¡Que le quiten la custodia a Elon Musk!
Vivir para ver. Los tertulianos de hoy critican que Trump se ponga en manos de un empresario exitoso, pero no les importa que Sánchez se arrodille ante un prófugo malversador
Una de las cosas más espantosas que dejó la «nueva política» (y mira que hubo muchas) fue la moda que se instaló entre los diputados de demostrar cómo de tiesos estaban. Con aquello de hacer públicas las declaraciones de bienes comenzó una especie de competición por ver quién tenía menos propiedades y dinero en el banco, convencidos de que hay una relación inversamente proporcional entre la honradez y el patrimonio, es decir, que cuanto menos pasta tienes, más de fiar eres (cuando quizá debería ser al revés, si se supone que aspiras a dirigir la cosa común).
Como si fuera un acto reflejo de aquella época, algunos tertulianos han reaccionado de manera furibunda a la presencia de Elon Musk en la toma de decisiones en Estados Unidos. Le acusan de ser rico, que es algo que en España padeció Marcos de Quinto cuando se supo, a raíz de entrar en Ciudadanos, que tenía un patrimonio de 55 millones de euros. Esta abundancia le convirtió automáticamente en sospechoso al lado de todos aquellos tardoadolescentes que pretendían gobernar España.
Viene esta digresión a cuento de la última aparición de Elon Musk en el despacho oval, ataviado con una gorra, ropa informal y llevando a hombros a uno de sus hijos. En la tertulia que estaba viendo interrumpieron el debate para escrutar esa imagen, que por momentos llegaron a tachar de peligrosa para la democracia. ¿Peligrosa? No hombre no. Peligroso es mandar a Santos Cerdán a Ginebra para conseguir los votos de un delincuente a cambio de su impunidad. Esa imagen sí que es jorobada para la democracia. Es más, por seguir con el absurdo, estoy convencido de que si la conexión dura dos minutos más acabarían pidiendo que los servicios sociales se hagan cargo del niño de Elon Musk. Mucho mejor que esté con Irene Montero y su cofradía del puño morado que a tres metros de Donald Trump, no fastidies.
A mí no me gustaría que mi presidente estuviera condenado en firme, como ocurre en Estados Unidos. Es más, creo que el nuestro debería dimitir sólo por todo lo que tiene alrededor. Pero de ahí a ver en esa foto un peligro para la democracia… hombre. Elon Musk, al contrario que Sánchez, respondió esa noche a las preguntas de los periodistas sin ningún tipo de condicionante, más allá de tener a su hijo bajándole la visera cada poco tiempo. Donald Trump, al contrario que Sánchez, ganó las elecciones de su país. Y Elon Musk, a diferencia de muchos de los que nos gobiernan, ha creado más riqueza y empleos que Ione Belarra y Yolanda Díaz juntas. Pese a todo, hay tertulianos con ganas de epatar al régimen a los que esto les parece mal, y les preocupa mucho más que un presidente consulte a un empresario que un presidente como el nuestro medite visitar a un prófugo malversador como Puigdemont.
No quiero que me hagan elegir. Pero oye, planteadas así las cosas, que diría Aitor Esteban, entre Musk o Puigdemont, no tengo muchas dudas: Elon Musk.