Legal pero no decente
Quizás Sánchez hablaba de sí mismo, o a lo mejor es que se acababa de enterar de quién le ha estado apoyando toda la legislatura. Yo creo que más bien nos trata a todos por tontos
Ya estamos en tiempo de campaña. Dentro de dos semanas irá usted camino de las urnas –o eso espero– para asestarle a Sánchez su primer golpe electoral del año. Pero prepárese, porque estos 14 días que quedan por delante van a ser muy largos. Puede que vea usted otra vez a Juanma Moreno pidiéndole el voto a una vaca, a Ayuso recorrer localidades que de madrileñas tienen poco y a Sánchez montarse en un coche como si fuera algo cotidiano para él, como si no usara día tras día el Falcon y el Puma de Moncloa.
Escuchará usted pocas verdades y muchas tonterías. Por cada verdad, tendrá que soportar unas 50 tonterías y unas 100 disparatadas promesas sin fundamento alguno, como la del cheque de 20.000 euros de Yolanda Díaz al cumplir los 18 –y eso que fue antes de empezar la campaña– o el plan «vivienda para todos» de Sánchez. Por favor, no se crea ninguna.
Es momento para que los políticos exploten al máximo su cinismo. Verán cómo a lo largo de estos 14 días cambian su discurso en función de las encuestas y si hoy critican al PP, mañana serán duros con el PSOE y pasado con Ciudadanos, en función de quién le pueda quitar ese último escaño. Ahí tienen el ejemplo de Sánchez, que se queja con la boca pequeña de la presencia de algunos candidatos de Bildu en las listas cuando lleva cuatro años en Moncloa gracias a ellos.
«Hay cosas que pueden ser legales pero no decentes», dijo el presidente desde la Casa Blanca en relación al tema. También podría estar refiriéndose a sí mismo, pero a lo mejor es que se acababa de enterar de quién le ha estado apoyando toda la legislatura. Yo me atrevería a decir que más bien nos trata a todos por tontos. Es tiempo de campaña y aparentar que no le parece bien que 44 condenados por terrorismo se puedan presentar a las elecciones le puede dar el voto de algún que otro despistado.
Sánchez no se mueve precisamente por la decencia, sino por el interés. Ahora recalca que es indecente pero se guarda el as en la manga de que todo es legal para cuando le toque pactar con Bildu para seguir con el poder en Navarra. Si le escandalizara de verdad que un terrorista quiera ser alcalde del pueblo donde asesinó, ya habría corrido a decir que cambiará la ley electoral y el Código Penal para que esa situación no se repita –aunque luego no lo hiciera–. Movió cielo y tierra para modificar las leyes y tener excusa para sacar a Franco del Valle de los Caídos, pero no moverá un dedo para salvaguardar el respeto a las víctimas de ETA. Sánchez defiende a las víctimas, pero solo a las que le interesan.