El Papa cumple 86 años: estos son los retos de un papado acorde a su tiempo
El caso Rupnik y la gestión de la guerra, dos de las grandes contradicciones para el pontífice
El Papa celebra este sábado, 17 de diciembre, su 86 cumpleaños. Lo hará recibiendo por la mañana a tres personas muy especiales. En primer lugar, Gian Piero ‘Wue’, un indigente que en 2021 recibió el Premio Nacional de la Bondad, ya que parte de las limosnas que recibe en Viarreggio, en Toscana, lo comparte con personas más pobres que él. También recibirá a un franciscano, el padre Hanna Jallouf, que ayuda a los necesitados en Siria, y con Silvano Pedrollo, un industrial del norte de Italia que construye colegios y centros sanitarios en países pobres de África e Iberoamérica.
Será una de las jornadas más agradables de un mes de diciembre difícil en la Santa Sede. Al margen de que el Papa arrastra sus problemas de rodilla, que le hacen moverse con frecuencia en silla de ruedas, hay otras dos cuestiones que preocupan en Casa Santa Marta, su residencia en el Vaticano.
Lágrimas por Ucrania
La primera es la gestión de la guerra en Ucrania. Las lágrimas sinceras del Papa Francisco durante la ofrenda a la Inmaculada, el pasado 8 de diciembre, demuestran su sensación de impotencia ante el sufrimiento humano. Le preocupa especialmente la situación de los más débiles, los ancianos y los niños, durante un invierno en el que gran parte de la población carece de electricidad.
El obispo de Roma ha intentado que el Vaticano pueda tener un papel de mediación para paliar el sufrimiento, activando todas las vías diplomáticas posibles. El problema es que sus propias palabras no han ayudado. En una entrevista realizada a una publicación de los jesuitas de EE.UU. hace pocos días lamentó la crueldad de las tropas rusas, especialmente de los «chechenos y buriatos».
Quejas de Rusia
Esta referencia específica a dos etnias de la Federación Rusa despertó las quejas airadas del Ministro de Exteriores del País, Seguei Lavrov. Lo consideró «una declaración incomprensible» y «nada cristiana». De hecho, la Santa Sede se ha visto obligada a pedir disculpas a Rusia, algo que ha debido hacer el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin.
Rupnik
Esta semana se ha hecho público que el sacerdote y artista jesuita Marko I. Rupnik llegó a estar excomulgado por confesar a una mujer consagrada con la que había sido cómplice en un pecado. Un delito que la Iglesia Católica considera muy grave, por lo que se gestiona en el dicasterio de Doctrina de la Fe. Junto a esa falta, también se ha sabido que hubo denuncias por abuso de autoridad y sexual por parte de otras siete mujeres de Eslovenia.
Se trata de delitos graves en la Iglesia, pero que el Derecho Canónico considera prescritos, por lo que legalmente no se puede actuar contra el acusado. El problema es que mientras la investigación del caso estaba en curso y tras confesar el propio Rupnik su culpabilidad, ha seguido manteniendo una presencia pública de alto nivel en la Iglesia. Una visibilidad que algunas de las víctimas han denunciado.
Belén viviente
En enero de este año, el padre Rupnik fue el sacerdote escogido para predicar a toda la Curia del Vaticano y el propio Papa Francisco atendía en primera fila junto a un grupo de cardenales. Además, este sacerdote y artista sigue figurando como predicador en ejercicios espirituales en el Santuario Pontificio de Loreto, en Italia, para el próximo mes de febrero.
Entre las alegrías que tendrá el Papa Francisco este sábado es la de saber que a mediodía se podrá admirar un ‘Belén Viviente’ por las calles de Roma. Se trata de un proyecto que ha seguido e impulsado personalmente y que se podrá admirar en la Via Merulana, en el trayecto entre la basílica de San Juan de Letrán y la de Santa Maria Maggiore. En el pórtico de este último templo, en el que se conservan reliquias del pesebre de Nazaret, tendrá lugar la escena de la Navidad.