Fundado en 1910
En primera líneaJosé Ignacio Palacios Zuasti

¿Ignorancia o cobardía?

Adenauer, que fue uno de los padres de la Unión Europea, en 1967, después de visitar España y reunirse con Franco, en un brindis que pronunció en El Escorial, lo definió así: «tuve la sensación de que a la cabeza de España se halla un hombre que es muy inteligente...»

Actualizada 01:30

Desde 1977 milito de manera ininterrumpida en Alianza Popular / Partido Popular, que en Navarra ha tenido diversas siglas: AFN, AP, PP, UPN y PP. Asistí a su II Congreso Nacional, celebrado en 1978, y a muchos de los posteriores. Desde las primeras elecciones generales de 1977 he sido interventor o apoderado en múltiples comicios. He sido el único concejal de AP en el Ayuntamiento de Pamplona. Fui secretario general de AP y presidente del PP de Navarra, y he sido miembro electo del Comité Ejecutivo Nacional del PP. Por lo que cuando otros que hoy dirigen ese partido militaban o votaban a formaciones contrarias a él, yo ya estaba defendiendo los colores populares en las difíciles tierras de Navarra, cuando ETA mataba. Por eso, sé de primera mano que AP la fundó Manuel Fraga junto a otros seis: Federico Silva, Gonzalo Fernández de la Mora, Laureano López Rodó, Licinio de La Fuente, Cruz Martínez Esteruelas y Enrique Thomas de Carranza, que fueron los que reformaron el Régimen anterior para hacer la democracia; sé que seis de ellos fueron ministros de Franco y a los tres primeros los traté desde los últimos años setenta, cuando se debatía la Constitución.

Franco

Lu Tolstova

Conviene recordar que, en los años 1978 y 1980, cuando ya era presidente de AP, y tras haber dicho: «Yo he sido siempre una persona leal, y (…) en este momento que hay muchas personas que encuentran más cómodo ocultar su pasado y avergonzarse de él. (…) yo digo ahora lo mismo que le dije entonces a él –a Franco–, y esa lealtad que va para mí más allá de la muerte de las personas, porque consiste fundamentalmente en estar de acuerdo en unas ideas, para mí es una de las cosas menos malas de mi carácter; y de eso presumiré siempre». Fraga describía así a Francisco Franco:

«Impresionaba la popularidad de aquel hombre, que aparentemente carecía de las condiciones clásicas de los líderes carismáticos: presencia, voz, ideología.»

«Tomó una España más bien dividida, totalmente subdesarrollada, y ha devuelto a los españoles, al final del siglo XX, un país que tiene muchas más posibilidades por su desarrollo económico, por su nuevo equilibrio social, por su mayor énfasis en las actitudes de las clases medias y, de modo muy especial, por el aumento enorme de la escolarización, que él multiplicó por diez.»

«Tenía ciertas condiciones de político muy interesantes, además de las que tenía de gran militar y de gran hombre de Estado.»

«Debo decir que Franco era un hombre que escuchaba mucho a los ministros y les dejaba hacer; y cuando un ministro lograba convencer a una mayoría de sus compañeros, él, aunque estuviera en contra de aquella opinión, la aceptaba; ahora bien, si los ministros, en su mayoría, estaban en contra de esa opinión, entonces él también estaba, con la mayoría, en contra.»

«En lo que se refería al comunismo fue su único vencedor en una batalla abierta en el siglo XX. Ninguna otra batalla se ha ganado contra el comunismo más que la suya y, por lo tanto, era perfectamente consciente de la trascendencia de su victoria y también de lo que haría el comunismo internacional. Y a la vista está que lo sigue haciendo, por derribar el resultado de su obra. ¡Ojalá no lo consiga!»

Y añadía Fraga: «esas partes del franquismo –orden, mejor que la anarquía; un sistema basado en la unidad es mejor que basado en la destrucción de esa unidad; y una gran obra como la que Franco hizo, apoyada en el orden económico y social– deben mantenerse más bien que volver a los enfrentamientos infecundos entre las clases y los grupos españoles. Y estas son las que, justamente algunos de nosotros (y pienso que más que nadie Alianza Popular), intentan convertir en un movimiento moderno que recoja lo bueno de entonces y reforme todo lo que hoy ya no es viable ni posible. Pero por encima de todo eso, está también la figura personal de Franco.»

Después de citar al fundador del PP, conviene recordar, también, lo que dijo Konrad Adenauer, aquel hombre a quien el jefe nazi de un campo de concentración le dijo en 1945, poco antes de terminar la Segunda Guerra Mundial: «Espero que no se suicide… Al fin y al cabo, a los 69 años, ya no tiene usted nada que esperar de la vida» y que cuatro años después, en 1949, con 73 años, se convertiría en el primer canciller de la República Federal Alemana, puesto en el que permaneció hasta 1963. Pues bien, Adenauer, que fue uno de los padres de la Unión Europea, en 1967, después de visitar España y reunirse con Franco, en un brindis que pronunció en El Escorial, lo definió así: «tuve la sensación de que a la cabeza de España se halla un hombre que es muy inteligente, muy sensato, muy prudente; un hombre, además, que infunde confianza.»

Ahora, con mi dilatada trayectoria en el PP, tengo que confesar que me ha dolido que, bien por ignorancia o por cobardía, por ese complejo de inferioridad moral ante la izquierda, mi partido haya apoyado una iniciativa parlamentaria que pretende disolver la Asociación que trata de reivindicar y narrar la figura de Franco y de su obra. Con ello, como diría Fraga, está colaborando con el comunismo internacional en el derribo de la obra de Franco.

  • José Ignacio Palacios Zuasti fue senador por Navarra
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