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TribunaFernando Ramos

Marroquinización e islamización de España

La islamización de Andalucía, de Al Andalus, es un viejo objetivo de las organizaciones musulmanas. En Webislam se puede leer: «Al Ándalus seguirá siendo Al Andalus para los musulmanes de todas las épocas. Eso está ahí, nosotros no lo hemos creado. Aquí tenemos nuestros muertos, que están vivos, a la espera del Día de la Resurrección»

Actualizada 01:30

Hace ya años, el prestigioso sociólogo Giovanni Sartori advirtió del riesgo que suponía para Occidente la creciente llegada de musulmanes y la experiencia de su escasa integración, derivada de la propia naturaleza del islam. Y predijo que cuando esa masa se incrementara sin asumir plenamente los valores occidentales tratarían de imponer sus propios principios. El islam es una religión «óptimo iure»; es decir, que abarca todos los órdenes de la vida y todos los deberes y derechos, regidos por la Sharía. De tal modo que hasta el historiador de las religiones Hans Kung llegó a preguntarse, como de facto ya ocurre en Francia, si Occidente tendría que resignarse a incorporar a su legislación civil, para empezar, determinados órdenes de la ley coránica.

Sartori es un referente de la historia, la política y la sociología. Catedrático de las Universidades de Florencia y Columbia, fue Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales y ha sido el mayor especialista en el estudio de la democracia, los partidos políticos y la política comparada. Dice que otorgar la nacionalidad no significa integrar y que la experiencia es que los musulmanes no se han integrado en parte alguna, salvo en el uso funcional de las ventajas de Occidente: «La perspectiva es que, cuando estos grupos alcancen una masa crítica comiencen a reivindicar los derechos de su propia identidad ético-religiosa y que acaben por pasar al asalto de sus presuntos opresores (los nativos)». El islam divide a la sociedad en dos partes: la Umma, la reunión de los creyentes, y todos los demás que están fuera, los infieles. Cualquier análisis de esa realidad apareja de inmediato que quien lo formule sea tildado de 'islamófobo'.

La pretensión de las familias musulmanas asentadas en Lalín, de que se retire el cerdo de los menús escolares no es una anécdota. Se viene repitiendo por toda España. Hace unos años, en función de los acuerdos del Gobierno de Felipe González con las organizaciones musulmanas, se produjo en Galicia un hecho singular. Coincidía que se celebraban una nutridísima oposición a un empleo en la Xunta de Galicia, con miles de aspirantes, con que era viernes. Una de las opositoras era musulmana y alegó que, por ser día sagrado para ella, en función de tales acuerdos, no podía realizar esa actividad. Pues bien, se le hizo el examen a ella sola otro día, sin los agobios que tuvieron que pasar el resto de los concursantes. Lo que dio lugar a numerosas protestas.

Cerca de 200 colegios en Andalucía (y otros tantos en Cataluña) imparten árabe e historia de Marruecos. La nacionalidad no española más frecuente hasta los 19 años de edad en esta comunidad es la marroquí (con casi un 30 %), según último informe del Observatorio de la Infancia y Adolescencia en Andalucía publicado el pasado mes de noviembre (relativo a los niños de origen inmigrante). Este porcentaje aumenta en Almería, una provincia en la que más del 50 % de los no españoles que tienen entre 0 y 19 años son de origen marroquí. Cataluña es otro de los espacios donde es más evidente la marroquinzación de la escuela. El Programa de Enseñanza de Lengua Árabe y Cultura Marroquí (PLACM) enmarcado el contexto de colaboración bilateral entre los gobiernos de España y Marruecos, se desarrolla en centros de Educación Primaria y Secundaria de doce comunidades autónomas: Además de Cataluña y Andalucía, en País Vasco, Galicia, La Rioja, Región de Murcia, Aragón, Castilla-La Mancha, Canarias, Extremadura, las Islas Baleares y Madrid. A los estudiantes marroquíes se les instruye en la historia y los valores de su propia sociedad de origen, o sea, el Corán. Dado el crecimiento exponencial de las familias musulmanas a medio plazo frente al resto, ¿qué va a pasar cuando en un ayuntamiento los votantes sean más que los de otro origen, como advertía Sartori?: «Cada uno en su casa tiene derecho a las costumbres y la religión que quiera», pero los inmigrantes deben aceptar la cultura y los valores de la sociedad que les acoge. O sea, que en los colegios se sirva cerdo.

En España hay actualmente oficialmente 1,1 millones personas de nacionalidad marroquí, de modo legal, y ni se sabe el resto, con presencia en todas las provincias del país, mayoritariamente en Barcelona, Murcia, Madrid y Almería. Y esa población ha experimentado un incremento del 136 % en tan sólo una década. En abril de 2023, Enaam Mayara, presidente de la Cámara de Consejeros marroquí, hizo un llamamiento para que todo magrebí afincado aquí coadyuvara a defender los intereses de Mohamed VI «formando un lobby para ello». En la actualidad, hay 15.045 menas y jóvenes tutelados en España, de los cuales 10.123 son marroquíes (el 68 %). Cabe recordar que «favorecer el retorno asistido de los menores al seno de sus familias o a la institución de tutela del país de origen, así como su reinserción social», señala el artículo 2.3 del «Acuerdo entre el Reino de España y el Reino de Marruecos sobre la cooperación en el ámbito de la prevención de la emigración ilegal de menores no acompañados, su protección y su retorno concertado», firmado el 6 de marzo de 2007 firmó el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el rey de Marruecos, Mohamed VI en Rabat con motivo de la VIII reunión de Alto Nivel hispanomarroquí.

La islamización de Andalucía, de Al Andalus, es un viejo objetivo de las organizaciones musulmanas. En Webislam se puede leer «Al Ándalus seguirá siendo Al Andalus para los musulmanes de todas las épocas. Eso está ahí, nosotros no lo hemos creado. Aquí tenemos nuestros muertos, que están vivos, a la espera del Día de la Resurrección. España debe recuperar su parte de identidad islámica que le toca y su puesto privilegiado entre las naciones de cultura árabe. Y además, se debe aprovechar el incesante paso de inmigrantes por el estrecho, la baja natalidad de los españoles, la apertura de intelectuales hispanos al islam...». Y anoten: En abril 30, 2024, el diario controlado por el régimen marroquí, Assahifa, señalaba que «La continuidad de Sánchez al frente del Gobierno español se considera una buena noticia para Marruecos debido a la serie de pasos positivos que ha dado en los últimos años para mejorar sus relaciones con Rabat. Principalmente, porque estuvo detrás del apoyo de España a la iniciativa de conceder la autonomía y soberanía del Sáhara Occidental al régimen marroquí, acabando así con años de conflicto».

  • Fernando Ramos es periodista
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