PSOE S.L.
El equipo íntimo del Gobierno de Sánchez se lucró del material sanitario contra la pandemia. ¿Cómo no va ser responsable de este escándalo el presidente?
Entre mis múltiples defectos figura el de ser irremediablemente anglófilo (empecé de niño con los Beatles y ya no logré parar). Con sus humanos defectos, me temo que la vieja democracia británica continúa siendo la mejor de Europa. Uno de los motivos es que los diputados sirven a los ciudadanos de su circunscripción, con los que están obligados a reunirse semanalmente para escuchar sus demandas. No se comportan como meras marionetas de su partido. Si algo no les agrada, no resulta infrecuente que se rebelen y desoigan la disciplina partidista en votaciones relevantes.
El Partido Conservador no ha tenido empacho en cepillarse a cuatro primeros ministros consecutivos. Primero se cargaron a Cameron tras su derrota en el referéndum del Brexit. Luego a May, por no acabar de implantarlo. La siguiente en caer fue la efímera Liz Truss, que se inmoló con unos presupuestos locuelos. Por último, laminaron a Boris Johnson, a pesar de su rotunda mayoría absoluta, por algo que allí no se perdona: mentir al público (en este caso en relación a una fiestuqui vinatera en el Número 10 en pleno confinamiento).
Comparemos con el caso PSOE. Aquí, incluso algunos comentaristas de supuesta derecha consideran que lo de Ábalos y sus líos no afecta a Sánchez, presidente y consejero delegado de lo que podríamos denominar PSOE S.L. Pero con una olla de mugre así, en Inglaterra el premier Peter ya estaría desfilando.
Primero nos vendieron que todo quedaba circunscrito al asesor y maletero del ministro. Era el caso Koldo, tan solo un garbanzo negro puntual en la casa de los 144 años de honradez. Nos vendía la moto de que un tipo sin formación, de modales broncos y con un currículo de guardaespaldas, se había destapado como una eminencia de inmensa influencia política, que abría sin problema todas las puertas de ministerios y comunidades socialistas para que contratasen con Soluciones de Gestión S.L., claramente una firma tapadera.
Acto seguido pasamos ya al caso Ábalos, al ser el propio PSOE quien le pide que entregue su escaño invocando un fallo «in vigilancia» (no enterarse del fraude de sus subordinados). Pero ahora ya sabemos que al que había que vigilar era más bien al propio Ábalos, pues la Audiencia Nacional lo sitúa intercediendo a favor de Soluciones de Gestión ante Armengol, por entonces presidenta balear.
Al tiempo, tenemos también un caso Armengol. Según ha revelado este periódico, la que hoy es tercera autoridad del Estado contrató a la firma amiga de Ábalos y le compró sus mascarillas inútiles, a pesar de que la autoridad anticorrupción de su comunidad le advirtió sobre «infinidad de irregularidades» de esa empresa. Armengol tardó tres años en reaccionar. Pero existe además un caso Torres, expresidente canario y hoy ministro vividor de cometidos evanescentes, que contrató a lo grande a la empresa tapadera. Y un caso Illa, responsable como ministro de Sanidad. Y un caso Marisu, pues la titular de Hacienda es quien en última instancia vela por la integridad de los contratos públicos.
Lo que en realidad tenemos es el caso PSOE S.L., un partido que primero robó a paladas el dinero de los parados andaluces (los ERE) y más tarde volvió a robar aprovechándose del desconcierto y urgencias de una pandemia.
Siguiendo la lógica del propio PSOE, si Ábalos debe dimitir por no vigilar a sus subordinados, Sánchez está en idéntica situación, puesto que Ábalos era su hombre fuerte en el Gobierno y en el partido y el muñidor en el que se apoyó para su operación regreso en el PSOE y su asalto al poder con 85 escaños mediante un infame acuerdo con los separatistas.
Mi Persona celebró ayer en Palacio su 52 cumpleaños. No sabemos qué tal le habrá sentado el cava, porque el día resultó movido. Se despertó el homenajeado con varias informaciones sobre el alcance la trama (incluida una que llegaba a aludir a su mujer, nuestra muy complutense primera dama Bego). A la hora del vermú, el jefe de PSOE S.L. se enteró de que el Supremo procesaba a Puigdemont por terrorismo, lo cual complica enormemente la ley de amnistía que necesita para seguir pernoctando en la Moncloa.
Y a la hora de la siesta, El Debate contaba que en 2021 Sánchez presidió en Santander un foro organizado por uno de los miembros de la trama señalados ahora por la justicia (foro que los tres años previos y el siguiente presidió el ahora apestado Ábalos).
El PSOE se arrastra como un zombi. Conserva el poder solo porque los separatistas saben que no van a encontrar un chollo equiparable a este exánime y turbio sanchismo.