Sánchez vs Franco

A raíz de la publicación de mi última a novela, «Misiles para la ETA», he recibido muchos comentarios que elogian la, según ellos, lección de la historia de España que la narración contiene, añadiendo que los jóvenes españoles, en su inmensa mayoría, desconocen lo que era la banda terrorista ETA, que duró 60 años, entre 1958 y 2018, que es la fecha de su disolución, aunque hay otras fechas más significativas en su desgraciada historia: 1968-2010. En junio de 1968 ETA mató por primera vez. Fue al guardia civil de Tráfico José Antonio Pardines, un joven gallego destinado en Guipúzcoa. En marzo de 2010, ETA causó su última víctima mortal: el policía francés Jean–Serge Nérin , cerca de París.

En total, fueron más de cuatro décadas asesinando y condicionando la vida política, social y económica de España, hechos que nuestros jóvenes ignoran completamente. La culpa de su ignorancia, naturalmente, no es de ellos, es de nuestros «progresistas» modelos educativos, creo que llevamos más de ocho distintos en los últimos años, donde se priorizan otras cuestiones y se trocea descaradamente la historia de nuestro país descartando episodios muy importantes, transcendentales, diría, que cambiaron el mundo, haciendo seguidismo de la «leyenda negra española», e ignorando nada menos que cuatro siglos de la historia mundial.

Y no solo de esos cuatro siglos, sino de la propia historia de España más próxima, de las dos funestas repúblicas, de las cuatro guerras civiles de los siglos XIX y XX, y, por supuesto, de los crímenes de ETA.

Mi capacidad de asombro no tiene límites, a mi edad ya nada, o casi nada, me sorprende. O eso creía yo, sin embargo, he tenido una conversación con un amigo que me ha dejado de piedra. Tiene nietos que son universitarios y con los que habla a menudo de la situación política y social de España comparando la España que nosotros hemos vivido y la actual. En un momento de la conversación me dice que sus nietos siempre votan incondicionalmente al PSOE.

Bueno, digo yo, como muchos millones de españoles, no me sorprende en absoluto, cada uno tiene sus razones, su ideología y su conocimiento o su ignorancia, pero mi asombro surge cuando le pregunto si conoce las razones por las que estos jóvenes españoles votan siempre e incondicionalmente por el PSOE. Me dice que sus nietos están convencidos de que si no gobierna el PSOE la alternativa es la dictadura de Franco, así como suena, «la terrible y criminal dictadura franquista».

Ahora entiendo a Sánchez sacando a pasear a Franco cada vez que algo le va mal, es decir, siempre, y por supuesto entiendo las múltiples celebraciones que nos esperan en 2025 para conmemorar los cincuenta años de la muerte de Franco. Ahora todo eso tiene sentido. Qué buenos son en esto de la propaganda, han conseguido lo impensable. Para estos jóvenes universitarios españoles lo de los Maduro, Putin o la mismísima banda criminal ETA, son unos aprendices al lado del cruel criminal que sometió a España durante casi cuarenta años a la más absoluta miseria.

Ellos ignoran, porque nadie se lo ha dicho, que en 1975 España era la octava potencia económica del mundo, hoy la decimosexta, que de una renta per cápita del ochenta y tres por ciento de los nueve países más ricos de la Unión Europea, hoy no llegamos al setenta por ciento, que de una industria que suponía el treinta y seis por ciento de PIB hemos bajado al catorce por ciento actual y que de una fiscalidad del diez por ciento estamos ya en el cuarenta y cinco por ciento y subiendo.

Ellos ignoran, ahora que tan difícil es conseguir una vivienda, propia o en alquiler, que, durante esa terrible dictadura del franquismo, terminada la fratricida guerra civil en la que se enfrentaban hasta miembros de una misma familia, según la parte de España donde vivieran, se construyeron cuatro millones y medio de viviendas sociales que aún perduran.

Podría seguir con las obras hidráulicas, el desvío del río Turia en Valencia, las cifras de paro, la seguridad ciudadana, los grandes hospitales construidos, la seguridad social, pero no se trata de hacer una defensa de un régimen autoritario, de una dictadura que no va a volver, por mucho que se empeñe Sánchez en seguir dividiendo a los españoles, se trata de que los jóvenes conozcan que no todo fue tan malo durante esos años, a pesar de la falta de libertades, de que la dictadura inmediatamente después de terminada la guerra evolucionó hasta donde expongo más arriba. Pero para Sánchez solo cuenta la de los primeros años: O Franco o yo. Divide y vencerás, es su consigna.

• Jaime Rocha es capitán de Navío (R) y exagente del CNI