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Unas líneasEduardo de Rivas

Gibraltar es español

La Federación tiene que defender ya a Rodri y Morata, por mucho que conlleve pisar algún callo y recordarle a alguien que el Peñón sigue siendo una colonia

Actualizada 01:55

La UEFA ha puesto en su punto de mira a Rodri y Morata, jugadores de la selección española de fútbol, por sus cánticos durante la celebración de la Eurocopa conseguida en Alemania. Para el organismo europeo, es una ofensa máxima que se gritara en la plaza de Cibeles que Gibraltar es español, una reclamación nacional que viene de siglos atrás y que, por mucho que moleste en algunos sectores, no deja de ser una gran verdad.

La UEFA tiene dos reglamentos, uno para los ingleses y otro para el resto del continente, como venimos viendo desde hace tiempo con el tratamiento especial que se le da al Manchester City y a sus cuestionables estrategias financieras. En esta ocasión, el organismo vuelve a doblegarse ante la Gran Bretaña después de una queja de la Federación de Fútbol de Gibraltar, que nunca debió entrar a formar parte de la UEFA y lo logró pese a la oposición del Gobierno español y de su Federación. En el Peñón no gustó que la vieja reclama española llegara a oídos del resto del mundo, no vaya a ser que alguien se dé cuenta de que ya va siendo hora de acabar con la única colonia que queda en el continente.

La UEFA tampoco tiene en cuenta el contexto en el que se realizaron las proclamas, porque, más que reclamaciones, fueron gritos de celebración por el éxito conseguido. Dudo mucho que ni Rodri ni Morata reflexionaran seriamente sobre el trasfondo de la situación antes de subirse al escenario ni que fuera algo premeditado en el vestuario.

La UEFA no mira el lugar donde se produjeron los hechos. El organismo europeo no tiene jurisdicción alguna sobre la plaza de Cibeles de Madrid, a menos que Almeida haya emitido alguna orden que desconozca para concederle favores especiales a Ceferin. Sus competencias se restringen a los recintos deportivos, por lo que puede sancionar a los jugadores por lo que suceda sobre el césped o incluso en el parking del estadio, pero no en las calles de la capital de España.

La UEFA examina este caso, pero se muestra más timorata a la hora de valorar otro tipo de situaciones que sí se produjeron dentro de un estadio de fútbol. No abre la boca cuando se pita el himno nacional en las finales de Copa del Rey que disputa el Barcelona, ni tampoco las reclamaciones de independencia que se suceden partido tras partido en el Camp Nou. Sí abrió una investigación relativa a la famosa pancarta del «Catalonia is not Spain» durante un partido contra el Real Madrid, pero nunca se volvió a saber nada más de ella.

La UEFA hará el ridículo si finalmente sanciona a Rodri y Morata por su «Gibraltar es español», aunque no sería ni el primero ni el último de su historial. Para tratar de evitarlo, la Federación debería iniciar desde ya mismo una defensa férrea de sus jugadores, por mucho que ello conlleve pisar algún callo y recordarle a alguien que Gibraltar es un territorio pendiente de descolonizar.

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