500 víctimas y una obscena mentira
De todas las aberraciones intelectuales que hemos visto en los últimos tiempos tomar el resultado de un sondeo como verdad incontestable es una de las más desvergonzadas
487 casos de pederastia o abusos sexuales comprobados en el seno de la Iglesia son lo suficientemente graves para no tomarse con el pitorreo que merecen las asombrosas conclusiones del informe del Defensor del Pueblo sobre un asunto tan dramático. Los casi 500 casos documentados y certificados, con el enorme caudal de sufrimiento y secuelas que suponen para cada una de esas víctimas, se han convertido por el abracadabra de la propaganda en 440.000 y en consecuencia en una simple intoxicación: fake news. Están en la portada de un periódico sin el mínimo indicio probatorio; por no haber no hay ni denuncias sobre los mismos. A falta de datos objetivos para dar al problema la magnitud que la demagogia anticlerical necesitaba, el Defensor del Pueblo ha encargado una encuesta y el diario El País ha convertido esa encuesta en realidad.
De todas las aberraciones intelectuales que hemos visto en los últimos tiempos tomar el resultado de un sondeo como verdad incontestable es una de las más desvergonzadas. Con esa lógica, Feijóo debería reclamar los 150 escaños que le garantizaban las encuestas el pasado mes de julio y Sánchez debería ceder gentilmente el liderazgo de su gobierno a Yolanda Díaz, cuya popularidad demoscópica es muy superior a la del líder socialista. De hecho, avanzando en este hallazgo epistemológico, ¿para qué votar si tenemos encuestas?.
Los abusos a menores son un asunto tan dramático que merecería un mínimo respeto intelectual y moral a la hora de abordarlo. La Iglesia ya ha reconocido su pasividad y su abandono de las víctimas; las reales ya son muchas sin necesidad de inventarse nuevas víctimas demoscópicas. Siempre se deberá hacer más para detectar este tipo de conductas y atender a quienes las han padecido, pero eso no es lo que aquí está en cuestión. Aquí estamos ante una gigantesca falsificación de la realidad. 500 casos de abusos reales no parecían suficientes, necesitan 440.000 imaginarios. La izquierda ya tiene otra cifra mágica e irreal sobre la que articular sus campañas demagógicas.
El programa de gobierno que esta semana nos presentaron Yolanda Díaz y Pedro Sánchez incluye una ley de bebés robados, otra fake news de la progresía española. En su momento se habló de decenas de miles de casos y se llegaron a investigar de manera efectiva 2.000 denuncias. No se pudo demostrar el robo de un solo bebé, pero ahí tienen petición de una ley sobre el asunto. A la vista de lo ocurrido esta semana, no descarten que el Defensor del Pueblo encargue la correspondiente encuesta para certificar lo que la ciencia ha descartado.
La invención de 440.000 víctimas de abusos en la Iglesia, de los 300.000 bebés robados o de esos 114.000 desaparecidos en España que Pedro Sánchez cita a menudo sin la menor prueba, constituyen pura propaganda pero también son la excusa perfecta para que cientos de chiringuitos de extrema izquierda vivan del dinero y las subvenciones públicas.
Propone el Defensor del Pueblo en su informe crear un fondo estatal para el pago de compensaciones y yo me pregunto si es para los 487 casos de abusos reales o si también vamos a tener que indemnizar a las 440.000 víctimas imaginarias.