Más de lo mismo conocido en 2025
Sánchez y sus mariachis no pierden la ocasión de generar rencor y enfrentar a la sociedad con declaraciones y propuestas divisivas que excitan o irritan a los ciudadanos de una y otra parte del muro que levantó en su investidura
¿Qué pinta un ministro de Transportes metido a bronquista y provocador habitual en las redes sociales tratando de restar importancia y alcance a la noticia sobre la detención de un delincuente que intentó asesinar a un policía en el metro de Madrid, en vez de dedicar todos los esfuerzos a gestionar el deficiente estado de nuestras carreteras y ferrocarriles?
Un carterista de 24 años, de nacionalidad chilena, es detenido en un andén del subterráneo madrileño por una pareja de policías de paisano tras un forcejeo en el que el delincuente le arrebató la pistola a uno de los agentes y disparó contra él , con la inmensa fortuna para la víctima de que el arma tenía el seguro puesto y el gatillo no percutió el proyectil.
«Torrente» Puente , el eslabón perdido del Gobierno de Sánchez , considera en «X» que «el delincuente no disparó (la pistola tenía el seguro puesto), pero los metemiedos tienen que mentir para calentar el ambiente. Es a lo que se dedican». Los sindicatos policiales, indignados y con razón con el ministro broncas, le recordaron que el arma fue disparada, pero afortunadamente no detonó por tener el seguro manual activado. El delincuente, por tanto, sí disparó. Es tan obvio que hasta un primate debería entenderlo, de tal forma que el carterista será acusado por intento de homicidio y el policía pudo celebrar con más alegría que nunca seguir vivo en 2025. Puente evidencia con su reprobable frenesí «tuitero» su falta de actividad productiva en beneficio de todos, la suya y la del Gobierno, más dedicado a generar cizaña y sembrar estúpidas polémicas, aunque políticamente aprovechables para sus intereses políticos, que a gestionar y gobernar con tino el patrimonio común de los españoles.
Acaba de hacerlo también Félix Bolaños, más conocido ya como «Gracita Bolaños» por su bien mandada disposición para servir a su «señorito» Sánchez, saliendo en defensa de la seudo cómica que ofendió durante las campanadas el sentimiento religioso de los católicos, mientras les insultaba tildándolos de «ultras» por intentar amedrentar, según él, a la «simpática» campanera de la Nochevieja. Bolaños, ministro de Justicia, podía haber apelado al respeto exigible que merece cualquier confesión religiosa; sin embargo, no solo no afeó la tropelía de la seudo cómica, sino que aprovechó el desmán para justificar una inminente reforma legal que elimine el delito de ofensa religiosa con el propósito de que las afrentas e insultos contra los sentimientos católicos pasen a ser libertad de expresión. Barra libre para la insidia y el odio religioso, entiéndase, contra los católicos.
Sánchez y sus mariachis no pierden la ocasión de generar rencor y enfrentar a la sociedad con declaraciones y propuestas divisivas que excitan o irritan a los ciudadanos de una y otra parte del muro que levantó en su investidura.
La metáfora «lampedusiana» de cambiar para que todo siga igual, aplicable al cambio de dígito del nuevo año, no conlleva, desgraciadamente, ningún cambio de la situación, ni propósito de enmienda por lo visto, sino más de lo mismo conocido. Cambiamos de año, pero, salvo lo que determinen los jueces que investigan las causas que afectan a Sánchez, su familia y al PSOE, políticamente todo seguirá igual en 2025 con el agravante de que además afrontaremos una mayor presión fiscal en nuestros bolsillos. Más impuestos confiscatorios para familias y empresas, rayanos en el latrocinio, por parte de este Gobierno que ha encontrado precisamente en la creación de nuevos tributos y la constante subida impositiva, su gallina de los huevos oro para financiar el imparable gasto público con el que sufraga sus operaciones políticas, ya sea en Cataluña o en Jaén donde Montero ha puesto el Ministerio de Hacienda al servicio del PSOE para hacerse con la alcaldía , con el objetivo de mantenerse en la Moncloa o recuperar poder territorial. Solo así se explica que en 2025 afrontemos otras 12 nuevas subidas entre impuestos y cotizaciones y ya van 93 desde que Sánchez llegó al Gobierno en 2018. Puro expolio fiscal con el que el «sanchismo» costea su permanencia en el poder.