Mini Contryman  El Mini se actualiza por completo para seguir siendo uno de los SUV más atractivos del mercado

Ve la luz la tercera generación del Mini Countryman, un modelo que ha sabido evolucionar desde el ejercicio de estilo que supuso su lanzamiento allá por 2010 hasta el actual, un modelo que sin perder la esencia Mini en su ADN ha sabido evolucionar hasta convertirse en un SUV con una clara vocación familiar.

Muestra de esta evolución está su incremento de cotas, un coche que nación con 4 metros de longitud y se ha ido ya hasta los 4,43 metros, lo que le ha permitido convertirse en un vehículo mucho más polivalente capaz de satisfacer las necesidades de espacio de una familia, sobre todo por un maletero que alcanza ahora los 450 litros de capacidad, 50 más que la anterior generación.

Espíritu familiar

Pese a ese aumento de cotas y de posibilidades, la marca ha querido ser fiel a la esencia de un modelo que encuentra su razón de ser en el comportamiento dinámico.

Tal y como ocurrió cuando la marca británica propiedad de BMW renació en 2007, la fuente de inspiración dinámica para todos los Mini es un kart, un concepto que sigue tan vivo en la actualidad que el modelo incluso cuenta con un modo específico denominado Go Kart y que activa la configuración más deportiva, junto a otros modos como Eco, Comfort u offroad.

Go Kart

El exterior del Countryman cambia por completo, con nuevas formas muy modernas pero que no pierden la esencia Mini ni Countryman, aunque es cierto que ahora parece aún más coche que su predecesor. Delante llaman la atención los faros integrados en el frontal sin marco y en la trasera destacan también los nuevos grupos ópticos.

Tal y como es tradición en la firma las posibilidades de personalización son infinitas, con techo de color, la bandera británica reproducida en cada milímetro y multitud de opciones que hacen que cada Countryman sea una pieza única diseñada por su dueño.

Revolución interior

Pero sin duda el gran protagonista del nuevo Contryman es el interior, absolutamente nuevo, pese a ello la esencia Mini está presente en cada milímetro, con un detalle novedoso y muy llamativo como es la pantalla central flotante y circular. La pantalla es magnífica tanto por su forma como por su resolución y funcionamiento, sin duda la gran protagonista del habitáculo.

En este modelo la marca va un paso más allá en materia de calidad percibida y mejora de forma palpable a su predecesor, con el uso de materiales muy atractivos, terminaciones en aluminio y unos ajustes que no veíamos en anteriores generaciones del Mini.

Motores para todos

Mecánicamente la marca ha optado por dar un paso a un lado en materia de electrificación eliminando las versiones híbridas enchufables, sin duda una opción acertada dejar de lado los que son los motores menos eficientes en la actualidad, pues no dejas de llevar bajo el capó lo mejor y lo peor de los motores térmicos y eléctricos.

En paralelo la gama estará compuesta por tres motores gasolina, dos híbridos ligeros de 170 y 218 caballos, un gasolina puro de 300 caballos, un diésel de 163 y dos opciones eléctricas de 204 y 313 caballos de potencia, con lo que el modelo nos da acceso a las etiquetas C, Eco y Cero.

Sobre el asfalto un SUV con diferentes personalidades, muy divertido al volante si eso es lo que le pedimos, pero que a la vez sabe comportarse como un excepcional vehículo rutero en carretera y funcional en ciudad.