ser los primeros en cruzar los Estados Unidos de costa a costa, casi 4.700 kilómetros en los que invierten algo más de un día.

Locos de Cannonball

En este caso viajamos hasta 2020 para conocer en detalle esta historia, en la que el propietario de un Audi S6, un deportivo de 450 caballos, decide tomar la salida en la citada prueba, para lo cual tiene la genial idea de ‘disfrazar’ su Audi de Ford Interceptor.

Imagen definitiva del automóvil

Imagen definitiva del automóvil

El motivo no es que fuera un amante de los Ford, sino que su intención es que su coche pasara desapercibido al disfrazarlo de coche patrulla.

El vehículo está dotado de antirradares

El vehículo está dotado de antirradares muy complejos y eficaces

Para tomar la salida modificó la estética del modelo, con faros parecidos a los del Ford, pintura blanca e incluso sustituyendo los logos por óvalos con la inscripción Audi en el centro. El imprudente conductor llegó incluso a simular número de unidad en el portón traro y añadir algunos vinilos estratégicamente colocados.

Muy disfrazado

En materia de motor subió la potencia del coche hasta los 600 caballos, a la vez que lo dotó de los últimos avances en materia de antirradar, son sensores láser para recibir las ondas de los cinemómetros, detectores de radar convencionales e incluso escáneres de policía, elementos que en España le habrían supuesto una multa superior a los 10.000 euros y la posibilidad de acabar en la cárcel.

La historia no sólo le salió bien, sino que batió el récord de la prueba, dejándolo en 25 horas y 40 minutos. Para ello la organización registró velocidades puntas superiores a los 280 kilómetros/hora y 180 kilómetros/hora de velocidad media, una verdadera barbaridad que deja en el aire el porvenir de una prueba que cada vez está más cuestionada.

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