Casi doscientas mil personas se despiden de Benedicto XVI
La capilla ardiente, en esos tres días, ha superado todas las previsiones. Ya casi todo está listo para el funeral de Joseph Ratzinger, que presidirá el Papa Francisco en la plaza de San Pedro del Vaticano, con la participación anunciada de 65.000 personas
El número de personas que se han acercado en estos tres días de capilla ardiente de Benedicto XVI ha superado todas las expectativas.
Las puertas de la Basílica de San Pedro del Vaticano se cerraban un poco antes de lo previsto, a las 18:30 de este miércoles, habiendo acogido en total a 195.000 peregrinos, que han querido dar con este gesto su último adiós al Pontífice, que pasará a la historia como el primero en presentar su renuncia desde 1415.
El miércoles, con motivo del último día de velatorio de los restos mortales, la gendarmería vaticana contabilizó 60.000 personas. El lunes, habían llegado 65.000 y el martes 70.000. En la noche de este miércoles, se cerrará el ataúd del papa alemán, en espera de que sea trasladado solemnemente a la plaza de San Pedro en la mañana de este jueves, hacia las 8:40 horas.
«Funeral solemne, pero sobrio»
Ya casi todo está preparado para oficiar el funeral de Benedicto XVI, que tendrá comenzará a las 9:30 horas, con una misa presidida en la plaza de San Pedro por el papa Francisco.
«De acuerdo con los deseos del Papa emérito, el funeral será sencillo», ha informado el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, anunciando un «funeral solemne, pero sobrio».
La prefectura de la ciudad de Roma espera una afluencia de unas 65.000 personas, aunque dada la participación en la capilla ardiente, este número podría superarse.
Más de mil periodistas
Más de mil periodistas de treinta países cubrirán los funerales del Papa número 265 de la historia de la Iglesia, según ha informado este miércoles la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Desde la muerte de Benedicto XVI, el 31 de diciembre de 2022, enjambres de cámaras de televisión se han arremolinado en las calles cercanas a la plaza de San Pedro del Vaticano. Durante estos días, su principal misión consistía en recoger testimonios de las personas que se acercaban a despedirse del Papa o a pedir declaraciones de personas que tuvieron alguna relación personal con el Papa difunto.
Numerosos canales de televisión transmitirán globalmente en directo el funeral, cuya señal y dirección correrá a cargo del Centro Televisivo Vaticano. Todo este despliegue mediático hubiera arrancado una sonrisa del Papa académico y más bien tímido, a quien no le gustaba exponerse a las cámaras de televisión.
En estos momentos, las calles que llevan a la basílica vaticana ya han sido cerradas al tráfico y mil agentes de los cuerpos de seguridad de Italia han sido desplegados para garantizar la seguridad y la atención a los peregrinos.
El responsable del departamento de la Policía italiana que cubre la zona que rodea el Vaticano, Luigi Carnevale, nos ha garantizado que se han tomado las medidas oportunas para que la Iglesia y el mundo puedan vivir «una ceremonia fúnebre caracterizada por el recogimiento».
Junto a la tumba de san Pedro
Tras el funeral, el Papa emérito será enterrado bajo en las grutas vaticanas, que se encuentran debajo de la Basílica de San Pedro, junto a la que tradicionalmente se considera como la tumba de san Pedro, el primer Papa.
En ese mismo lugar había estado enterrado el cuerpo sin vida de Juan Pablo II, hasta que fue trasladado a la misma basílica vaticana, con motivo de su beatificación, en 2011.
Francisco: «Quiso acompañarnos al encuentro con Jesús»
El Papa Francisco acogió, como todos los miércoles, a miles de peregrinos, en la Sala de Audiencias Pablo VI, y comenzó recordando la herencia que deja su predecesor: «Su pensamiento agudo y educado no era autorreferencial, sino eclesial, porque siempre quiso acompañarnos al encuentro con Jesús».
Audiencia general de los miércoles
Francisco recuerda a Benedicto en la audiencia como un «un gran maestro de la catequesis»
«Jesús, el Crucificado resucitado, el Viviente y el Señor, fue la meta a la que nos condujo el Papa Benedicto, llevándonos de la mano –añadió el pontífice argentino–. Que nos ayude a redescubrir en Cristo la alegría de creer y la esperanza de vivir».