¿Y si...?
El proceso de toma de decisiones en la OTAN debería cambiarse. El comandante al mando de la OTAN, el Comandante Supremo Aliado en Europa (Saceur), siempre ha sido un general estadounidense. ¿Por qué no poner a un general polaco al mando? ¿O a un estonio?
En los negocios es primordial prestar atención a los riesgos, aunque sean menores, para prepararse y mitigarlos. ¿No debería suceder lo mismo en política? Quedan menos de dos meses para las elecciones en EE. UU. y todas las encuestas indican que el riesgo de victoria de Donald Trump es de un 50 por ciento. Es un riesgo elevado. ¿Estamos preparados?
No sería extraño que el presidente Trump comenzase su mandato con una decisión importante y de calado. Con frecuencia, ha expresado su desdén por la OTAN y su plan de salir de esta organización. ¿No sería muy simbólico que decretara en su primer día en el cargo que el Ejército estadounidense no participará más en misiones de la OTAN y se retirará de Europa? Sin duda, sería el fin de la Alianza del Atlántico Norte tal y como la conocemos, y podría hacerlo con solo una firma. Ni siquiera tiene que poner fin a su pertenencia. Podría pasar a una postura inactiva, o seguir el ejemplo francés: cuando el general De Gaulle canceló la participación de Francia en la estructura de mando de la OTAN, pero siguió siendo miembro.
¿Qué país lideraría la OTAN? Cabe suponer que sería Alemania, el país más grande y potente en términos económicos de Europa. ¿Conviene que un país en el que la derecha nacionalista, con estrechos lazos con Rusia, está consiguiendo un poder considerable, y en el que el canciller está socavando las iniciativas positivas de su ministro de Defensa o del secretario de Estado respecto a Ucrania? ¿O sería Francia, un país con problemas similares con la derecha? En ese caso, al menos sería un país con energía nuclear independiente y, por tanto, un valioso elemento disuasorio. ¿O debería ser Polonia? El país ha hecho importantes esfuerzos por aumentar su fuerza militar en Europa, y como país fronterizo con Rusia, Bielorrusia y Ucrania tiene amplia experiencia en hacer frente a las amenazas comunistas.
El proceso de toma de decisiones en la OTAN debería cambiarse. El comandante al mando de la OTAN, el Comandante Supremo Aliado en Europa (Saceur), siempre ha sido un General estadounidense. ¿Por qué no poner a un general polaco al mando? ¿O a un estonio? El brazo político de la OTAN, el Consejo del Atlántico Norte, también se debe cambiar para adaptarse a la nueva situación.
La adquisición de armas tendría que adaptarse a las realidades europeas. Las tropas estadounidenses dependen actualmente de unos 30 sistemas de armas diferentes. En Europa, utilizamos más de 170 sistemas de armas diferentes, lo que genera una situación insostenible. Los fabricantes europeos de armas deberían dejar de intentar crear los sistemas más sofisticados y costosos, y producir sistemas prácticos y sencillos que puedan demostrar su valor sobre el terreno en circunstancias exigentes y poco sofisticadas, y fabricarlos en grandes cantidades.
Los estados europeos deberían modificar sus legislaciones nacionales para adaptarse a las nuevas realidades. La Unión Europea podría ser de gran ayuda en este ámbito.
Y todo esto tendría que ocurrir en cuestión de días. Ni meses ni años. ¿Estamos preparados? ¿O solo esperamos que el otro 50 por ciento pese más y Kamala Harris gane las elecciones? Eso sería una enorme negligencia política.
¿Y si...?
- El Archiduque Carlos es el jefe de la Casa Imperial de Austria y Real de Hungría
