Cartas al director
Vaya con Dios, Sr. Esteban
El señor Aitor Esteban ha poseído un valor distintivo en sus muchos años ejerciendo la portavocía de su partido en el Congreso. Ha sido un tipo amable, correcto y educado, lo cual ya es un valor singular en el aprisco congresual. Le echaremos en falta. Me chocó no obstante su llamamiento final a la juventud, en el sentido de que no hagan dejación de su interés por la política. Creo, Sr. Esteban, que ese mensaje debería haber dirigido a la sala, a fin de que la habitual actitud infantil de las congresistas, su seguidismo conventual a consignas partidistas de confrontación, casi siempre, la actitud y comportamiento grotesco y ridículo de sus señorías, en no pocas ocasiones, su ausencia de ejemplaridad ante el público, disuadan a los ciudadanos de la debida atención que efectivamente merecen los asuntos públicos. Los jóvenes aceptarán su mensaje con creciente interés, si les llega una actitud y comportamiento realmente dignos de sugestión y de elogio.