Robert Barron: «¡Basta de predicar un Evangelio para mentes simples!»
Este obispo norteamericano se ha convertido en un fenómeno viral, con millones de seguidores
Más de 300.000 amigos en Facebook y 560.000 suscriptores en YouTube son números de estrella del cine o de jugador de fútbol. Pero lejos de pertenecer a un influencer, se asocian a un obispo católico norteamericano, llamado Robert Barron. Un prelado de Winona-Rochester, en Minnesota, que triunfa en internet huyendo de la superficialidad y la polémica. De hecho, esta semana en Roma nos aseguraba que «uno de los problemas de la Iglesia es que hemos predicado un Evangelio para niños, para mentes simples. No hemos sido capaces de responder con seriedad a las grandes preguntas», se lamenta.
Barron se fundamenta en autores cristianos de la talla de Dante, Chesterton, san Agustín o Newman, para presentar la fe de forma atractiva y responder a las cuestiones fundamentales que los jóvenes le formulan en la red. Todo un programa para ganar espacio en el ámbito cultural. Y su modelo para exponer estos contenidos es otro obispo, Fulton Sheen, que llegó a ganar un premio Emmy en los años 50 por sus programas de televisión. Lo que entonces se difundía en blanco y negro, en la pequeña pantalla, hoy se extiende en las redes sociales bajo el nombre de Word on Fire (Fuego en la Palabra).
El último gran éxito de Barron, de este mes de septiembre, ha sido una entrevista con el actor de Hollywood Shia LaBeouf. Se trata de un coloquio en profundidad, que en pocas semanas ya supera los 1,4 millones de visualizaciones, con motivo de la presentación de una nueva película sobre el Padre Pío. ¿El motivo? La conversión de LaBeouf, abordada con argumentos sólidos, ayuda a entender la fe a creyentes o no.
La presentación que hace de esta entrevista Robert Barron es sobria. Un fondo negro, con dos personas que conversan sobre una mesa de madera color caoba. Lejos de efectos especiales o de luces brillantes, pero muy ligada a una conversación de dos adultos sobre temas profundos. Ese es el marco que Barron ofrece, el terreno de juego que ofrece a sus seguidores.
La belleza de nuestro patrimonio
Este último vídeo con el artista de Hollywood no es contradictorio con otro de los puntos clave de Barron: La belleza del arte cristiano. «La Iglesia Católica cuenta con un patrimonio artístico y cultural, de siglos, que debemos saber mostrar en las redes. Es algo excepcional y que sirve de puerta para entender la fe cristiana a través de la belleza». Una idea que ha puesto en marcha con una serie de vídeos sobre los grandes templos de la cristiandad. Partiendo de San Pedro en Roma y pasando por Santa Sofía en Constantinopla o San Paul en Londres.
A su juicio, «no solo los grandes autores cristianos ayudan a entender la fe. También estudiar las pinturas de Caravaggio de Miguel Ángel o las esculturas y la arquitectura de Bernini nos ayudan a entender la fe. Profundizar en la tradición cristiana nos permite ofrecer un mejor testimonio de nuestra fe», asegura.
La presencia de Robert Barron en Roma está ligada a una invitación del Pontificio Consejo para la Cultura, donde ha participado en un seminario privado. Pero también tenía como objetivo «extender la misión de Word on Fire. Queremos que haya personas en todo el mundo capaces de comunicar el Evangelio, a través de las redes sociales, y de impactar en el ámbito cultural».
Con esta idea de fondo, Barron se plantea crear una asociación de sacerdotes que en todo el mundo, y en diferentes lenguas, lleven la Palabra de Dios con profundidad y ortodoxia. De hecho, tras su presencia en Roma está invitado a una presentación este próximo domingo en el Parlamento Británico, en Westminster, que probablemente se cancele tras la muerte de la reina Isabel. Una visita que pensaba aprovechar para encontrar también a los más de 900 socios de Word on Fire con los que cuenta en Gran Bretaña.
Lejos de enfrascarse en polémicas o dejarse arrastrar por modas, la fuerza de Barron está en la profundidad de los grandes autores cristianos. Desde ahí, su misión se está extendiendo como la pólvora en el ámbito anglosajón.