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LiberalidadesJuan Carlos Girauta

El Año de Franco

A Sánchez se la han metido con lo del Año de Franco. Excelente noticia, pues acelerará su perdición

Actualizada 01:30

Dicen que el Año de Franco ha sido idea de un asesor al que contratan indistintamente PP y PSOE. No importa él, sinossu tribu: consejeros de nada, seducen con estadísticas trucadas y neologismos delincuenciales a líderes políticos. ¿Por qué apuestan a ciegas por las peregrinas conclusiones de onerosos zascandiles? ¿Cómo es posible? Es posible porque el timo más viejo del mundo de la consultoría ful consiste en confirmar el sesgo del que te paga. No basta con preguntarle qué piensa para decirle «tienes razón», claro está. Eso no confirma sesgos, confirma que te van a descartar como asesor, por lameculos y por inútil.

Se preguntará el lector qué utilidad real aporta quien va a confirmar un sesgo. La respuesta es siempre la misma: hacer tangible, y dotar de base formalmente objetiva, lo que se sabe que el cliente piensa hacer de todos modos. Un informe es tangible; una opinión expresada verbalmente, no. Aunque valga mil veces más que el informe y acierte cuando el otro yerra. Los quince gráficos de barras y quesitos en 3D hacen comprensible para el más lerdo lo que en texto se acompaña con un lenguaje técnico que forma parte sustancial de la estafa. O sea, que a Sánchez se la han metido con lo del Año de Franco. Excelente noticia, pues acelerará su perdición.

El asesor cuyo nombre no importa tiene que justificar los seiscientos mil euros anuales que le paga Sánchez con mi dinero. Y si hay algo que nadie con dos dedos de frente ignora es que Sánchez encarna el antagonismo, la guerra. Desconoce cualquier forma de hacer política que no pase por dividir a la nación y enfrentarla. Que su tirón, inexplicable para muchos, viene precisamente de complacer los rencores, afirmar las frustraciones, atizar el odio de una masa intratable que él torna jauría. Y de proyectar toda su vileza, que es inconmensurable, sobre el enemigo. Porque para los Sánchez de este mundo, la única lógica política es la del amigo-enemigo. (Con lo que nuestros siempre quejumbrosos y faltones schmittianos deberían admirarle, pero mejor dejar eso para nunca).

En fin, que cuando el engañabobos de lujo le planteó lo del Año de Franco al más peligroso representante de la discordia en España desde Largo Caballero, la reacción solo pudo ser de entusiasmo. El Doctor Plagio se complace ante las gráficas, en la penumbra de un despacho monclovita: ya sabía yo que había que ir por ahí; que se retraten todos —se dice. Craso error. El año de Franco, con sus cien homenajes inversos, dará pie a que un público neutro lego en historia se entere de mil cosas que ignoraba, de modo que su visión dejará de ser en blanco y negro. Cuando se celebre el acto en Auschwitz, al que asistirá el Rey, glosaremos las memorables gestas de los embajadores de Franco que salvaron de una muerte segura a decenas de miles de judíos. «España salvó más judíos que todas las democracias juntas». (Shlomo Ben Ami).

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