El gran follón vendrá por la pasta
Meterle mano en el bolsillo a todas las regiones para regalar una bicoca fiscal a Cataluña provocará inmensos dolores de cabeza a Sánchez
El presidente catalán detalló este lunes sus exigencias a Sánchez. Lo hizo en una cordial entrevista de cámara en el matinal de TVE, única televisión pública del mundo que es amabilísima con los peores enemigos de su país y reserva su colmillo para con aquellos que osan a defenderlo.
Aragonès fijó cuatro condiciones para investir al rehén del separatismo: la conocida amnistía inconstitucional, el referéndum (pero pedido con la boca pequeña, como a medio plazo), el traspaso del ferrocarril de cercanías y «acabar con el desequilibro fiscal» que a su juicio sufre Cataluña.
La última reclamación del presidente catalán enlaza con la exclusiva que publicó el pasado sábado El Debate, donde se revelaba que el acuerdo entre Sánchez y los separatistas incluye una bicoca económica para Cataluña, en la línea del ventajosísimo cuponazo vasco y navarro. Y ahí es donde Sánchez juega con fuego. Las protestas más multitudinarias, el gran cabreo, vendrá por la pasta.
La mayoría de los españoles rechazan la amnistía, incluidos muchos votantes del PSOE. Pero también es cierto que una parte de la población no aprecia su gravedad. No aciertan a ver que perdonar a los que dieron un golpe sedicioso contra el orden constitucional equivale a escupir sobre nuestras leyes y a poner una alfombra roja para próximas intentonas «A mi eso todo me da igual. A mi lo que me importa es mi negocio, cómo va lo mío», mascullaba en días pasados un taxista, termómetro sociológico más fiable que Tezanos.
A parte del público le cuesta entender que debilitar el estado derecho y los hilvanes de la nación no sale gratis, que acaba afectando a sus vidas. Muchos votantes de izquierdas y los argumentarios del PSOE repiten estos días que nunca pasa nada, que estamos ante «las exageraciones de siempre de la derecha».
Sin embargo, cuando te tocan el bolsillo sí entiendes perfectamente de qué te están hablando. El tocomocho fiscal al conjunto de los españoles que prepara Sánchez va a caldear los ánimos todavía más que la lamentable amnistía. El PSOE ha perdido prácticamente todo su poder autonómico, solo gobierna en Asturias y Castilla-La Mancha. Si al final le hace un inmenso obsequio fiscal a Cataluña a costa del dinero del resto de las regiones, los mandatarios de las comunidades que gobierna el PP dispondrán del mejor de los reclamos para convocar protestas. El «España nos roba» del «procés» se convertirá ahora en un «Sánchez nos roba». El mensaje es muy fácil de entender: este tío te está mangando tu pasta para dársela a los separatistas y comprar así su poltrona en la Moncloa. No hay nada que caldee más los ánimos que sentirse víctima de un agravio económico. No hay nada que soliviante más el personal que sentir que te están chorizando lo que es tuyo. El PSOE no ha medido ese factor y puede columpiarse con el cuponazo catalán.
Vislumbro inmensas manifestaciones por toda España contra el tocomocho fiscal. Protestas que harán sudar al proyecto de autócrata. Puede que los españoles estén un tanto anestesiados por las televisiones del régimen. Pero cuando te mete la mano en el bolsillo espabilas rápidamente. ¿Qué va decir un asturiano, un gallego, un andaluz o un valenciano cuando le cuenten que va a vivir peor porque parte de su dinero tiene que dárselo a Puigdemont y Junqueras para salvar el ombligo de Sánchez? En efecto: eso no hay quien lo trague.