
Cómo recuperar la flora intestinal tras tomar antibióticos: ¿probióticos o prebióticos?
Dentro del cuerpo humano habita una gran comunidad microscópica llamada microbioma
El cuerpo humano alberga un ecosistema microscópico complejo, el microbioma, donde miles de millones de bacterias libran una batalla constante para mantener el equilibrio entre especies beneficiosas y perjudiciales. Esta contienda se desarrolla principalmente en el tracto gastrointestinal, donde las bacterias desempeñan un papel crucial en la digestión y el fortalecimiento del sistema inmunitario. Este equilibrio se altera cuando se enferma y más aún, si hay que tomar medicamentos como antibióticos que pueden causar hinchazón, diarrea o estreñimiento, síntomas que indican un posible daño en la microbiota.
En UCLA Health expertos en trastornos y enfermedades digestivas de la Universidad de California, Los Ángeles, explican que aunque los antibióticos salvan millones de vidas cada año, su uso altera los complejos ecosistemas del microbioma intestinal. Esto implica no solo una disminución de la cantidad de microorganismos en el intestino grueso, sino también una disminución de su diversidad.
La Dra. Eve M. Glazier afirma que la buena noticia es que los investigadores han descubierto que el microbioma intestinal es resiliente y, tras varios meses, se recuperará gradualmente: «La velocidad y el alcance de dicha recuperación se ven afectados por varios factores. El tipo de antibiótico utilizado y la frecuencia con la que se usa influyen. Una dieta deficiente en fibra antes del tratamiento con antibióticos también conlleva una recuperación más lenta».
Gina Abellà, farmacéutica y especialista en salud integrativa, explica que uno de los problemas es que los antibióticos no tienen la capacidad de diferenciar entre bacterias buenas y malas: «En su misión de eliminar la infección, los antibióticos destruyen las bacterias esenciales para el correcto funcionamiento del sistema digestivo» y añade: «Como consecuencia, se puede generar un desequilibrio que, de no corregirse, puede dar lugar a problemas digestivos recurrentes e incluso en sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO) o una disbiosis intestinal crónica».Probióticos
La farmacéutica aclara la creencia errónea de que cualquier probiótico es útil tras un tratamiento con antibióticos. Los probióticos son microorganismos vivos que, al ser administrado en cantidades adecuadas, confieren un beneficio a la salud en el huésped. Sin embargo, la experta afirma: «La realidad es que no todas las cepas probióticas tienen el mismo efecto. Algunas ayudan a restaurar la barrera intestinal, otras mejoran la motilidad digestiva y otras contribuyen a reducir la inflamación» y agrega: «Usar un probiótico genérico sin un criterio adecuado puede no ofrecer los resultados esperados. La clave está en seleccionar una combinación de cepas que se adapte a los síntomas individuales y, además, acompañarlo con hábitos que favorezcan la recuperación intestinal».
Prebióticos
Por su parte, Elena Goun, profesora asociada del Departamento de Química de la Universidad de Missouri, analiza el papel de los prebióticos, un ingrediente fermentado selectivamente que da lugar a cambios específicos en la composición y/o actividad de la microbiota gastrointestinal, confiriendo así beneficios a la salud del huésped.
La profesora asegura que «los prebióticos se suelen usar en combinación con probióticos para mejorar sus funciones en el organismo» y añade: «Ciertos tipos de prebióticos, por sí solos, son capaces de aumentar la actividad de la hidrolasa de sales biliares de la microbiota intestinal, lo que, entre otros beneficios para la salud, ha demostrado disminuir la inflamación, reducir los niveles de colesterol en sangre y proteger contra el cáncer de colon y las infecciones del tracto urinario».
Recuperar de forma natural
Dentro de las recomendaciones para recuperar la microbiota tras la toma de antibióticos, expertos de la Universidad de California recomiendan:
Cuidar la alimentación
En el mercado hay una amplia y variada gama de alimentos prebióticos. Estos incluyen verduras frescas, hortalizas de hoja verde, legumbres, frutos secos y frutas que contienen la fibra y los micronutrientes necesarios para el desarrollo de nuestra flora intestinal. Incluye también muchos alimentos fermentados, como yogur, kéfir, kombucha o encurtidos.
Hidratación adecuada
El agua es fundamental para el buen funcionamiento intestinal y la recuperación del equilibrio bacteriano.
Actividad física
Se ha demostrado que la actividad física mejora considerablemente la salud intestinal. Elija un programa completo de actividad aeróbica para activar el corazón, entrenamiento de fuerza para desarrollar fuerza muscular y actividades para mejorar y conservar la flexibilidad y la agilidad.
Evitar el estrés
El estrés crónico afecta negativamente la microbiota, por lo que incorporar prácticas como la meditación o el ejercicio puede ser clave.
Factores ambientales
Los estudios han ratificado que la recuperación de un intestino dañado se ve significativamente influenciado por factores ambientales. El contacto con animales, la jardinería y pasar tiempo al aire libre fomentan una amplia exposición a microorganismos beneficiosos, esenciales para la diversidad intestinal. De igual manera, la interacción social, a través de la cercanía física, contribuye al intercambio de microbios, enriqueciendo nuestra flora intestinal.