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Un nuevo estudio de apenas hace unos días supervisado por el Dr Liberato de Caro del Instituto de Cristalografía del Consejo Nacional de Investigación de Italia, en Bari, ha concluido que la Sábana Santa de Turín data del primer siglo. Los rayos X de gran angular han podido medir la degradación estructural de la celulosa del lino de la sábana.

El dato que arroja la medición es el de una tela que proviene de Masada en Israel, en torno al 55,74 después de Cristo; dato que contradice a la prueba de Carbono 14 de 1988 hecha a hilos del sudario y que databa la reliquia en la Edad Media, por contaminación de la materia. El nuevo dato sugiere que la tela de la Sábana Santa de Turín se originó en la época de Cristo.

San Juan Pablo II llegó a describir la Sábana Santa como «una provocación a la inteligencia»

La Sábana Santa se adapta al siglo XXI: se presenta una ostensión digital para este Año Jubilar

Para muchos, es un testimonio silencioso de la fe; para otros, un enigma que sigue desafiando a la ciencia

¿Cuántas veces se ha intentado imaginar el rostro de aquel hombre que cambió la historia? ¿Cómo serían sus manos, aquellas que sanaban a los enfermos y acariciaban a los humildes? ¿Cómo quedó su cuerpo tras la dureza de la flagelación, el peso insoportable de la cruz, la corona de espinas hiriendo su frente?

La Sábana Santa de Turín, también conocida como Síndone, y envuelta en misterio, conserva la imagen de un hombre marcado por el sufrimiento, un reflejo de la Pasión impreso en el tiempo.

Para muchos, es un testimonio silencioso de la fe; para otros, un enigma que sigue desafiando a la ciencia. Ahora, en el Año Jubilar 2025, esta reliquia vuelve a interpelar al mundo con una propuesta novedosa: una peregrinación virtual que, de la mano de la tecnología, acercará su historia y su mensaje a miles de personas en todo el mundo.

Aunque no habrá una ostensión pública, el cardenal Roberto Repole, arzobispo de Turín y Custodio Pontificio de la Síndone, anunció en una rueda de prensa que se transmitió en la Oficina de Prensa del Vaticano, una experiencia sin precedentes: a falta de una exhibición pública la capital piamontesa acogerá en la céntrica Piazza Castello, justo detrás de la catedral donde se custodia la Síndone, una gran estructura denominada 'Carpa de la Sábana Santa'.

Allí, visitantes y peregrinos podrán explorar la historia y el misterio del sudario a través de una reproducción a tamaño real, dispuesta sobre una mesa iluminada estratégicamente, como una «mesa de operaciones», para resaltar los detalles más significativos: el rostro, la corona de espinas, las marcas de los clavos.

La "mesa de operaciones" de la Carpa

Maqueta de la «mesa de operaciones» que mostrará los detalles más significativos de la Sábana SantaVatican News

Dos tipos de maneras de acercarse al lienzo

«Hay una manera laica de acercarse al lienzo, que conlleva un interés de tipo científico», explicó el purpurado, tal y como recoge Vatican News. «Luego hay un interés religioso, que deriva de la tradición cristiana, porque sorprendentemente el Santo Sudario dice lo que dicen los Evangelios sobre la muerte de Jesús».

La instalación permitirá a los visitantes sumergirse en la historia de la Pasión a través de recursos interactivos, convirtiéndose en la primera exposición multimedia de la historia. «Nos ha parecido un modo de concluir un itinerario de catequesis con un enfoque existencial dirigido a los más jóvenes –explica el cardenal– con la conciencia de que para nosotros los cristianos se juega un juego nuevo con ellos, porque la transmisión de la fe como sucedía en el pasado ya no es algo dado».

El 4 de mayo, fecha en la que la Iglesia celebra la memoria litúrgica de la Sábana Santa, tendrá este año un significado especial dentro del marco jubilar. Gracias a las nuevas tecnologías, miles de fieles podrán «peregrinar» digitalmente hasta este símbolo de la Pasión de Cristo.

Una reliquia que sigue interpelando al mundo

Con una mirada al pasado y un pie en el futuro, la Sábana Santa sigue siendo un misterio vivo que, en este Jubileo, encuentra una nueva manera de interpelar a creyentes y curiosos.

Mostrando a un hombre «derrotado por la historia, vilipendiado, torturado y asesinado», se quiere hacer una invitación a «vivir una vida nueva», porque es la huella de la resurrección que da la confianza «en que todas las derrotas de nuestra historia no son la última palabra, sino solo un paso hacia el horizonte de la eternidad».

Y precisa el cardenal: «Es un horizonte de esperanza, ese paño que Jesús nos deja, porque nos dice que habrá un juicio sobre la historia, del que tantos hombres y mujeres tienen necesidad».

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