Ser católico es el nuevo punk: el inesperado revival cristiano
Libres, sobre la vida en los monasterios españoles, se convierte en el documental más visto en los cines en 25 años, con más de 100.000 espectadores, y el fenómeno mundial de la serie The Chosen (Los Elegidos) pronto estrenará su quinta temporada
Hace pocos días, con motivo de la inauguración del Belén de la Real Casa de Correos, la presidenta Ayuso pronunció un discurso alegre y subversivo; alegre por reconocer que «para un cristiano, el pesimismo es imposible»; subversivo por la colección de referencias a Dios, a lo trascendente y a la natural dimensión religiosa del ser humano. Desde las alocuciones navideñas de Juan Carlos I en los años noventa ningún cargo público había mentado a Dios en público. El Belén de la sede de la presidencia madrileña cuenta con 145 metros cuadrados, medio millar de figuras y 30 metros de ríos; además, 65 colegios de toda la región se turnan para cantar villancicos a su alrededor. A diez euros de taxi de la Puerta del Sol, en la calle Goya, se acaba de inaugurar la nueva tienda de moda de Álvaro Moreno. La número setenta. Un sacerdote bendice el establecimiento, y los carteles promocionales piden que sea «a mayor gloria de Dios». Facturan 120 millones de euros.
Dos años antes, la campaña de Scalpers —otra gran marca española de moda— se presentó como «un homenaje al mayor rebelde de la historia de la humanidad: Jesucristo». Belenes, mercadillos y conciertos de Navidad proliferan por toda la Comunidad de Madrid siguiendo el ejemplo de Sol. Diputados andaluces y catalanes cantan villancicos y nadalenques en sus parlamentos autonómicos. El presentador Cristian Gálvez reconoce en una entrevista «haber perdido el miedo a decir que creo en Jesús como hijo de Dios». Cristina Pedroche, musa de las Campanadas de La Sexta, bautiza a su hija, anuncia su intención de casarse por la Iglesia y abraza la fe católica. La familia de Carlos Alcaraz ondea la bandera del Sagrado Corazón de Jesús en cada partido. Luis de la Fuente y Álvaro Morata, seleccionador y capitán de la Selección, agradecen a Dios el campeonato de Europa; y lo mismo Rodri, último balón de Oro. Ilia Topuria no oculta que «es Dios quien le provee de la paz y la calma» antes de cada combate. El estadio Benito Villamarín recibe al Barcelona con una gigantesca pancarta de la Virgen y ocho ángeles, y un lema: Magna Fides Baeticae. Los retiros de Emaús no dan abasto. El fenómeno Hakuna traspasa fronteras y llena los 20.000 espectadores del Wizink, el veinteañero Íñigo Quintero se convierte en el artista más escuchado del mundo con una canción sobre Dios, y la Fiesta de la Resurrección de la ACdP reúne a más de 70.000 personas en un macroconcierto en Cibeles.
Libres, sobre la vida en los monasterios españoles, se convierte en el documental más visto en los cines en 25 años, con más de 100.000 espectadores, y el fenómeno mundial de la serie The Chosen (Los Elegidos) pronto estrenará su quinta temporada. Y hasta Penguin Random House se ha hecho con los derechos del inesperado bestseller de José Carlos González-Hurtado ‘Nuevas evidencias científicas de la existencia de Dios’. Así las cosas, no parece extraño que por primera vez en muchos años aumente el número de seminaristas en España. La juventud, en España y en todo Occidente, protagoniza una reacción contra el universo posmoderno surgido de Mayo del 68.
Hay una rebelión en marcha contra un mundo que ha prescrito la soltería (del latín solitarius 'solitario, aislado') como fórmula emancipatoria y ha proscrito el amor romántico. Que ha prescrito la disolución de los vínculos estables y ha proscrito la maternidad y la familia. Que ha prescrito un individualismo materialista y alienante y ha proscrito las formas de vida que protegían la fragilidad humana. Que ha prescrito el desarraigo y ha proscrito, en fin, los pilares de Occidente. Particularmente su dimensión trascendente. Pues bien: no ha funcionado.
- Rafael Núñez Huesca es periodista y portavoz adjunto del GPP en la Asamblea de Madrid