Autoengaño colectivo

Que nadie se mueva en el socialismo, si no quiere quedarse atrás.

Sr. Page, que nadie se adelante salvo el jefe. El socialismo evoluciona hacia una comunidad de hipócritas que bailan al compás del «cacique catalán», como si fuera el macho alfa. Qué pequeño se ha quedado el jefe, que marcha hacia la verdadera deriva colectiva de su ideología.

La individual, la suya, es pura fantasía. Ni Koldo Sfera, ni Cerdansfera, ni El abalorios es cosa suya. Lo suyo ahora es Sanchezfera que está dentro de la Golpe Sfera del dictador.

La esencia de la sociedad española no se corrompe por naturaleza, se corrompe por ideología y si es de izquierdas rápida y colectivamente, incluido el jefe que da las órdenes. No se desborda en envidias más allá de aquellas que el socialismo pueda abarcar en corrupción, ya que son todas. No anhela riquezas morales, ya que posee la eterna posesión de la mentira y la sinrazón. Su prepotencia radica en la habilidad de mentir desvergonzadamente, desde la alcoba hasta el Falcon. Ha renunciado a todo rastro de dignidad, de respeto hacia sí mismo. ¿Por qué la corrupción no enciende la dignidad de sus votantes? Se creen que todos somos iguales, pero para robar unos son más ladrones por el voto, que otros. ¿Por qué todo se evapora de nuestra memoria colectiva? ¿Por qué lo manda un dictador? Y aceptamos pasivamente un cierto masoquismo, ante el cinismo fragante de aquellos que nos engañan de la mañana a la noche.

Cuidado Sr. Page, no vaya por delante, que por la boca entra el frío de la calle. Y la gente se escandaliza de aquellos que han abandonado la dignidad y la vergüenza para abrazar el sillón. Al pueblo español ya le han cruzado demasiadas fronteras morales. Muchos justifican estos desvaríos, «porque soy de izquierdas» siendo ellos quienes reflejan con más claridad la corrupción de esa ideología, sumisos cobardemente y dispuestos a autoengañarse antes que someterse a la autocrítica. Todo por el bien del jefe…