
«El Triunfo de la Iglesia», de Rubens, expuesto en el Museo del Prado
¿Cuáles son los 44 dogmas de fe de la Iglesia?
Lejos de tratarse de una limitación, son «luces que guían la fe y garantizan su autenticidad». Pero, ¿cuáles son los que ha definido la Iglesia?
El Catecismo de la Iglesia define los dogmas de la fe como «luces que iluminan el camino de nuestra fe y lo hacen seguro», en una comunión entre las verdades reveladas por Dios, «nuestra inteligencia y nuestro corazón».
Pero, por su potencia y naturaleza sobrenatural, en más de dos milenios de existencia, el Magisterio de la Iglesia sólo ha proclamado 44 dogmas, «con los que ejerce plenamente la autoridad que tiene de Cristo» y con los que «propone, de una forma que obliga al pueblo cristiano a una adhesión irrevocable de fe, verdades contenidas en la Revelación divina, o también cuando propone de manera definitiva verdades que tienen con ellas un vínculo necesario».
Los 44 dogmas de la Iglesia católica, proclamados a lo largo de los siglos, tienen coherencia entre sí y pueden agruparse en 9 categorías: verdades reveladas sobre Dios, sobre Jesucristo, sobre el Espíritu Santo, sobre la Virgen María, sobre la Creación y el Pecado, sobre la Gracia y la Salvación, sobre la Iglesia, los Sacramentos, y la Vida eterna y el Fin del mundo.
La mayoría de ellos quedan sintetizados en el Credo que los católicos rezan en cada misa, y pueden sintetizarse de la siguiente manera:• Dogmas sobre Dios (4): La existencia de Dios; la unidad de Dios; La Trinidad; y que Dios es eterno, omnipotente, omnisciente, omnipresente, infinitamente justo y misericordioso.
• Dogmas sobre Jesucristo (6): Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre, es el Hijo Unigénito de Dios; se encarnó por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María; murió en la cruz para la salvación de la humanidad; resucitó al tercer día de entre los muertos; ascendió a los cielos y está sentado a la derecha del Padre.
• Dogmas sobre el Espíritu Santo (3): que es la tercera Persona de la Santísima Trinidad, que procede del Padre y del Hijo; y que es Dios y posee la misma naturaleza divina que el Padre y el Hijo.
• Dogmas sobre la Virgen María (4): su inmaculada concepción, que es la Madre de Dios (Theotokos); que es es Virgen antes, durante y después del parto; y que fue asunta al cielo en cuerpo y alma.
• Dogmas sobre la Creación y el Pecado Original (4): Dios creó el mundo de la nada; que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios; que los primeros seres humanos cometieron el pecado original, por el que todo el género humano quedó herido; y que el ser humano tiene cuerpo mortal y alma inmortal.
• Dogmas sobre la Gracia y la Salvación (4): el hombre necesita la gracia de Dios para salvarse; la justificación se obtiene por la gracia de Dios a través de la fe y las obras; la gracia santificante es necesaria para la salvación y que Dios da su gracia a través de los sacramentos.
• Dogmas sobre la Iglesia (5): que fue fundada por Jesucristo, que es una, santa, católica y apostólica; que el Papa es sucesor de san Pedro y tiene primacía sobre toda la Iglesia; que el Magisterio de la Iglesia es infalible en cuestiones de fe y moral; y que fuera de la Iglesia no hay salvación (aunque existan excepciones para quienes ignoran la fe de buena voluntad).
• Dogmas sobre los Sacramentos (7), es decir, uno por cada sacramento: que el Bautismo es necesario para la salvación; la presencia real de Jesús en la Eucaristía; que la Misa es el mismo sacrificio de la Cruz, celebrado de manera incruenta; que la confesión es necesaria para el perdón de los pecados; que el sacramento de la Unción de enfermos confiere gracia y puede sanar el alma y el cuerpo; que el Orden Sacerdotal imprime un carácter espiritual indeleble y que el Matrimonio es indisoluble.
• Dogmas sobre el Fin del Mundo y la Vida Eterna (7): la muerte es consecuencia del pecado original; al morir, cada alma recibe un juicio particular; existe el Cielo, donde los justos ven a Dios eternamente; existe el Infierno, lugar de condenación eterna; existe el Purgatorio, donde las almas se purifican antes de entrar al Cielo; Jesucristo volverá al final de los tiempos para juzgar a vivos y muertos; y los muertos resucitarán al final de los tiempos, con su cuerpo glorioso.
Así, aunque a veces los dogmas sean vistos como barreras a la libertad individual, en realidad cumplen la función opuesta: son faros de certeza frente a la «dictadura del relativismo», tantas veces denunciada por Benedicto XVI incluso antes de ser elegido Papa, como ocurrió en la misa funeral que ofició por Juan Pablo II.