Conoce a los 20 mártires andaluces de la Guerra Civil que serán beatificados el 18 de noviembre
Entre las víctimas hay 10 sacerdotes, como Manuel González-Serna, nueve laicos y un seminarista
El Papa Francisco aprobó el pasado 22 de junio en un nuevo decreto el martirio de otros veinte católicos asesinados durante la guerra civil española por odio a la fe.
Ninguno de los 20 tuvo un juicio justo y en su mayoría fueron encarcelados antes de su muerte violenta por odio a la fe. La mayoría pertenecían a la Adoración Nocturna, Acción Católica o intentaron impedir actos violentos mientras de celebraba la Santa Misa, como en el caso del sevillano Manuel Luque Ramos.
Manuel González-Serna
En la noche del 19 de julio el Manuel fue detenido y trasladado a prisión. Allí sufrió interrogatorios, disparos para amedrentarlo, maltrato y vejaciones. El 23 de julio, al ser conducido a la parroquia para un interrogatorio, sufrió todo tipo de insultos en la plaza llena de público; ya en el interior, completamente destruida, le llevaron a la sacristía donde poco después del mediodía le dieron muerte de dos disparos. Unas horas más tarde, en el mismo lugar asesinaron brutalmente a una piadosa mujer, María de los Dolores Sobrino Cabrera.
Son abundantes los testimonios de personas que recuerdan su labor a pesar del tiempo transcurrido:
«Le conocí personalmente, me confesaba con él. Visitaba con él las chabolas que existían en aquellos tiempos en Constantina […] Cuidaba a los enfermos, a los pobres, a los niños. […] El recuerdo que dejó entre las personas fue de santidad».
Enrique y su padre
Enrique Palacios Monrabá es el único seminarista de los nueve laicos que serán beatificados. A finales de junio de 1936 regresaba a su casa tras finalizar su primer año de estudios de Teología. Cuando llegó, fue detenido y asesinado junto a su padre Manuel Palacios Rodríguez en la prisión de Cazalla de la Sierra el 5 de agosto de 1936. Enrique apenas tenía 19 años.
Tiroteado mientras huía
José María Rojas Lobo, nacido en Sevilla, de 26 años, era abogado y miembro del partido católico Acción Popular. El verano de 1936 fue detenido por milicianos republicanos. Cuando llegaron las tropas nacionales, muchos presos trataron de huir y les dispararon.
El hombre que vio su iglesia en llamas
Nacido en Huelva en 1895, Mariano Caballero Rubio fue nombrado sacerdote en 1923. Vio como quemaron su iglesia el 21 de julio y se vio obligado a huir. Una familia en Punta Umbría le ayudo a esconderse, pero los milicianos terminaron por encontrarlo. Una vez arrestado fue conducido al muelle de Huelva por una multitud de hombres armados y en el recorrido pronunció las siguientes palabras: «estoy completamente resignado en las manos de Dios» . Llegados al muelle, un joven de unos 16 años, le disparó a quemarropa en la espalda, dejándole gravemente herido. Murió en el hospital el 23 de julio de 1936.
Los hermanos Mariano y Gabriel López-Cepero
Mariano, nacido en 1883, había sido teniente de alcalde de Cazalla de la Sierra. Gabriel era padre de siete hijos y miembros del consejo parroquial. Ambos fueron detenidos y ejecutados el 5 de agosto.
María Dolores Sobrino Cabrera
María Dolores Sobrino Cabrera era una mujer de 68 años, comprometida con la parroquia como sacristana. Fue asesinada el mismo día y en el mismo lugar que el párroco González-Serna. Como el párroco, su cuerpo fue profanado y abandonado en la calle.
José Vigil Cabrerizo, el beato
El 18 de julio por la tarde fue asesinado el sacerdote José Vigil. Los milicianos buscaban falangistas y entraron en su casa. Lo sacaron a la calle, le quitaron la cartera y vieron que tenía estampitas: «Este es beato», se dijeron y le dispararon en el hombro izquierdo.
Otro disparo en el vientre hizo declarar al sacerdote: «Yo los perdono como Dios Nuestro Señor perdonó a sus enemigos». Tras rogar a los milicianos que no matasen a su familia, recibió otro disparo y agonizó durante una hora.
Como ellos también fueron asesinados por odio a la fe otros siete sacerdotes:
- Rafael Machuca Juárez (Sevilla)
- Francisco de Asís Arias Rivas (Sevilla)
- Miguel Borrero Picón (Huelva)
- Pedro Carballo Corrales (Cádiz)
- Juan María Coca Saavedra (Sevilla)
- Antonio Jesús Diaz Ramos (Huelva)
- Salvador Lobato Pérez (Cádiz)
Los laicos que fueron asesinados: Agustín Alcalá Henke, Manuel Luque Ramos, José María Rojas Lobo, Cristóbal Pérez Pascual, Rafael Lobato Pérez,